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El gol más exitoso de Cuauhtémoc Blanco

EL PAÍS recorre con el popular exjugador de la Selección mexicana el Estado de Morelos, que aspira a gobernar

Jacobo García

Son las 11.25 del jueves 10 de mayo y Cuauhtémoc Blanco, de 45 años, reparte besos, autógrafos y selfies en el mercado central de Cuernavaca. Sortea toldos, charcos, cajas de cebollas y pepinos con la habilidad del delantero que fue, mientras saluda a comerciantes de manos gruesas, mandilón y diente de oro.

Detrás de él, una decena de miembros de su partido -el conservador Encuentro Social (PES)- tres escoltas y una ruidosa charanga acompañan su trayecto entre puestos de pollos, fritangas y florerías.

Un hombre le pide una foto en su negocio de telas, una mujer que vende carbón que lleve la luz eléctrica y otra más que termine “con los rateros”. Y a todos contesta siempre lo mismo: “Claro, claro…vamos a trabajar en ello. Desde el primer día le voy a echar ganas, señora, lo vamos a dar todo” o “esto es culpa de quienes nos han gobernador hasta ahora”, repite.

A esa hora de la mañana el sol se cuela en el mercado como espadas láser. Dentro, el hombre que lidera las encuestas para ser el próximo gobernador del Estado de Morelos con casi 30 puntos de ventaja sobre el PRI (Revolucionario Institucional) el PAN (Acción Nacional) o el gobernante PRD se siente cómodo caminando entre changarros.

Casi a la misma hora, pero en Madrid, hace 16 años y ocho meses, logró hacer uno de los goles más importantes de su carrera. Vestía la camiseta del modesto Valladolid, tenía 29 años y el 21 de septiembre a las siete de la tarde ejecutó a la perfección un libre directo con el que empató el partido al Real Madrid en el Santiago Bernabéu. Quedaban dos minutos para el final del partido y el árbitro marcó una falta en el borde del área, a 18 metros de la portería defendida por Iker Casillas. Tomó carrerilla y golpeó con la pierna derecha de forma magistral el balón que paso junto a la barrera en la que estaban Zidane y Figo, entre otros.

Desde aquel gol hasta hoy, Cuauhtémoc Blanco volvió al América, dejó el futbol, se casó, tuvo un hijo, entró en política, fue polémico alcalde de Cuernavaca y desde hace unos meses está en campaña para lograr la gubernatura de Morelos.

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16 años después, el mercado es bastante menos glamuroso que el césped del Bernabéu, pero está a punto de meter otro espectacular gol si logra vencer, con un partido de reciente creación, a las formaciones tradicionales que han gobernado siempre Morelos, el segundo Estado más pequeño y densamente poblado del país, con casi dos millones de habitantes.

Hace seis meses no hablaba en público, pero empezó a ver videos de López Obrador y a seguir su método; pocas ideas, muchas veces repetidas

Día de la madre. Unas horas antes, 200 mujeres esperan ansiosas desde las 8 de la mañana su aparición en la casa de campaña para celebrar el día de la madre en Cuernavaca. Llegan de pueblos cercanos y han sido sentadas de ocho en ocho en mesas redondas como si fuera una boda. Huevos revueltos, frijoles, pan y jugo de naranja en vasos de plástico.

”El actual gobernador [Graco Ramírez] no tiene corazón ni sentimientos pero yo no soy como los otros políticos”, les dice. “Ustedes las mamás nos enseñaron a ser honrados. Nunca se me olvidará de dónde vengo. El 50% de la población de Morelos vive en la pobreza por culpa de la clase política que nos gobierna, que son una bola de ratas”.

Tras dos horas de espera su intervención ha durados 14 minutos. Tampoco puede prometer más. En caso de victoria recibirá un Estado quebrado que al día de los comicios tendrá que pagar 700 millones de pesos por el vencimiento de una deuda. Tal vez por eso, todo es austeridad en su campaña. Tanto que el imitador de Luis Miguel que ameniza la espera de las madres con canciones románticas, es la misma persona que imprime las lonas del partido.

El cantante y el goleador intervienen junto a una enorme pancarta morada del PES, aliado de Morena, la formación de Andrés Manuel López Obrador, líder en todas las encuestas. En medio de una intensa campaña con mucha calle, apenas tiene un espacio para hablar en su camioneta, mientras se desplaza de un lugar a otro.

-¿Se siente cómodo en el PES y en alianza con López Obrador?

-Muy bien. Tuve ofrecimientos de otros partidos pero no me quiero quemar. El PES es un partido nuevo y fresco y tenemos la misma ideología. Venimos de abajo y nos gusta ayudar a la gente.

El candidato del PES a la gubernatura de Morelos Cuauhtémoc Blanco se toma fotografías con sus seguidores en el mercado principal de Cuernavaca.
El candidato del PES a la gubernatura de Morelos Cuauhtémoc Blanco se toma fotografías con sus seguidores en el mercado principal de Cuernavaca.Hector Guerrero (El País)

-¿Qué dice a los que le critican que no sabe nada de política?

-Quienes dicen eso son quienes han estado robando toda la vida y temen la llegada de alguien que les diga las verdades.

Blanco asegura que la demanda principal “es la seguridad”. “Hay un mando único en Morelos que maneja el gobernador para su beneficio. También me piden educación y salud porque hay hospitales en muy mal estado. El gobernador se ha robado los recursos y no lo vamos a permitir. Hay desesperación entre la gente mayor que siente que, por fin, llega un cambio verdadero”, añade.

Hace seis meses Cuauhtémoc Blanco no hablaba en público, le comía la timidez, pero empezó a ver videos de López Obrador y a seguir su método: “Pocas ideas repetidas muchas veces”, explica un alto dirigente del partido. Desde entonces ha comenzado a soltarse y repite términos como “cambio verdadero” y nunca se refiere a López Obrador sin decir antes la palabra “licenciado”.

Multifamiliar de Cuautla. Son las 6 de la tarde del 8 de mayo y Blanco aplica el mismo manual de campaña en un multifamiliar de Cuautla, a una hora de Cuernavaca. De las paredes de las casas cuelgan imágenes del futbolista con la misma postura con la que celebraba los goles, su popular flecha, arrodillado con un brazo delante del otro. Goles como el que lo convirtió en ídolo nacional cuando logró el empate frente a Bélgica en el mundial de Francia en 1998 al rematar casi en el aire un centro por la izquierda que permitió el pase a siguiente ronda.

Este martes, un ayudante sujeta una bocina, casi tan grande como él, mientras toma el micrófono en el centro de una cancha de baloncesto ante 20 personas. “Así como defendí la camiseta de México voy a defenderlos a ustedes”, dice.

En este condominio varias viviendas quedaron dañadas tras el terremoto del 19 de septiembre y muchas familias han abandonado el barrio. Sin embargo no hace ni una sola referencia al sismo y prefiere insistir en la vieja política y en que “el actual Gobernador es un ratero”. Le quedan seis semanas para convencer de que es distinto y que, a diferencia de lo ocurrido frente a Bélgica o el Real Madrid, es capaz de pasar del empate.

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Sobre la firma

Jacobo García
Antes de llegar a la redacción de EL PAÍS en Madrid fue corresponsal en México, Centroamérica y Caribe durante más de 20 años. Ha trabajado en El Mundo y la agencia Associated Press en Colombia. Editor Premio Gabo’17 en Innovación y Premio Gabo’21 a la mejor cobertura. Ganador True Story Award 20/21.

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