Donald Trump ataca al juez federal que bloqueó su decreto contra las ‘ciudades santuario’
La Casa Blanca califica de “ridículo” y “atroz” el dictamen que ha impedido aplicar la retirada de fondos a ciudades que no colaboren en las deportaciones
La Casa Blanca ha recuperado sus ataques al poder judicial en rechazo a la sentencia de un juez federal que ha bloqueado la orden ejecutiva de Donald Trump contra las llamadas “ciudades santuario”, las localidades que no colaboran con las autoridades de inmigración. La Administración Trump ha calificado el dictamen de “atroz” y considera que es “un ataque a las leyes”. En un comunicado plagado de durísimos términos contra el poder judicial, el secretario de prensa del presidente aseguró que el juez “cambió las leyes de inmigración unilateralmente”, ha cometido “un abuso de poder” y que su decisión “socava la confianza ciudadana en el sistema legal”.
“Primero el Noveno Circuito se pronuncia en contra del veto [migratorio] y ahora nos golpea otra vez con las ciudades santuario. Ambos son dictámenes ridículos”, escribió Trump en Twitter en la mañana del miércoles. “Nos vemos en el Tribunal Supremo”. Con la sentencia de este martes, el presidente suma ya tres órdenes ejecutivas relacionadas con inmigración que han sido bloqueadas por la justicia. En las tres ocasiones, además, los jueces han citado las palabras del mismo Trump para justificar la ilegalidad de sus objetivos.
La reacción de Trump llega horas después de que un juez federal de San Francisco bloqueó temporalmente el decreto presidencial por el que amenazaba con retirar fondos públicos a aquellas ciudades que no colaborasen con sus medidas de inmigración, como las deportaciones de indocumentados. Las ciudades de San Francisco y Santa Clara, ambas en California, se querellaron contra la Administración al considerar que esta medida era ilegal. Otras 34 localidades se han sumado a la denuncia y este martes celebraron su primera victoria.
El comunicado de la Casa Blanca sigue el mismo argumento que ha defendido el presidente republicano desde que era candidato. “Las ciudades santuario como San Francisco impiden a sus cárceles entregar a extranjeros criminales a las autoridades federales para que sean deportados”, asegura la Administración. “Estas ciudades participan en la peligrosa e ilegal anulación de las leyes federales con el propósito de eliminar nuestras fronteras”.
La Casa Blanca también acusa a las ciudades santuario de “poner el bienestar de los extranjeros criminales por delante de la seguridad de nuestros ciudadanos” y alega que las autoridades locales “tienen las manos manchadas de sangre de americanos muertos”. Durante la campaña, Trump invitó a familiares de víctimas de crímenes cometidos por indocumentados. En la Casa Blanca ha mantenido la estrategia y su último comunicado vincula al juez de San Francisco con el hecho de ser la misma ciudad que “liberó a un inmigrante ilegal deportado cinco veces que tiroteó a la inocente Kate Steinle en los brazos de su padre”.
El presidente Trump ha atacado en el pasado a otros jueces que han dictado sentencia contra él. Durante la campaña descalificó a un magistrado por ser “mexicano” y ya en la Casa Blanca abandonó la distancia que suelen marcar los presidentes entre el poder ejecutivo y el judicial para argumentar que tiene la razón en el caso del veto migratorio. “Hasta un mal estudiante de instituto lo entendería”, declaró entonces.
Tanto el veto migratorio como su rectificación en una orden ejecutiva posterior, como el decreto sobre las ciudades santuario avanzan ahora por distintos canales judiciales y Trump, como dijo esta mañana en Twitter, está dispuesto a llevarlos hasta el Tribunal Supremo.
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