Así se han radicalizado los republicanos con Trump, según Twitter
Los tuits del presidente electo de EEUU y su equipo demuestran la irrupción de un sistema mediático nuevo
Donald Trump tiene una relación convulsa con los medios tradicionales. En su última rueda de prensa llamó “noticias falsas” a la CNN y “basura” a Buzzfeed —una web de entretenimiento pero con una potente sección de noticias— por publicar que Rusia tiene presuntamente información controvertida sobre el nuevo presidente que toma posesión este viernes.
Trump ha promovido a la vez un sistema de medios cercanos a su figura e ideología actuales, más a la derecha de lo que había sido el Partido Republicano hasta hace unos años. Con el ascenso del Tea Party en las elecciones legislativas de 2010 (celebradas en el ecuador de la primera legislatura de Barack Obama), los medios que han proliferado a la derecha se dirigen a un extremo del panorama ideológico. Es difícil decir si la explosión de estos medios más radicales es una causa o una consecuencia del ascenso de Trump. Pero ha ocurrido, y los políticos del Partido Republicano han acabado también en las posiciones del magnate. Ahora es el partido del nuevo presidente.
Hay datos que pueden demostrar la certeza de este movimiento. El método es comparar todos los enlaces a medios en Twitter de las cuentas de Donald Trump y sus empleados de campaña con los de Hillary Clinton y su equipo. También con los congresistas republicanos en dos momentos: 2016 y 2011. Se ha usado el servicio web de Graphext para obtener los tuits y extraer los enlaces. La decisión de enlazar a un medio en un tuit no es menor: “Es muy estratégico. Demuestra quiénes son tus aliados en los medios”, dice Imma Aguilar, asesora política en MAS Consulting y antes en partidos españoles como Ciudadanos o el PSOE.
A cada medio le atribuimos una ideología a partir de datos de Facebook. Tres científicos vinculados a la red social analizaron los medios que compartían durante seis meses más de 10 millones de usuarios anónimos, pero con una identidad política definida. Si un medio era más compartido por progresistas, salía como más de izquierdas, y al contrario. Si un medio era por ejemplo compartido por igual por ambos bandos quedaba en el centro.
Conclusiones del análisis:
1. Los congresistas republicanos han viajado hacia la derecha en los últimos años. Los actuales congresistas republicanos compartían medios más moderados y variados en 2011 que en 2016, como refleja el gráfico siguiente. La doble montaña entre la derecha moderada y extrema ya empezaba a verse, pero en 2016 y con el crecimiento de Trump se ha consolidado. Hace cinco años los congresistas compartían más noticias de medios centrados, como C-Span, Politico, The Hill o el Wall Street Journal. Trump y su equipo comparten más fuentes ultraconservadoras como el Daily Caller, Washington Examiner o Breitbart. Está por ver si una vez en la Casa Blanca, este trasvase seguirá. Nada indica que vaya a frenar. Además, no es sólo que Trump esté a la derecha de sus congresistas en 2011. Esos mismos mismbros en el Congreso se han movido: ahora comparten más medios partidistas.
El fenómeno no es nuevo. La radio y la televisión conservadoras han tenido desde hace décadas un hueco claro en el panorama mediático americano: “El contenido conservador tiene rédito y por eso hemos visto proliferar personalidades en radio y televisión. Si hay beneficio, las empresas buscarán nuevas personalidades para atraer audiencia”, dice Deana Rohlinger, profesora de Sociología de la Universidad Estatal de Florida. En la web ha ocurrido lo mismo. Pero en esta época, el nicho para competir parecía estar en el extremo.
El crecimiento de este espacio puede tener que ver con la edad de los votantes: “Los republicanos son mayores y quizá no eran tecnológicamente tan sofisticados y no usaban redes sociales y la web tan a menudo para consumir noticias como los demócratas. Ahora parece que han recuperado el tiempo perdido”, dice Nikki Usher, profesora de la Universidad George Washington.
2. Los demócratas no tienen una burbuja a su izquierda. La distribución por ideología de los medios que enlazan republicanos y demócratas tiene un aspecto distinto. Trump y su equipo tiene una distribución con dos picos separados: comparten medios de centro y también muchos medios en el extremo conservador. Clinton y su equipo comparten sobre todo medios liberales, pero no extremos.
Los medios más tradicionales se ubican entre el -0,5 liberal y el 0,25 conservador. Su audiencia es mixta, aunque por lo general predominan los demócratas. Los medios más extremos tienen audiencias pequeñas en la izquierda, al contrario que en el extremo conservador.
3. La nueva burbuja en la extrema derecha está formada por medios recientes. Los medios que predominan en la derecha han sido creados o han crecido espectacularmente en la última década. Breitbart es de 2007, Daily Caller es de 2010 y Daily Signal, de 2014. El Washington Examiner nació en 2005 y es aún una revista con edición en papel. Breitbart es el icono para Trump de este grupo. Stephen Bannon, su presidente hasta este verano, es actualmente el jefe estratega de la nueva Casa Blanca.
En el gráfico siguiente se muestran los medios que los actuales congresistas compartieron en 2011 y 2016, comparados con Trump. Ahora enlazan más medios conservadores como Daily Caller, Daily Signal o Washington Examiner. En 2011 el porcentaje de enlaces era menor y dominaban el Washington Times y la National Review, medios fundados en 1982 y 1955 respectivamente.
