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ADEL AL JUBEIR | Ministro de Exteriores de Arabia Saudí

“Hemos dicho basta a las agresiones de Irán y estamos contraatacando”

El jefe de la diplomacia saudí critica a su gran rival en Oriente Próximo y desvincula los arrestos de una purga

El ministro de Exteriores saudí durante la entrevista este viernes en Madrid.
El ministro de Exteriores saudí durante la entrevista este viernes en Madrid.VICTOR SAINZ

A la detención de 200 príncipes y empresarios saudíes el 4 de noviembre se le ha llamado de muchas formas: golpe palaciego, contragolpe o purga. Lo seguro es que ha dejado a Mohamed Bin Salmán, el príncipe heredero, en una situación de primacía sin precedentes en un reino en el que el poder se ha compartido tradicionalmente de forma cautelosa entre las ramas de una misma familia. Hoy Arabia Saudí aspira a la preponderancia en el mundo árabe. En Líbano, la sombra de Riad planea sobre la dimisión del primer ministro Saad Hariri. En el conflicto de Yemen, se acusa al reino de dificultar el reparto de ayuda humanitaria. Y el bloqueo al emirato de Qatar ha tenido consecuencias negativas inesperadas para los propios saudíes, según el FMI. Como trasfondo a todas esas crisis está la antigua enemistad con Irán. El actual ministro de Exteriores, Adel Al Jubeir (Riad, 1962), visitó ayer Madrid para reunirse con su homólogo español, Alfonso Dastis, y dedicó parte de la mañana a atender a un reducido grupo de medios españoles.

Pregunta. Las detenciones, ¿son un pulso político?

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Respuesta. Eso es absolutamente incorrecto. Cuando hay corrupción, no hay justicia. Cuando hay corrupción, hay derroche, ineficiencias y mala gestión. Hay que tener un Gobierno limpio, que rinda cuentas. Hace casi tres años, el rey Salmán dijo que lucharía en serio contra la corrupción. Seis meses después, el príncipe heredero Mohamed afirmó que perseguiría a todo aquél que fuese corrupto, tanto si se trataba de un príncipe como de un ministro. Y hace casi más de dos años, el fiscal inició una investigación. Finalmente, requirió a más de 200 personas por el dinero que robaron. En menos de una semana descubrieron que se habían robado más de 100.000 millones de dólares [86.000 millones de euros] del Tesoro Público.

P. Sorprende la cantidad de detenidos. ¿No teme que se acuse a Arabia Saudí de absolutismo?

R. Es irónico. Si no hacemos nada, la gente dice que hay mucha corrupción en Arabia Saudí. Si hacemos algo, dicen que Arabia Saudí es una dictadura. La única manera de luchar contra la corrupción es luchar contra la corrupción. Y tenemos un gran problema. Hay que abordarla de una manera muy pública y transparente. Eso es lo que pasa. Podríamos haberlo hecho de manera discreta, pero queríamos enviar el mensaje al pueblo saudí y al mundo de que luchamos en serio contra la corrupción.

P. ¿Volverá Saad Hariri a su cargo de primer ministro en Líbano?

R. Saad Hariri es un aliado de Arabia Saudí. Y también es ciudadano saudí. Le apoyamos cuando fue primer ministro la primera vez. Le apoyamos cuando fue primer ministro la segunda vez. Apoyamos a su padre. Su familia vive en Arabia Saudí. El problema es que Hezbolá socavó sus políticas. La decisión de si vuelve es suya.

P. Pero el líder de Hezbolá, Hasan Nasralá, dijo en un discurso que Hariri es cautivo de Arabia Saudí.

R. Nasralá dice muchas cosas que no son ciertas. Confunde los hechos con la ficción. De repente, es un defensor de Hariri. Lo que debería hacer es entregar a la justicia a los que mataron a su padre [Rafik Hariri, asesinado en coche bomba en Beirut en 2005]. Nasralá es la razón por la que Saad Hariri dimitió, porque trabaja para los iraníes, y los iraníes quieren desestabilizar Líbano.

