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Los kurdos que (todavía) no quieren la independencia

Suleimaniya, el otro centro de poder del Kurdistán iraquí, aglutina el recelo hacia el referéndum convocado por Erbil

Ángeles Espinosa
Grupo de jubilados kurdos en la plaza de Bardarkisara, en Suleymaniya, este jueves.
Grupo de jubilados kurdos en la plaza de Bardarkisara, en Suleymaniya, este jueves.Á.E

Bardarkisara es la Puerta del Sol de Suleimaniya, la capital cultural del Kurdistán iraquí. Allí, a la sombra de unos árboles y bajo la atenta mirada del jeque Mahmud, el héroe de las revueltas contra los británicos, una decena de jubilados kurdos confía sus inquietudes ante el referéndum convocado para el próximo lunes para que la región se independice del resto de Irak. “No hemos alcanzado aún la madurez para ser independientes”, resume un antiguo maestro ante la anuencia del resto, la mayoría funcionarios retirados. A diferencia de Erbil, Dohuk o incluso la disputada Kirkuk, en la ciudad no se ven carteles animando al voto.

“Se necesita tener infraestructuras desarrolladas, un Ejército fuerte… aquí las fuerzas armadas pertenecen a los partidos”, apunta por su parte un antiguo oficial de policía. “Si vamos a hacer un referéndum deberíamos contar con apoyo internacional, pero ni siquiera la ONU nos respalda y eso no es bueno”, concurre otro de los contertulios. “Nosotros no estamos industrializados como Cataluña y tampoco tenemos de vecino a Francia”, apostilla el maestro al conocer la nacionalidad de la periodista.

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Todos dejan claro sin embargo que la independencia es “la aspiración desde hace cien años”. Por eso consideran que les resultaría “muy duro votar no”. De ahí que la mayoría planee abstenerse “si no se cancela”, una posibilidad que en Suleimaniya muchos consideran probable ante las presiones internacionales. Aun así, uno de los amigos que cada día se reúnen en esta plaza hasta que el calor de mediodía les obliga a retirarse, asegura que irá a votar y votará no, si bien descarta que salga ese resultado. “Si hubiera una tercera casilla para el no por ahora, ganaría”, concluye el maestro entre parabienes.

Justamente No por ahora es el lema de la campaña lanzada desde Suleimaniya por una variopinta alianza de intelectuales, activistas y políticos (incluidos disidentes de la Unión Patriótica de Kurdistán, UPK, dominante en esa ciudad y rival del Partido Democrático de Kurdistán, PDK, cuyo líder y presidente de la región autónoma, Masud Barzani, es el alma de la consulta).

“Ningún kurdo en este planeta está contra la independencia, pero el referéndum, si al final se lleva a cabo el día 25, no es por la independencia, por eso nos oponemos a él”, aclara Khabat Nawzad, el director del canal de televisión desde el que difunden los riesgos económicos y políticos de votar sí. Las seis horas de retransmisiones diarias, incluido un programa en directo con llamadas de los televidentes, son posibles gracias al apoyo de un rico empresario local, Shawar Qadir, quien ha asumido el riesgo de enfrentarse al orden establecido.

Para Nawzad está claro que la consulta es un “intento de distraer a la gente de los problemas” aparcados hace tres años por la lucha contra el Estado Islámico (ISIS). “Ahora que la guerra se ha acabado, el Gobierno tiene que hacer frente a la mala situación económica, el descontento de los funcionarios a los que se ha reducido el sueldo, o la crisis institucional”, resume.

Desde Gorran (Cambio), el partido fundado en 2009 para denunciar la corrupción del sistema de reparto de poder entre PDK y UPK, y uno de los grupos que rechazan el referéndum, no se ahorran prendas contra Barzani. “Su intención es tapar que después de que el Parlamento dominado por su partido extendiera su mandato por dos años en 2013, ha seguido gobernando ilegalmente otros dos más y no tiene intención de convocar elecciones el próximo noviembre como debiera”, denuncia Bayazeed Abdullah, miembro de la dirección del partido y parlamentario regional.

Las críticas no son sólo políticas. “Esto no es un referéndum. En un referéndum se consulta a la gente para formular leyes y son vinculantes. Aquí, en un ejercicio de teatro político se convocó un Parlamento que ha estado incapacitado durante los últimos dos años y se les hizo redactar una recomendación en vez de una ley para un órgano al margen del Parlamento, el Alto Comité para el Referéndum, para hacer una consulta que sirva de baza para negociar con el Gobierno iraquí”, explica Alan Noory, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad Americana de Suleimaniya. “Es como hacer una encuesta y preguntar a la gente si prefiere el té o el café”, resume.

A Noory le preocupa además una eventual independencia en este momento, a la vista de cómo se ha gobernado Kurdistán en los últimos 20 años. “No tenemos un sistema democrático, sino familias que controlan la riqueza pública con estructuras mafiosas, más una cleptocracia que una democracia”, describe convencido de que lograr un Estado propio sin solucionar esos problemas sólo va a apuntalarlos.

Un piso más abajo, en la cafetería de la universidad, varios estudiantes coinciden en el temor expresado por sus mayores en la plaza de Bardarkisara. “Es muy arriesgado porque se ha convocado en el momento equivocado; no creo que vote porque si lo hiciera me sería muy difícil votar no”, declara Banu, una estudiante de Empresariales. “No he decidido qué voy a hacer. A todos nos gustaría tener un país, pero me da miedo lo que pueda suceder después”, señala Kali, que cursa Ingeniería. Sarah, que es de Kirkuk y también estudia Empresariales, tiene claro que “árabes y turcomanos se enfrentarán a los kurdos”; por eso no va a votar

En busca de salida

El Alto Comité para el Referéndum ha reiterado este jueves que la consulta sobre la independencia va a celebrarse el lunes como está previsto porque "no se ha recibido ninguna alternativa aceptable". El comunicado se ha emitido tras crecientes especulaciones sobre su eventual cancelación ante las presiones internacionales y el anuncio de que una delegación del Comité va a viajar a Bagdad el próximo sábado.

“Es una de las opciones, pero aún no se ha decidido”, admitía horas antes Abubaker Ali, a preguntas de EL PAÍS. Su partido, la Unión Islámica, es el tercero en importancia en apoyar la consulta lanzada por el Gobierno de PDK y UPK.

Fuentes diplomáticas occidentales barajaban, sin embargo, la posibilidad de que para evitar el previsible choque de trenes y salvar la cara, lo que el presidente kurdo, Masud Barzani, vaya a ofrecer al Gobierno central sea limitar el referéndum a la región autónoma, dejando fuera las áreas en disputa como Kirkuk.

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Sobre la firma

Ángeles Espinosa
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

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