_
_
_
_

Trump acusa a Obama de la ola de protestas contra los republicanos

El presidente se otorga “un sobresaliente” en su labor de gobierno y sólo un aprobado en su comunicación

J.M.AHRENS
Donald Trump en una reunión conservadora, el viernes pasado.
Donald Trump en una reunión conservadora, el viernes pasado.AP

Nunca fueron amigos. Incluso se podría decir que Barack Obama y Donald Trump se odian. Hace seis años, en una cena de corresponsales, el primer presidente negro, dolido porque Trump había puesto en duda su lugar de nacimiento, ridiculizó en público al multimillonario y llegó a exhibir un dibujo de cómo sería para este la Casa Blanca: una palacio kitsch y ostentoso. Trump, presente en el acto con su esposa Melania, se sintió profundamente ofendido y dicen que ahí mismo prometió vengarse. Ahora, una vez lograda su entrada en la Casa Blanca, no deja escapar un día sin apalear a su antecesor. “Heredé un desastre” suele decir.

El último dardo contra Obama lo lanzó este martes. En una entrevista en la cadena amiga Fox News, dejó caer la posibilidad de que hombres de Obama estuviesen detrás de las filtraciones que han sacudido en las últimas semanas la Casa Blanca. Más seguro se mostró al tratar la ola de protestas ciudadanas contra representantes republicanos. Ahí, acusó directamente y sin aportar pruebas a su antecesor. Pero lo hizo guardando la distancia, evitando el cuerpo a cuerpo. “Creo que esto es política y tengo la piel gruesa”, explicó.

En un tono tranquilo, destinado a mostrar su mejor cara ante su esperado discurso de esta noche en el Congreso, el presidente repasó sus primeros 40 días en la Casa Blanca. Sin empacho, calificó de sobresaliente su labor de gobierno, pero dio solo un aprobado a la comunicación de sus pretendidos logros: “He hecho grandes cosas, pero no las hemos explicado suficientemente bien al pueblo estadounidense”.

La frase iba dirigida a su polémico portavoz, Sean Spicer. Desde el primer día de mandato, se considera que Trump está en desacuerdo con su trabajo. En la entrevista ahondó esta percepción. Al referirse a la sorpresiva inspección de teléfonos efectuada este domingo por el portavoz entre sus colaboradores en busca de un filtrador, se desmarcó. “Spicer es una persona decente. Yo lo habría hecho de forma distinta; habría ido persona a persona”, dijo.

También justificó su negativa a acudir a la cena de corresponsales. Alegó que habría sido hipócrita presentarse a un encuentro con quienes él acusa de mentir. Esas cenas, como ya se vio en 2011, nunca han sido de su gusto.

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

J.M.AHRENS
Director de EL PAÍS-América. Fue director adjunto en Madrid y corresponsal jefe en EE UU y México. En 2017, el Club de Prensa Internacional le dio el premio al mejor corresponsal. Participó en Wikileaks, Los papeles de Guantánamo y Chinaleaks. Ldo. en Filosofía, máster en Periodismo y PDD por el IESE, fue alumno de García Márquez en FNPI.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_