El largo y lento camino hacia la libertad de las mujeres

A partir de junio de 2018, las mujeres podrán conducir en Arabia Saudí. Es un pequeño gesto en el largo camino pendiente de la igualdad de género en uno de los reinos más conservadores del mundo. El ministro es consciente de ese déficit pero defiende sus tímidas aperturas. “Permitir que las mujeres conduzcan abre muchas oportunidades económicas”, asegura. “Los efectos económicos de permitir que las mujeres conduzcan son muy importantes. Ahora, si eres una estudiante universitaria y quieres un trabajo a tiempo parcial no puedes cogerlo porque tienes que contratar a un conductor y el salario del conductor es superior a lo que ganas. El cambio reducirá el número de conductores extranjeros que hay en el país. También reducirá el número de coches que hay en las carreteras porque ahora si una mujer va a trabajar, no se hace un solo viaje de ida y vuelta, son dos viajes de ida y vuelta: el conductor deja a la mujer, vuelve, luego va a recogerla y vuelve. Esto será una mejora para las carreteras y autopistas”.

Jubeir admite que el cálculo de estas reformas no es únicamente económico o desde el punto de vista de las infraestructuras. “Lo más importante es que creo que en la idea de con la conducción se gana libertad. Puedes ir a sitios, no tienes restricciones... Eso es lo que estamos intentando hacer en Arabia Saudí”. En la clasificación anual del Foro Económico Mundial sobre igualdad de género, Arabia Saudí se encuentra en la cola de 144 países y sólo supera a Siria, Pakistán y Yemen. Jubeir añade: “No podremos progresar si no adoptamos un islam moderado que sea inclusivo y tolerante y que esté abierto a todo el mundo. Porque así es como siempre ha sido nuestra religión”.

P. ¿Hay una guerra fría entre Arabia Saudí e Irán?

R. En 1979 se produjo la revolución de Jomeini y surgió un Estado radical en Irán. La Constitución iraní pide que esa revolución se exporte. Y el Gobierno iraní está librando una guerra contra mi país desde aquella época. Han atacado nuestras embajadas, han asesinado a nuestros diplomáticos, han implantado células terroristas en Arabia Saudí, han intentado desestabilizar a países de nuestro alrededor y nos han atacado. Y ahora hemos dicho basta. Estamos contraatacando.

P. ¿Cuándo acabará el bloqueo a Qatar?

R. Lo de Qatar no es un bloqueo, sino un boicot. No queremos tener trato con ellos, porque les pedimos cero tolerancia en cuanto al terrorismo, la financiación del terrorismo, la incitación, el discurso del odio, las injerencias en los asuntos internos de otros países y en dar refugio a fugitivos. A los cataríes les pedimos que paren. Una vez que paren tendremos unas relaciones normales con ellos. Pero mientras no paren, no tendremos ningún trato con ellos. Eso es lo que estamos haciendo con Qatar.

P. ¿Están perdiendo ustedes la guerra de Yemen?

R. No. Los Huthis organizaron un golpe. Se apoderaron del país y están intentando imponer una dictadura en él. Son aliados de Hezbolá y de Irán. La coalición [liderada por los saudíes] vino para ayudar al Gobierno legítimo basándose en la Resolución 2216 de la ONU. Hoy en día, casi el 80% del país vuelve a estar controlado por el Gobierno, y los Huthis controlan el 20%. Están sufriendo reveses militares y se están quedando sin fondos. Robaron 3.000 millones de dólares del Banco Central, robaron los fondos de pensiones, están robando los ingresos de la empresa de telefonía móvil, están cobrando dinero a todos los barcos que llegan al puerto de y están robando la ayuda humanitaria y la venden para pagar su maquinaria de guerra. Pero empiezan a quedarse sin dinero, y poco a poco pierden terreno militarmente. Creo que están aislados políticamente.

P. Por tanto, ¿abrirán corredores de ayuda humanitaria?

R. Sí. Pero los Huthis cercan las ciudades y las aíslan, y por eso la gente está muriendo de hambre. Pero nadie culpa a los Huthis. Desgraciadamente, todo el mundo dice: "¡Oh, Dios mío! Es la coalición saudí". No hemos impuesto un bloqueo a las ciudades. Los Huthis sí. No hemos robado la ayuda humanitaria. Los Huthis sí. No hemos bombardeado ciudades. Los Huthis sí. No hemos reclutado a miles de niños de 9, 10, 12 ó 13 años, ni les damos armas. Los Huthis sí. Pero por alguna razón, todo el mundo dice que la coalición dirigida por Arabia Saudí es la culpable y que los Huthis son inocentes.

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