Rayos láser y cometas con forma de pájaro para proteger de las gaviotas las rosas del Papa
Holanda ha pedido ahuyentar a estos animales para evitar que destrocen los arreglos que regala e instala el Domingo de Resurrección en la Plaza de San Pedro
Las flores que adornan la Plaza de San Pedro de Roma el Domingo de Resurrección, son holandesas. Es un regalo de los Países Bajos que se remonta a 1985 y tiene en el agradecimiento público del Papa, tras la bendición urbi et orbi, su gran momento de publicidad. Son especiales porque unen la industria de la floricultura, que supone el 60% del mercado mundial al por mayor, según la Oficina Central de Estadística.
El año pasado, sin embargo, su principal enemigo no fueron las plagas ni otros competidores, sino las gaviotas. De madrugada, habían desbaratado ya buena parte de los arreglos ideados por Paul Deckers, el diseñador jefe del evento. Para evitar nuevos desastres, esta vez se ha propuesto despistarlas con cometas en el aire en forma de pájaro, y una lluvia de rayos láser. Aunque el plan precisa todavía el visto bueno del Vaticano y todo puede cambiar en el último momento.
Son miles de rosas blancas Avalancha, además de orquídeas del género cymbidium, espuela de caballero y azucenas, que llegarán a bordo de tres camiones tras la bendición del Obispo de Róterdam –el conjunto varía todos los años–. La voracidad de las gaviotas romanas, documentada incluso en las guías turísticas, hizo estragos la pasada Pascua. “A las seis de mañana llegamos a la plaza y allí estaban las aves, lanzándose contra las hileras de narcisos”, dice Deckers. "Si el vaticano no aprueba el láser podemos utilizar las cometas, pero siempre antes de la misa", añade. “Cuando ven llegar la carga holandesa de flores, los romanos bromean diciendo que ya es Pascua”, señala la página web de Royal Flora Holland, la cooperativa de la industria, con más de 4.000 socios y una facturación de 4.700 millones de euros.
La alcaldesa de Roma, Virginia Raggi (Movimiento 5 Estrellas) topó con el problema de las basuras, y de las gaviotas –y ratas– que las aprovechan, al tomar posesión de su cargo en 2016. Las aves robando bocadillos y helados a los turistas son habituales también en La Haya, que tiene el distrito costero de Scheveningen en la propia ciudad. La playa de Ostia Antica, tal vez sea la playa oficial de Roma, y está a unos 30 kilómetros, pero las gaviotas se han acostumbrado al hábitat urbano y no lo abandonan.
Mientras aguardan el plácet papal para proteger las flores, Deckers y un equipo de 25 personas intentarán maravillar el domingo 1 de abril a una audiencia multitudinaria. Porque la bendición desde el balcón central de la Basílica vaticana, a las 12.00 horas, es transmitida por las televisiones de distintos países. Y si todo va bien, el Pontífice contemplará orquídeas verdes y amarillas, símbolo de paz y esperanza, y de luz y alegría, respectivamente, según los expertos de Royal Flora. “Y más de 40.000 flores de bulbo”, apuntan. ¿Qué harán las gaviotas?
Síguenos en Twitter y en Flipboard
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.