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Muere un minero en el pueblo de Marruecos que protestaba por la muerte de otros dos

Los vecinos de Yerada reclaman mejores condiciones de vida en una zona cuyo único sustento son los pozos de carbón abandonados

Francisco Peregil
Protestas en el funeral de dos hermanos que murieron en el interior de una mina ilegal, en Yerada, Marruecos, en diciembre de 2017
Protestas en el funeral de dos hermanos que murieron en el interior de una mina ilegal, en Yerada, Marruecos, en diciembre de 2017FADEL SENNA (AFP)

El municipio de Yerada (40.000 habitantes, próximo a la frontera con Argelia, en el noreste de Marruecos) saltó el 22 de diciembre a las primeras páginas de los medios marroquíes tras la muerte de dos hermanos mineros de 22 y 30 años que trabajaban en un yacimiento de carbón clandestino. El accidente desató las protestas de una población que reclama trabajos dignos y una reducción en las facturas de agua y electricidad. En ese contexto, este jueves falleció otro minero, de 31 años.

El minero se encontraba junto a otros tres en el interior de un pozo de carbón. El pozo se hundió, dos de sus compañeros salieron ilesos y el otro resultó gravemente herido. Mohamed Elouali, miembro en Yerada de la Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH), indicó a este diario que ya hay prevista una manifestación en la comarca.

El rescate del cadáver se hizo con medios improvisados por los mineros. En los vídeos filmados por los propios vecinos se ve a cientos de personas que abren paso ante la llegada del cuerpo inerte. Muchos de ellos protestan ante la ausencia de autoridades y miembros de protección civil.

En diciembre, miles de personas salieron a las calles reclamando alternativas económicas para escapar de la miseria, una rebaja en la factura de luz y agua y la depuración de responsabilidades en el accidente de los dos hermanos. La zona de Yerada se encuentra desolada desde que en 1998 se cerraron las minas de carbón. Unos mineros decidieron emigrar y otros probaron a seguir malviviendo mediante la extracción del carbón que venden a empresarios locales.

El Gobierno, que ha sufrido durante más de un año las protestas del Rif, ocasionadas tras la muerte de un vendedor de pescado, envió primero al ministro de Energía y después al de Agricultura. Y ambos anunciaron un plan de urgencia en la zona. Entre las medidas prometidas se encuentra el envío de 650 mujeres a España para trabajar en la recogida de fresa y 200 jóvenes a los polos industriales de Kenitra y Tánger. En total, el Gobierno ha prometido crear 2.000 puestos de trabajo para los habitantes de la zona. Pero las manifestaciones no cesaron.

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En Yerada hay una desconfianza evidente hacia las autoridades, como la había y la hay en la ciudad norteña de Alhucemas. Pero a diferencia del Rif, en las manifestaciones de Yerada suelen verse fotos con la imagen del rey Mohamed VI.

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Sobre la firma

Francisco Peregil
Redactor de la sección Internacional. Comenzó en El País en 1989 y ha desempeñado coberturas en países como Venezuela, Haití, Libia, Irak y Afganistán. Ha sido corresponsal en Buenos Aires para Sudamérica y corresponsal para el Magreb. Es autor de las novelas 'Era tan bella', –mención especial del jurado del Premio Nadal en 2000– y 'Manuela'.

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