La comunidad internacional recauda la mitad del dinero necesario para Siria
Los donantes se han comprometido a desembolsar 4.400 millones de dólares este año
Con el supuesto ataque químico de Bachar el Asad y la respuesta aérea occidental todavía en la retina, dirigentes de la UE, Naciones Unidas y países de oriente próximo se han reunido este miércoles en Bruselas para recaudar nuevas ayudas a las víctimas de la guerra siria. La comunidad internacional ha prometido hasta el momento entregar 4.400 millones de dólares para 2018 (unos 3.600 millones de euros), prácticamente la mitad de los 7.300 millones de euros en los que la ONU cifra las necesidades este año. El organismo desglosa esta última cantidad en dos partidas: 2.800 millones para cubrir la urgencia humanitaria sobre el terreno, y 4.500 millones para apoyar a los refugiados establecidos en países vecinos.
Pese a la distancia sideral que todavía separa la meta de lo conseguido, los impulsores de la conferencia de donantes celebrada en la capital belga no consideran que se pueda hablar de fracaso. "Las cantidades comprometidas son significativas. [...] Tendremos promesas adicionales de aquí a fin de año", ha asegurado Mark Lowcock, coordinador de Asuntos Humanitarios de la ONU. El dinero es inferior al reunido el pasado año, cuando se acordaron 5.600 millones.
Un total de 85 países han participado en la conferencia, con Alemania y Reino Unido entre los más generosos. El gran hueco dejado por Estados Unidos, que aún no ha comunicado su contribución, está en parte detrás de que no salgan las cuentas, pero la ONU cree que la cantidad final será muy superior a la actual. Lowcock culpa del pronunciado descenso de la recaudación a cuestiones de índole nacional. "Un importante número de donantes no ha confirmado su ayuda debido a cuestiones presupuestarias internas", afirmó. En esa categoría entra Estados Unidos, que en los últimos años ha aportado unos 700 millones de euros por ejercicio a Siria y la región. La masiva llegada de refugiados a Turquía, Jordania o Líbano ha hecho que estos países tengan que dedicar ingentes recursos a su mantenimiento, por lo que el perímetro de las ayudas les incluye para evitar que afronten en solitario una carga para la que no están preparados.
El conflicto sirio, activo desde 2011, deja cifras escalofriantes. Según la ONU, más de 13 millones de personas necesitan ayuda humanitaria, seis millones están en situación de inseguridad alimentaria, cinco millones han escapado del país y una de cada tres escuelas han sido dañadas o destruidas. Los efectos de la guerra todavía pueden amplificarse. Uno de los grandes temores expresados por los expertos de la ONU es el riesgo de que la ciudad de Idlib, capital de la Siria rebelde situada al noroeste del país, pueda convertirse en otra catástrofe humanitaria al estilo de Alepo en medio de los bombardeos del régimen y la violencia de facciones opositoras armadas.
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