Los maestros argentinos ocupan el ministerio de Educación por despidos
El edificio permanece con custodia policial y miles de personas organizan un abrazo simbólico
El 2017 parece arrancar de la misma forma que su antecesor. Al menos para los empleados del Estado argentino, los cuales vuelven a protagonizar un conflicto tras la caída de los contratos que vencen el 31 de diciembre. Los gremios que nuclean a los funcionarios denuncian que en este caso son 400 los contratos que no se renovaron en 2017, aunque desde el ministerio de Educación lo desmienten y hablan de 205 convenios que no continuarán. El otro punto de la polémica tiene en jaque a los programas de formación docentes, específicamente, con el posible cierre del programa virtual Nuestra Escuela, que compromete a unos 2.500 trabajadores, aunque la misma fuente ministerial se encargó de confirmar que volverán al trabajo en febrero.
La protesta comenzó la última semana de 2016, cuando un grupo de trabajadores decidió ocupar en forma pacífica el Palacio Pizzurno, el edificio donde está ubicado el ministerio de Educación y Deportes de la Nación, en reclamo de los contratos que vencieron el 31 de diciembre y que, se sabía, no serían renovados por las autoridades. Luego de un cuarto intermedio que liberó el edificio durante el fin de semana festivo, los trabajadores intentaron ingresar nuevamente este lunes, pero se encontraron con una fuerte resistencia policial, integrada por cientos de efectivos en el frente y en los pasillos internos del palacio. En el intento de unos por entrar y de otros por impedirlo se desató una represión por parte de la policía en la que, entre otras cosas, fue reducido por la fuerza uno de los delegados de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) del propio ministerio, Rodrigo Recalde. “En el momento que nosotros quisimos hacer entrar a compañeros de conducciones nacionales de sindicatos, fuimos atacados a golpes por la policía”, relató el propio Recalde a la prensa radial.
Es por ello que este lunes se realizó un abrazo simbólico al coqueto edificio en el que participaron miles de personas que resistieron un aguacero de verano. Además, hubo un acto del que también participaron los gremios de estatales UPCN y UTE, el movimiento Quebracho y la organización Tupac Amaru, que lidera la militante kirchnerista encarcelada hace casi un año, Milagro Sala. Allí se volvió a criticar al gobierno de Macri y no se descartó la ocupación por tiempo indeterminado.
El secretario general de Suteba, que agrupa a los maestros de Provincia de Buenos Aires, Roberto Baradel, indicó a EL PAÍS: “El primer acto de gobierno del 2017 del gobierno de Mauricio Macri fue reprimir a trabajadores administrativos y docentes y despedir a 400 trabajadores del ministerio de Educación. El está de vacaciones -vive de vacaciones- pero el ministro también está de vacaciones y no está mal que sea así. El problema es que mientras están de vacaciones despiden trabajadores. Pensaron que lo podían hacer el 2 de enero porque no nos encontrarían pero se equivocaron. Acá hay más de 3.000 trabajadores defendiendo y vamos a seguir haciéndolo; porque no queremos ajuste en la educación. Dejar de lado a estos trabajadores afectaría a un millón de docentes y a 10 millones de chicos”.
“Están propiciando el negocio de los privados. Quieren que esa formación no la haga el Estado porque son empresas que están vinculados a ellos mismos, al propio ministro. Hicieron todo lo posible para que este año haya conflicto, eso es responsabilidad del gobierno, de Mauricio Macri, del ministro Bullrich y de María Eugenia Vidal en la Provincia de Buenos Aires”, agregó el gremialista.
Por su parte, desde la cartera educativa confiaron a este diario que “luego de un trabajo que comenzó el 10 de diciembre de 2015 y que tuvo un seguimiento durante todo el 2016, el Ministerio de Educación y Deportes de la Nación informó en las últimas semanas que se renovaron 1.200 contratos de planta transitoria, mientras que sobre un total de 205 contratos que vencían el 31 de diciembre se decidió la no renovación de los mismos, ya que incumplían el horario de trabajo. Una gran cantidad de esos contratos cumplían sólo 4 o 5 horas cuando la jornada es de 8”. Con respecto al programa Nuestra Escuela, la misma fuente indicó que “son 1800 (los trabajadores) y lo que estamos haciendo es que se inscriban en enero para poder trabajar en febrero”.
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