Debut, triunfo y despedida de los Deltas

Aseguraban tener alma de startup y se han comportado como tal. Si solo una de cada 10 sobrevive a los dos primeros años de vida, el equipo de fútbol en la capital del mundo tecnológico, los San Francisco Deltas, han seguido el guion al pie de la letra. Comenzaron suave, ganaron la temporada y el fallo del modelo económico ha llevado al club a cerrar.

Brian Andrés Helmick, un empresario de origen colombiano y con estudios en Stanford, quiso hacer realidad su sueño: formar un equipo para los aficionados de la ciudad, especialmente los latinos. “Los fundadores, en su mayoría, son personas vinculadas al mundo de Silicon Valley, ya sea como trabajadores de Google, Apple, Facebook y las grandes empresas de la Bahía, o como inversionistas o creadores de startups a los que les ha ido tan bien que han vendido su empresa”, dijo hace poco más de un año a EL PAÍS, cuando ultimaban los preparativos para debutar en la NASL, equivalente a la segunda división en Estados Unidos.

Tenían todos los requisitos para triunfar en la zona, al menos sobre el papel. Un entrenador con espíritu de superación, jugadores experimentados de todas las latitudes, incluyendo al español Cristian Portilla, lesionado al final de la temporada y varias veces destacado como el mejor de la jornada en toda la competición, y una afición joven.

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Tras el debut, se sucedieron las jornadas en el frío Kezar Stadium, en pleno Golden Gate Park, rodeados de puestos de comida y cerveza, con niños corriendo por las gradas y los antiguos asientos del derruido Candlestick Park, donde jugaron los San Francisco 49ers hasta hace cinco años, para intentar crear un ancla local. Es cierto que Silicon Valley ya tenía equipo de fútbol, los San José Earthquakes, en la categoría superior. Pero también lo es que está lo suficientemente lejos el estadio como para pensarse mucho ir desde la ciudad. No es un lugar al que se puede ir caminando desde casa.

A medida que avanzaba la temporada seguían las victorias, pero el estadio no terminaba de llenarse. Tampoco se generaba ambiente, el soccer no forma parte de la conversación habitual. Las entradas, a una media de 20 dólares, solo se vendían por Internet. Tenían un precio acorde con la economía de la ciudad. Cuando llegaron los playoffs decidieron rebajarlas a solo cinco dólares. El lleno fue absoluto cada noche hasta llegar a la final frente al Cosmos de Nueva York. Fue la noche del 12 de noviembre. Obtuvieron un gol de penalti en la primera parte y aprovecharon la ventaja hasta casi el final del encuentro, cuando un segundo gol los convirtió en campeones.

Fue un estallido de alegría con invasión de campo incluida. Solo un hombre mantuvo la calma, Helmick, el CEO de la organización. Las cuentas no cuadraban y el equipo se tenía que disolver. Así lo ha anunciando en su blog: “Esta aventura que comenzó en 2015 tiene todos los elementos de una película de cine con desafíos que impactan la esencia humana, momentos heroicos, derrotas dolorosas y la superación de obstáculos casi imposibles. Todo culminó en un sueño hecho realidad el domingo 12 de noviembre, cuando los SF Deltas fueron coronados campeones nacionales después de derrotar a los Cosmos de Nueva York, el equipo más famoso en la historia del fútbol en los Estados Unidos. Nunca olvidaré ver miles de aficionados inundando la cancha. Al finalizar la celebración, hemos liberado los jugadores y entrenadores de sus contratos. No dejaremos cabos sueltos y a todos se les pagará lo que se les debe por el año 2017, incluyendo a los jugadores, entrenadores, empleados operacionales, socios y proveedores”.

Los San Francisco Deltas pasan a la historia de la NASL como el equipo que ganó la liga en la temporada de su estreno y se disolvió. Así lo ve el fundador: “Quiero que nos recuerden no solo como el equipo startup de fútbol que ganó un campeonato en la cancha, sino también como el equipo que hizo todo lo posible para ayudar a la comunidad fuera de la cancha. Estoy eternamente agradecido a todas las personas que he conocido y que hicieron posible esta aventura. Gracias”.