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El plato nacional sueco... es turco

El país escandinavo reconoció el pasado fin de semana a través de su cuenta de Twitter que sus famosas albóndigas son en realidad una receta turca

Getty
B. D. C.

"Toda mi vida ha sido una mentira", tuitea el sueco Örjan Johansson desde Mongolia. El lamento responde a la singular confesión del Gobierno de Suecia: el plato nacional, las famosas albóndigas que incluso son omnipresentes en las cafeterías de los establecimientos Ikea alrededor del mundo, son en realidad una receta turca. Su comentario, un tanto desesperado, ha dado la vuelta al mundo y se ha convertido hasta en un titular del rotativo británico The Guardian.

El rey Carlos XII de Suecia viajó en el siglo XVIII a la actual Turquía (entonces parte del Imperio otomano) y a su regreso al país escandinavo trajo consigo la receta de lo que más tarde se convirtió en el gran plato nacional. "¡Ciñámonos a los hechos!", pide el Gobierno a través de su cuenta en Twitter. La revelación (se desconoce por qué se ha hecho en este momento) ha generado una divertida polémica entre los suecos y demás usuarios de las redes sociales por todo el mundo en las que los ciudadanos se preguntan irónicamente cuántas cosas más son en realidad de origen turco, un país casi en las antípodas de la forma de vida escandinava. "La pasta fue inventada en China", se aventura a afirmar Brian Conaty, otro tuitero desde Massachusetts (Estados Unidos). Conaty explica que lo realmente importante es quién populariza el plato, y que por tanto son los suecos los que se deben llevar todo el reconocimiento en el caso de las famosas bolas de carne.

En menos de una semana, 20.000 perfiles de Twitter han reconocido la confesión de Suecia con los famosos likes (me gusta) en la red social, 7.500 lo han retuiteado y 587 personas han comentado el hecho de que el plato nacional sueco es de otro país situado a unos 3.000 kilómetros de distancia. "Ja, ja, ja, ja. Hemos estado comiendo turco todos estos años sin darnos cuenta!, comenta Léa. El tono de los mensajes es de gratitud y "honestidad" al Gobierno sueco por revelar la verdad sobre un tema tan sensible como puede resultar la propia identidad.

El post sobre la particular confesión ha sido compartida unas 620 veces en la página de Facebook que el Gobierno tiene para promocionar el país. Conny Viklund comenta: "Si vamos a 'ceñirnos a los hechos', básicamente todos los alimentos que comemos han viajado de una región a otra, de un país a otro y han sido alterados al gusto de las personas que viven allí. Las albóndigas se remontan a la antigua china y la antigua sociedad romana. Pero las albóndigas suecas, son suecas", zanja.

Al igual que el descubrimiento de América llevó al descubrimiento de nuevos productos e ingredientes culinarios, los viajes de Carlos XII de Suecia a diversos rincones del Imperio otomano derivaron en la importación de otros productos y recetas desconocidas en esos años en el norte de Europa, como los granos de café y el repollo relleno, destaca la cadena británica BBC citando a Annie Mattson, investigadora en el departamento de Literatura en la Universidad de Uppsala y especialista en el siglo XVIII.

Para los turcos, el reconocimiento sueco es en realidad una "confesión", y se muestran orgullosos en las redes sociales. "Es un honor que estos gustos se hayan convertido en un ejemplo para diferentes cocinas en todo el mundo", dice el chef turco Ibrahim Veysel citado por el New York Times. 

Dos millones de albóndigas en Ikea

La archifamosa tienda de muebles Ikea también ha recibido críticas el pasado fin de semana por vender en su cafetería este plato de carne como una de las delicias nacionales suecas. El país alardea de que los clientes de Ikea consumen dos millones de albóndigas diarias en sus 340 tiendas repartidas por todo el mundo en su página web sobre curiosidades del país vikingo. En España, una bolsa de un puñado de bolas de carne con puré de patata cuesta sólo 2,99 euros.

Serdar Cam, presidente de la Agencia de Cooperación y Coordinación de Turquía (TIKA), ha criticado en Twitter el papel de Ikea en la venta de albóndigas que en realidad son turcas, cuenta la BBC. Cam dijo que la tienda no solo estaba vendiendo muebles, sino también albóndigas turcas como si fueran suecas.

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