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Mezquita feminista para todos

Un nuevo templo en el que hombres y mujeres musulmanes rezan juntos declara la guerra a las fuerzas islamistas en Berlín

Ana Carbajosa
Seyran Ates, de pie a la derecha, durante la apertura de la mezquita Ibn-Rushd-Goethe en Berlín.
Seyran Ates, de pie a la derecha, durante la apertura de la mezquita Ibn-Rushd-Goethe en Berlín. Sean Gallup (Getty Images)

La imagen es muy singular, probablemente única. Hombres y mujeres sin velo rezando juntos, hombro con hombro en una mezquita en la que una imana pronuncia el sermón. La oración tiene lugar en el torreón de una iglesia evangélica. Ha sucedido este viernes en Berlín, donde un grupo de musulmanes progresistas han decidido poner en práctica una aspiración que llevaban años rumiando: abrir una mezquita para los que quieren vivir un islam moderno y tolerante y que no encuentran su lugar en los templos clásicos. “Ha llegado el momento. Quiero una mezquita que respete mi dignidad como persona. No quiero acabar siendo una ex musulmana”, explica a este diario poco antes del rezo la politóloga suiza-yemení Elham Manea, que este viernes ejerce de imana.

Plantar cara a las fuerzas conservadoras que avanzan sin aparente freno en el mundo musulmán es lo que se ha propuesto Seyran Ates, la escritora feminista de origen turco, que capitanea el proyecto de la mezquita en Berlín. “Los musulmanes progresistas hemos estado demasiado tiempo callados”, explica Ates. ¿Tal vez por miedo? “Sí, claro. Mucha gente me ha dicho que le daba miedo venir hoy aquí”.

Todo han sido palabras de amor, concordia y diálogo interreligioso durante el acto de apertura de la mezquita. Pero fuera, alrededor de la iglesia que acoge la mezquita, un puñado de agentes vestidos de paisano y con el pinganillo en la oreja recorrían sin descanso el recinto. “Los musulmanes tenemos que hacer frente al terrorismo que se comete en nombre de del islam, el de los que dicen Allahu Akbar antes de matar”, piensa Ates, una mujer con el pelo corto cano y sin velo, en el jardín de la iglesia.

La mezquita se llama Ibn-Rushd-Goethe, en honor a Averroes, el sabio cordobés desterrado en el siglo XII por el rigorismo almohade y a Johann Wolfgang von Goethe, el gran escritor alemán-. Y aquí caben todos. Suníes, chiíes, alevíes, hombres, y mujeres, homosexuales… Todos menos las fieles con burka y con niqab, porque la igualdad de género es uno de los pilares sobre los que se asienta la mezquita, cuya apertura ha despertado una enorme expectación entre la prensa alemana, que el viernes acudió en masa a la inauguración.

Vinieron también invitados musulmanes de otros países europeos, que comulgan con el “renacimiento” que propone Ates. Como Hisham Mouan, que ha venido en representación de una mezquita feminista de Dinamarca y que explica que no les gusta el término “reforma”, porque “Corán solo hay uno y no se puede reformar; sí se puede y se debe reinterpretar”.

Islam europeo

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En toda Europa, hay quienes llevan tiempo peleando por dar forma a lo que llaman el islam europeo. Ese que aspira a predicarse en inglés, español francés, es decir, en el idioma que puedan entender los musulmanes nacidos y crecidos en Europa. Y ese que interpreta el Corán según los usos y costumbres de aquí, y no los de Marruecos, Egipto o Arabia Saudí, algunos de los países de los que suelen proceder los imanes que predican en mezquitas europeas.

La mezquita que acaba de abrir en Berlín va sin embargo mucho más allá. Ates ha pulverizado los pilares sobre los que se asienta la práctica musulmana, con una propuesta, a priori de difícil encaje para la mayoría de los musulmanes. Solo el tiempo dirá si la iniciativa echa raíces o si queda reducida a un mero episodio anecdótico.

Mientras, ya en la mezquita, un grupo de fieles -hombres y mujeres- se preparan para el rezo con la improvisación propia del primer día. “¿Alguien tiene una aplicación en el móvil para ver dónde está La Meca?”, se escucha. Enfiladas las alfombras hacia la quibla, se hace el silencio y una joven muecina con el pelo teñido y las uñas pintadas de azul llama a la oración.

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Sobre la firma

Ana Carbajosa
Periodista especializada en información internacional, fue corresponsal en Berlín, Jerusalén y Bruselas. Es autora de varios libros, el último sobre el Reino Unido post Brexit, ‘Una isla a la deriva’ (2023). Ahora dirige la sección de desarrollo de EL PAÍS, Planeta Futuro.

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