Trabajos a la desesperada para vaciar y reparar la presa dañada en California
Los equipos de emergencia tratan de asegurar el muro en peligro antes de que llegue una nueva tormenta el jueves. 188.000 personas permanecen fuera de sus casas
La presa de Oroville, en California, era este lunes por la noche un desastre a punto de ocurrir. Los equipos de emergencia tienen 72 horas para reparar un muro que, de romperse, puede escupir una montaña de agua sobre decenas de kilómetros a la redonda de la segunda reserva de agua más grande del estado. El Departamento de Recursos Hídricos no tiene más opción que probar por primera vez los límites de la resistencia de la infraestructura, y esperar que aguante. Se trata de vaciar todo el agua que se pueda antes de que el jueves llegue una nueva tormenta, prevista por los meteorólogos, y a la vez reforzar el muro que amenaza con romperse.
La secuencia de los hechos hasta ahora es la siguiente. Las intensas tormentas que ha padecido California en este invierno, que han sacado de la situación de sequía extrema a más del 80% del estado, han llenado los embalses a niveles no vistos desde hace años. En el caso del lago Oroville, la presa sobre el río Feather, a unos 75 kilómetros al norte de Sacramento, obligó a abrir las compuertas para vaciar el embalse. La operación llevaba varios días cuando los ingenieros descubrieron una grieta en la rampa del agua que ponía en peligro la infraestructura.
El fin de semana, decidieron utilizar el desagüe de emergencia de la presa, que no había sido usado nunca en medio siglo de historia desde que se construyó. Se trata de un muro bajo por el que puede desbordar el agua para aliviar la presa. Pero el agua no cae a una zona canalizada como a través del desagüe principal, sino a la montaña. Poco después de empezar a utilizar este sistema, la ladera de la montaña bajo el muro se empezó a desprender, formando grietas y agujeros y arrastrando todo tipo de escombro natural que podía causar problemas río abajo. El mayor peligro ahora es que esa erosión pueda acabar minando los fundamentos del muro y terminar por derribarlo. Ese es el escenario de pesadilla: que el agua contenida en 10 metros de altura del lago se vacíe sobre las poblaciones de la zona. No es la presa en sí lo que peligra, sino ese muro.
Riesgo de rotura
Hasta 188.000 personas fueron evacuadas de sus casas durante el domingo por el riesgo de que se rompiera el muro del desagüe de emergencia. El lunes, el sheriff dejó claro que la situación seguía siendo de emergencia y que no podrían volver a sus casas.
En esta situación, las autoridades decidieron poner la infraestructura al límite y esperar que aguante. La compuerta principal se abrió para pasarse todo el día del lunes sacando 2.800 metros cúbicos de agua por segundo de la presa. El enorme agujero en medio de la rampa pasó a ser un problema secundario comparado con el peligro de derrumbe del muro de emergencia. Las imágenes del torrente de agua, nunca visto, coparon las televisiones.
Por la tarde, los ingenieros pudieron apuntarse un éxito momentáneo. El agua desborda por encima del muro de desagüe de emergencia cuando el nivel del lago llega a una altura de 274 metros. El uso intensivo del desagüe principal durante el domingo y el lunes logró rebajar el nivel por debajo de esa altura y detener el desbordamiento por el muro de emergencia que se estaba comiendo la montaña.
El desagüe masivo bajó el nivel del lago 1,5 metros sin dañar de forma significativa la rampa principal. Los ingenieros calculan que a este ritmo pueden rebajar 2,4 metros diarios. El objetivo inmediato es lograr un descenso de 4,5 metros en total para hacer sitio a la lluvia que pueda caer el jueves, explicó a la prensa Bill Croyle, del Departamento de Recursos Hídricos. Después, intentarán rebajar todo el lago unos 15 metros, ya que ha caído mucha nieve este invierno y empezará a deshelar dentro de poco.
El siguiente paso es reforzar la zona por debajo de ese muro en caso de que las lluvias, que van a volver según los pronósticos en la madrugada del miércoles al jueves, puedan volver a hacer necesario utilizar el desagüe de emergencia. Durante la noche, camiones y helicópteros depositaban contrarreloj sacos de rocas debajo del muro para reforzar toda la zona erosionada.
El lunes, el gobernador de California, Jerry Brown, envió una carta al presidente Donald Trump pidiendo la declaración de emergencia federal para la zona afectada. De esta forma podrían liberarse recursos de Washington para ayudar a los evacuados.
La presa Oroville alimenta el río Sacramento, de donde sale buena parte del agua canalizada hacia el valle central y las ciudades del sur.
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