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Un empresario paga 350.000 euros por un mausoleo de lujo en una isla de Venecia

El director general de la farmacéutica francesa Laboratoires Genevrier tendrá como vecinos al poeta estadounidense Ezra Pound y al compositor Stravinski

Lápidas en el cementerio de la isla de San Michele, en Venecia, Italia.
Lápidas en el cementerio de la isla de San Michele, en Venecia, Italia.Getty Images

El bando que publicó el pasado mes de marzo el histórico cementerio de San Michele en Venecia tenía algo, en esencia, de anuncio de inmobiliaria. Oportunidad exclusiva: se alquila parcela con contrato de arrendamiento de 99 años –renovable por otros 50 más– en una isla veneciana única y tranquila; a cinco minutos en vaporetto de la Basílica de San Marcos y con vistas al islote de Murano. Además con unos vecinos ilustres: el poeta estadounidense Ezra Pound, el compositor Stravinski, el premio Nobel de literatura Joseph Brodsky o el pintor italiano Emilio Vedova, entre otros. Precio de salida: 350.000 euros. Se trata de uno de los 17 pequeños mausoleos de lujo que el Ayuntamiento está subastando progresivamente para obtener fondos que le permitan restaurar secciones antiguas del camposanto que se han ido deteriorando. Fueron construidas por familias pudientes en el siglo XIX y nunca se usaron, hasta quedar completamente abandonadas.

La primera tumba que salió a subasta ya tiene dueño: Dominique Vacher, director general de la farmacéutica francesa Laboratoires Genevrier. Es un enamorado de Venecia que ha encontrado el modo de vivir allí para la eternidad, un honor reservado solo a los mejores postores. El empresario ha pagado 350.000 euros por una capilla privada, construida por la familia Salviati, que está vacía desde 1914. El francés ya tenía un apartamento para pasar las vacaciones y la vida terrenal en el barrio de Castello; ahora ha decidido prolongar su estancia en la ciudad. “Venecia se considera un sitio donde la felicidad es eterna”, dijo el flamante propietario a través de un comunicado difundido por el Ayuntamiento veneciano. Añadía que hace tiempo, él y su esposa Anne Emmanuelle, quedaron cautivados “por el encanto de la arquitectura, el arte y la amabilidad de los venecianos”. Viajan por el mundo, cuenta, pero solo encuentran la “plena felicidad” cuando abren la puerta de su nido en la ciudad italiana. “Se ha convertido en nuestro lugar de vida y ese punto de referencia que ahora deseamos mantener para la eternidad descansando uno al lado del otro en la gran serenidad de San Michele”, explica.

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Su nueva y opulenta morada para el reposo eterno, en el hemiciclo de ingreso al cementerio, tiene planta cuadrangular, con un pequeño ábside que alberga un altar de mármol blanco; el techo abovedado y las paredes decoradas con mosaicos y pinturas. Se mantiene en buen estado, el Ayuntamiento financió la restauración recientemente, como parte de un plan de recuperación del cementerio en el que invirtió tres millones de euros. Pero en el futuro requerirá una inversión considerable, ya que su mantenimiento es similar al de cualquier edificio antiguo del centro histórico.

El cementerio de San Michele se construyó en 1807, durante la ocupación francesa, por deseo de Napoleón, que ordenó a los venecianos que enterraran a sus muertos fuera de la ciudad por cuestiones de salubridad. Desde entonces se convirtió en un refugio exclusivo para los habitantes de Venecia, sus parientes y un selecto número de extranjeros o celebridades estrechamente vinculados a la ciudad, que necesitaban una dispensa especial para poder ser enterrados allí. Hasta 1954, las autoridades adjudicaban las sepulturas de manera perpetua. A partir de ese año, por falta de espacio para seguir construyendo, empezaron a limitar el periodo de uso a un tiempo determinado, con opción de renovación. Cuando vence el plazo, si no se solicita la prórroga, el consistorio procede a la exhumación de las tumbas y traslada los restos a un osario o los incinera, siguiendo un programa público que se lleva a cabo durante todo el año, excepto en julio y agosto, a causa del calor.

Actualmente el Consistorio mantiene abierta la subasta de otros cuatro mausoleos en San Michele. Un sueño solo al alcance de cuentas corrientes de al menos 256.000 euros, el precio de salida del más económico, la Capilla Testolini Quadri. El más grande y costoso, el de la familia Olivieri, va desde los 355.000 euros. Hasta el 29 de junio se puede pujar por el privilegio de yacer eternamente en Venecia.

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