El vicepresidente de EE UU anuncia una “nueva era” de paz en “Jerusalén, capital de Israel”
La Autoridad Palestina y los diputados árabes israelíes boicotean la visita de Pence
Considerado uno de los principales impulsores de la decisión de Donald Trump de reconocer a Jerusalén como capital de Israel, el vicepresidente Mike Pence ha emprendido una gira por Oriente Próximo para intentar restaurar el deteriorado papel mediador de EE UU en la región. Pence, que ha sido recibido este lunes por el primer ministro Benjamín Netanyahu con honores de jefe de Estado en la recta final de su viaje, ha anunciado en “Jerusalén, capital de Israel, el amanecer de una nueva era” de renovados esfuerzos para concluir un acuerdo de paz, según el diario Haaretz. El número dos de la Administración de Trump –un cristiano evangélico ultraconservador– solo tiene previsto reunirse con las autoridades israelíes, ya que el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, se ha negado a recibirle en Ramala tras el vuelco dado por Washington a 70 años de consenso internacional sobre la Ciudad Santa.
Pence aseguró con optimismo que el reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel “crea una oportunidad para avanzar en las negociaciones de buena fe entre israelíes y la Autoridad Nacional Palestina (…) para alcanzar una solución pacífica a un conflicto que perdura desde hace décadas en la región”.
En las dos primeras etapas de su gira, el presidente egipcio, Abdelfatá al Sisi, y el rey Abdalá II de Jordania reivindicaron que Jerusalén Este debe ser la capital de un Estado palestino. “Nos hemos puesto de acuerdo en que no estamos de acuerdo”, declaró Pence a la cadena NBC tras reunirse con el monarca hachemí en Amán.
El primer ministro israelí ha definió al vicepresidente de EE UU como “un verdadero amigo de Israel”. En su agenda figura este lunes una intervención ante la Knesset (Parlamento) en pleno. Los diputados del grupo árabe Lista Conjunta—el tercero más numeroso, con un 10% de los 120 escaños—, han anunciado que boicotearán su discurso. “Es un hombre peligroso que actúa con una visión mesiánica y es el enviado de un hombre aún más peligroso”, ha afirmado Ayman Odeh, líder de Lista Conjunta.
En la Knesset, Pence puede anunciar también un adelanto del traslado de la Embajada de EE UU en Israel desde Tel Aviv a Jerusalén. Aunque fuentes diplomáticas estadounidenses citadas por Reuters han precisado que la construcción de la nueva legación puede demorarse más de tres años, Pence parece mostrarse partidario de acondicionar un edificio consular en Jerusalén como Embajada de facto antes de un año.
El vicepresidente de EE UU prevé acudir el martes —día en el que el partido palestino Fatah, encabezado por el presidente Abbas, ha convocado una huelga general en Palestina en protesta por su visita— al Muro de las Lamentaciones acompañado por un rabino. El principal lugar de culto judío se halla en la Ciudad Vieja, ubicada en Jerusalén Este, donde los palestinos aspiran a tener la capital de su futuro Estado. No está previsto que Pence recorra la basílica del Santo Sepulcro, lugar sagrado por excelencia para los cristianos. Las jerarquías de las diferentes Iglesias han declinado mantener encuentros con Pence a su paso por la Ciudad Santa.
A la misma hora en que se producía el encuentro entre Pence y Netanyahu, el presidente Abbas se encontraba reunido en Bruselas con los ministros de Asuntos Exteriores de la UE, a quienes pretende reclamar el reconocimiento del Estado palestino para contrarrestar la declaración de Trump sobre Jerusalén. Netanyahu ha advertido al presidente palestino de que “no existe alternativa al liderazgo de EE UU para conducir el proceso diplomático, (...) quien rechaza hablar de paz con los norteamericanos es porque no quiere la paz”.
La gira diplomática del vicepresidente se inició el sábado en El Cairo, donde tuvo un doble objetivo: expresar el apoyo norteamericano “hombro con hombro” frente al azote del terrorismo que sufre Egipto, y dar la nueva de que “Estados Unidos está profundamente comprometido en la reanudación del proceso de paz en Oriente Próximo”.
Pence fue aún más explícito ante Al Sisi al defender la “preservación del statu quo de los santos lugares en Jerusalén” y precisar que las fronteras definitivas de la Ciudad Santa “deberán ser negociadas”. La presidencia egipcia expresó el sábado su apoyo al “derecho del pueblo palestino a establecer un Estado independiente con capital en Jerusalén (...) tras negociaciones basadas en la solución de los dos Estados”.
Al igual que Egipto, Jordania recibe ayuda militar y económica norteamericana por un monto cercano a los 1.500 millones de dólares anuales (1.220 millones de euros). Ambos son también los únicos países musulmanes que mantienen relaciones con Israel tras haber firmado acuerdos de paz. “Jerusalén es crucial para la paz, y para combatir con eficacia alguna de las causas de la radicalización islámica”, advirtió Abdalá II tras un frío encuentro con Pence el domingo en Amán.
Como custodio del recinto de la mezquita jerosolimitana de Al Aqsa, tercer lugar sagrado del islam, el monarca hachemí transmitió a Pence el domingo su “inquietud” por la declaración de Trump del 6 de diciembre: “Jerusalén es clave para musulmanes y cristianos, como lo es también para los judíos (...) y debe ser capital de un Estado palestino dentro de la visión de los dos Estados”. Más de la mitad de la población jordana es de origen palestino o descendiente de refugiados tras el nacimiento de Israel en 1948.
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