Trump sobre la presidencia: “Pensé que sería más fácil”
El mandatario revela en una entrevista que tiene un botón en su mesa para pedir una Coca Cola
El presidente de Estados Unidos pensaba que el trabajo sería más fácil. Echa de menos su vida anterior, conducir su propio coche. Una colección de entrevistas con Donald Trump a raíz de sus primeros 100 días en el poder ha desvelado más detalles de los que el republicano, que reina desde hace décadas en la telerrealidad estadounidense, se atreve a mostrar en sus cuidadas puestas en escena ante las cámaras.
Trump pide una Coca Cola pulsando un botón en su mesa de trabajo. Trump interrumpe conversaciones sobre China para presumir del resultado electoral. Trump cambia los plazos de entrega de propuestas legislativas a su equipo. Trump se comunica con su gabinete a través de declaraciones a los medios. Trump le pide a su yerno, Jared Kushner, que le recuerde a un periodista lo dispuesto que estaba a abandonar el Tratado de Libre Comercio con México y Canadá.
Un periodista de Financial Times le pregunta, mitad en broma, mitad en serio, si el interruptor rojo en su mesa es el llamado “botón nuclear”. Trump recuerda al niño que ha entrenado su respuesta. “Todo el mundo piensa lo mismo. Todo el mundo se pone un poco nervioso cuando lo aprieto”. Al otro lado del interruptor, un camarero de la Casa Blanca responde a la orden de traer al presidente su bebida favorita.
Son los detalles que colorean el dibujo de los primeros 100 días de presidencia Trump, una imagen donde los trazos gruesos siguen siendo las probabilidades de que apriete el botón nuclear real, un posible conflicto “grave, grave” con Corea del Norte, los dos ataques en Siria y Afganistán, el fracaso de la reforma sanitaria o la falta de financiación para el muro en la frontera con México.
Pero el presidente que un día presumió de que su mesa estaba más llena de papeles que la de ninguno de sus antecesores y ahora la mantiene impoluta, el mismo que mantiene a su secretario de prensa en el cargo “porque tiene buenas cifras de audiencia” y que ha pedido a su equipo que los informes de trabajo no superen una página de extensión y tengan más imágenes, dice ahora que el trabajo es más complicado de lo que se imaginaba.
“Me encantaba mi vida anterior, tenía tantas cosas", declaró Trump a los periodistas de Reuters en una entrevista exclusiva realizada este jueves. "Esto es más trabajo de lo que hacía antes. Pensé que sería más fácil”. Era la misma conversación en la que reconoció que hay posibilidad de que EE UU entre en un conflicto "grave" con Corea del Norte, explicó que espera que su líder "sea racional" y que Corea del Sur financie el escudo anti misiles estadounidense en la región.
La fotografía que recogió ese momento para la historia muestra al presidente acorazado a un lado de la misma mesa empleada por varios de sus antecesores. Frente a él, los reporteros, sus grabadoras y tres copias del mismo mapa de Estados Unidos teñido de rojo. “Mira, os podéis llevar esto, es el mapa definitivo con los números. Está bastante bien, no? El rojo somos obviamente nosotros”. Han pasado cinco meses de las elecciones, pero Trump sigue hablando de las elecciones en su entrevista con Reuters.
Gracias a otro reportaje de The Washington Post, firmado el mismo día, sabemos que ese mapa había sido empleado por uno de los asesores de Trump para convencerle de que abandonar el tratado comercial con México y Canadá (TLCAN) perjudicaría a los estadounidenses que viven en los Estados donde recibió más apoyo en las elecciones. “Esto demuestra que tengo una base de apoyo importante entre los agricultores, lo cual es bueno. A ellos les gusta Trump, a mí me gustan ellos y les voy a ayudar”.
El Post ha reconstruido también el caótico proceso que siguió la Casa Blanca antes de presentar el plan de recortes de impuestos de Trump. La semana pasada, el presidente leyó una columna en la que dos expertos conservadores aseguraban que ese proyecto podría brindarle la buena noticia que necesita antes de que se cumplan sus primeros 100 días en el poder.
En una entrevista pocas horas después, Trump declaró que tendría un plan “muy pronto”, mientras que su equipo pensaba que contaba con al menos dos semanas. El magnate aprovechó otra conversación para ponerle fecha: “el miércoles”. Y así nació el plan de recortes de impuestos —de apenas 200 palabras— con el que Trump se ha atrevido a plantear lo que no quiso ninguno de sus antecesores conservadores.
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