Emiratos Árabes detiene a un conocido politólogo liberal
Abdulkhaleq Abdulla no está vinculado ni al islamismo ni a la contestación política
Activistas de los derechos humanos en Emiratos Árabes Unidos (EAU) han denunciado este martes la detención del politólogo emiratí Abdulkhaleq Abdulla, cuyo paradero se desconocía desde el pasado día 16. Amnistía Internacional, que ha confirmado la noticia, sospecha que se trata de un “preso de conciencia”. Al académico no se le conoce afiliación alguna con el islamismo ni activismo político, por lo que su arresto ha sorprendido a los observadores que temen una nueva vuelta de tuerca a la libertad de expresión en el país.
“Creemos que ha sido detenido a causa de sus tuits sobre la libertad de expresión en EAU y sus comentarios respecto a la decisión de un tribunal egipcio sobre las dos islas [cedidas a Arabia Saudí], pero no podemos confirmarlo por ahora”, ha declarado a EL PAÍS Ahmed Mansoor, activista de los derechos humanos galardonado con el premio Martin Ennals en 2015.
Abdulla escribió el 15 de enero: “Ojalá que la tolerancia en EAU incluyera las libertades de expresión, de prensa, de reunión y políticas, al igual que tenemos libertad de creencia, libertad de comercio y libertades personales y sociales”. El tuit generó 81 comentarios, 45 repeticiones y 57 me gusta. Pero sobre todo resultaba bastante osado en un país que se esfuerza en proyectar una imagen abierta y moderna, a la vez que controla cuidadosamente sus medios de comunicación para evitar cualquier desliz crítico.
El académico suele defender la política exterior y nacional de su país desde una perspectiva liberal. Un día después, se mostró partidario de respetar la decisión del tribunal egipcio que anuló la controvertida cesión de dos islas del mar Rojo a Arabia Saudí, anunciada por el presidente Abdelfatah al Sisi durante la visita del rey Salmán a Egipto el pasado abril. El asunto desató la ira de los egipcios. Aunque el Gobierno emiratí no se ha pronunciado públicamente al respecto, sin duda está más cercano a Riad que a El Cairo.
Abdulla, el más prominente politólogo de EAU, siempre ha sido muy activo en Twitter donde además de comentar los asuntos de actualidad, tanto en árabe como en inglés, difunde las columnas que escribe en los periódicos locales y los artículos que le citan en los internacionales, entre ellos EL PAÍS. Su accesibilidad le había convertido en un favorito de los periodistas extranjeros que siempre podían recurrir a él para que les ayudara a interpretar qué se estaba cociendo en su país y en la región.
Su cuenta, con 110.000 seguidores, quedó repentinamente muda el 16 de enero a las 19.22 hora local, después de haber tuiteado: “Los ocho hombres más ricos del mundo poseen una fortuna superior a la de 3.000 millones de habitantes del planeta”. Sus amigos empezaron a inquietarse. Aunque han logrado confirmar su arresto, desconocen aún los motivos formales del mismo y dónde se encuentra detenido.
“Esta detención confirma que las autoridades de EAU no persiguen a los islamistas como aseguran, sino que tienen un problema grave con las peticiones de más libertad y reforma”, afirma Mansoor.
El temor a un contagio de la primavera árabe ya llevó a principios de esta década a una campaña de represión tanto contra los islamistas como contra voces liberales, como la del propio Mansoor, que pedían cambios. Más allá de la inquietud por la seguridad en una zona sacudida por la inestabilidad y la guerra, la obsesión con la imagen del país ha dado lugar a algunos casos que han puesto en evidencia la escasa tolerancia a la crítica. A finales de 2013, dos emiratíes y seis extranjeros fueron condenados por un vídeo paródico. Más recientemente, el control sobre los medios de comunicación se ha extendido a las redes sociales, a la vez que se intensificaba la vigilancia electrónica tal como denunciaba Human Rights Watch a principios de este año. La ley de delitos cibernéticos ha convertido en ilegal incluso pedir donativos online para una ONG.
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