Cinco cosas que hay que saber sobre las sufragistas británicas
Se cumplen 100 años desde que las mujeres conquistaron el derecho al voto en Reino Unido
Reino Unido conmemora este martes 6 de febrero los 100 años desde que las mujeres británicas conquistaron el derecho al voto, tras una larga campaña de desobediencia en la que las sufragistas protagonizaron huelgas de hambre, provocaron incendios y se encadenaron frente al Palacio de Buckingham. Aunque no fueron las primeras mujeres en ejercer su derecho al voto —Nueva Zelanda aprobó en 1893 el primer sufragio femenino sin restricciones y Finlandia fue el primer país europeo en el que las mujeres pudieron dar sus preferencias en los comicios; en España este derecho fue reconocido en 1931—, su lucha hizo historia.
De dónde viene el término ‘suffragettes’
La palabra suffragettes fue en principio empleada de manera despectiva. El tabloide británico Daily Mail usó este término por primera vez en 1906 para referirse al Sindicato Político y Social de las Mujeres (WSPU, por sus siglas en inglés), uno de los grupos que había estado exigiendo el sufragio femenino durante décadas. Esta organización, constituida tres años antes en Manchester por la activista Emmeline Pankhurst, decidió apropiarse de este término.
En los primeros años del siglo XX, tan solo el recién nacido Partido Laborista estaba a favor de otorgar el derecho al voto a las mujeres en Reino Unido, mientras que liberales y conservadores se oponían, explica a Efe Sarah Richardson, investigadora de Política e Historia de Género en la Universidad de Warwick. "Los conservadores estaban, en general, en contra de cualquier extensión del derecho a voto. Entre los liberales, aunque muchos de ellos apoyaban una ampliación de la democracia, cundía la preocupación de que las mujeres votarían de forma abrumadora a los conservadores".
Qué es el movimiento anti-sufragio
Liberales y conservadores no eran los únicos en contra de que las mujeres pudieran votar. Un grupo de mujeres reunidas en el llamado movimiento anti-sufragio insistía en que las mujeres no tenían la capacidad de entender la política y por ello no podían votar. Las retrataban como mujeres "feas" y "solteronas". Este movimiento fue fundado en 1908 por Mary Humphrey Ward, con el apoyo de dos hombres: Lord Curzon y William Cremer.
Un año después, más de 250,000 personas en Reino Unido, tanto hombres como mujeres, firmaron una petición en contra de otorgar el voto a las mujeres. Un opositor al sufragio femenino escribió en 1908 en la revista The Queen que la campaña para el voto de las mujeres era el "preludio de una revolución social" que haría retroceder a la sociedad, según recoge la BBC. "Creemos en la división de funciones como piedra angular de la civilización", añadió. "Es como si los animales de la granja insistieran en cambiar de lugar: las vacas insistían en sacar el carruaje, mientras los caballos se esforzaban en vano por masticar y rumiar".
Lo que está detrás del famoso lema: ‘Hechos, no palabras’
Las sufragistas eran una alternativa militante a los grupos que buscaban el derecho al voto de las mujeres a través de medios pacíficos. El grupo liderado por Pankhurst inició una campaña radical bajo el lema Hechos, no palabras, que incluía quemar el contenido de cientos de buzones de correos, romper las ventanas de miles de comercios y cortar cables telefónicos. Las sufragistas también llamaron a los ciudadanos a invadir la Cámara de los Comunes y lograron reunir frente al palacio de Westminster a cerca de 60.000 personas en 1908, aunque la policía impidió que accedieran al Parlamento.
La ausencia de resultados tangibles a favor de su causa las llevó a partir de 1913 a radicalizar aún más sus acciones. En uno de sus actos más atrevidos, en 1913, las sufragistas detonaron bombas en una casa que se estaba construyendo para el ministro de Finanzas y futuro primer ministro, David Lloyd George, causando daños significativos.
Quién es Emily Davison
El acto de militancia más conocido fue el de la activista Emily Davison, que se convirtió en una mártir del movimiento al arrojarse bajo el caballo del rey Jorge V durante una carrera en el Derby de Epsom, un atropello que le provocó la muerte pocos días después. Muchas sufragistas acabaron en la cárcel y comenzaron huelgas de hambre, ante lo cual el Gobierno del Partido Liberal trató de forzarlas a alimentarse. El Sindicato Político y Social de las Mujeres declaró una pausa en sus acciones de protesta ante el estallido de la guerra, aunque continuó ejerciendo presión sobre el Gobierno.
Derecho al voto sí, pero no para todas
En 1917 se comenzó a considerar una reforma de la ley electoral en Reino Unido, ante la posibilidad de que las acciones radicales de las sufragistas se reiniciaran con el fin de la Primera Guerra Mundial. En virtud de la ley vigente en aquel momento, aprobada en 1884, solo podían votar los hombres con ganancias por encima de cierto umbral, lo que dejaba fuera a más del 40 % de los británicos, entre ellos gran parte de los soldados que habían vuelto del frente.
La norma que se aprobó en febrero de 1918 otorgó el derecho al sufragio a todos los hombres mayores de 21 años y a las mujeres mayores de 30 que poseyeran propiedades. Diez años después, el Parlamento británico aprobó la ley que garantizaba el sufragio universal para todas las personas mayores de 21 años en Reino Unido, que amplió a quince millones las mujeres con derecho al voto en el país.
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