Las decisiones de los políticos en sus cuentas en las redes sociales pueden tener más impacto del que se presume: “Los políticos en muchos casos se han convertido en un nuevo filtro a través del cual sus seguidores reciben información política”, dice Pablo Barberá, profesor en la Universidad de California Sur. Esos enlaces pueden dar una idea de los medios que el político consume.
METODOLOGÍA
El análisis se basa en la ideología de los medios que comparten en sus cuentas de Twitter varios grupos de políticos. Consta de cuatro pasos.
1. Definir los grupos de políticos. Las cuentas de Twitter pertenecen a cuatro grupos: el staff de campaña de Trump, el staff de Clinton, y todos los congresistas republicanos y demócratas. Los miembros de los staff los tomamos de Democracy in Action.
2. Analizar sus mensajes en Twitter durante los seis meses antes de las elecciones del 7 de noviembre. Para extraer y analizar los mensajes se ha usado la herramienta de Graphext. El proceso es el siguiente: crear los grupos de usuarios (contextos), obtener sus mensajes entre las fechas elegidas y extraer todos los enlaces que aparecen en esos mensajes. El total de enlaces supera los 170.000.
3. Filtrar los enlaces. Los dominios se han filtrado para quedarnos solo con los medios de comunicación (blogs, televisiones, periódicos, etc.). También identificamos dominios de acortadores o secundarios, que unimos al principal.
4. El último paso consiste en atribuir a cada medio una ideología. Para eso usamos datos de un trabajo publicado en Science, con el "alineamiento ideológico" en el eje liberal-conservador de las 500 webs más compartidas en Facebook. El índice de ideología se construye a partir de la ideología de las personas que compartieron enlaces de cada web. El índice por tanto no tiene en cuenta los contenidos del medio, sino que refleja la ideología promedio de los usuarios que lo comparten. Para construir este índice los autores del trabajo examinaron datos de 10,1 millones de usuarios de Facebook que declaraban su ideología.
4. Los políticos republicanos son más plurales en las fuentes que comparten. Trump, su equipo y su partido enlazan medios de izquierdas, mientras que los demócratas apenas cruzan su frontera ideológica. Pero esta pluralidad republicana es solo presunta. Los medios tradicionales ofrecen todo tipo de noticias y algunas perjudican a los demócratas o favorecen a los republicanos. Es posible que los políticos republicanos escojan esas informaciones para compartir. “Los políticos enlazan a medios afines o textos favorables de medios no afines”, dice Aguilar.
Los tres artículos del New York Times más compartidos por Trump y su equipo fueron sobre su victoria segura en Ohio casi dos meses antes de las elecciones, cómo Trump iba ganando en Florida y las pocas ventas del nuevo libro de Hillary Clinton. En el Washington Post el artículo más compartido por la gente de Trump fue el del profesor que predecía una victoria de él mismo cómo y nunca se había equivocado.
Es normal que el presidente electo de EE UU y su equipo difundan noticias favorables a sus intereses. Lo llamativo es que no dejan de enlazar medios con audiencias liberales, como el New York Times, la CNN o el Washington Post. La razón quizás es que son medios más establecidos. Eso no ha impedido que hayan sido marcados ideológicamente desde hace décadas: “Es una caja de truenos. La respuesta breve es que la derecha ha percibido los medios institucionales [acertadamente o no] como progresistas desde los años 50”, dice Usher.
Sea como sea, esos medios tradicionales tienen un prestigio que los conservadores aún reconocen, al menos cuando les dan la razón. Lo contrario no pasa: los demócratas apenas comparten información de los medios más conservadores. El equipo de Clinton compartió noticias de medios que tienden ligeramente a conservadores como el Wall Street Journal, la agencia de noticias Associated Press y The Hill. Pero apenas citaban medios más a la derecha, como Fox News. Las pocas veces que lo hacen son noticias como una encuesta favorable o el apoyo de un cantante a Clinton.
Una prueba de que no está claro si demócratas o conservadores son más plurales es que el consenso académico va en la otra dirección: “Mientras que los demócratas comparten más entre ellos, la variedad de sus enlaces a medios es mayor”, dicen el profesor de la Universidad de Oxford Phil Howard y Samuel Woolley, director de investigación en el Instituto de Internet de Oxford. El enfoque republicano es por tanto distinto: “Los republicanos y la extrema derecha son más proclives a dar enlaces de unas fuentes concretas y a menudo las editan para una audiencia republicana. La burbuja republicana tiene consecuencias más serias para la vida pública y el debate político porque es especialmente rígida”, según Howard y Wooley. La aparición de un enlace en un tuit no implica que se comparta solo para ser leído, sino también para ridiculizarlo.
Trump fue el mejor en intuir que en este movimiento estructural hacia la derecha había una ola en la que un candidato adecuado podría subirse. De ahí emergió una coalición de votantes ganadora: los tradicionales republicanos —que al final preferirían a su candidato antes que a cualquier demócrata— y un grupo nuevo que no solía votar o votaba demócrata que, por la desindustrialización, la inmigración, la crisis y el anti establishment podían creer en mensajes radicales “de alguien que llama a las cosas por su nombre”, como se suele decir.
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