El régimen sirio se lanza al asalto del último reducto rebelde en Alepo
El ISIS reconquista Palmira ocho meses después de haber sido expulsado por el Ejército
El régimen sirio se dispone a liquidar la rebelión en Alepo, cuyas horas parecen estar contadas. Milicianos y civiles atrapados en el último reducto insurgente, apenas un par de distritos del este de la ciudad, se enfrentan al asalto final lanzado por las fuerzas gubernamentales con una intensidad sin precedentes desde que desencadenó la ofensiva, hace cuatro semanas. Uno tras otro, más del 90% de los sectores orientales de la ciudad han sido tomados por el Ejército tras demoledores bombardeos aéreos y de la artillería. El frente de la oposición se desmoronó en la noche del domingo al lunes por el sur tras la caída de los estratégicos enclaves de Sheij Said y Salhin. Después de haberse retirado de seis barrios centrales, sus hombres luchan ahora calle por calle en una estrecha franja en el corazón de la urbe.
“La batalla va a acabar rápidamente en el este de Alepo. Ellos (los rebeldes) ya no tienen tiempo. Solo pueden elegir entre rendirse o morir”, advirtió el general Zaid al Saleh, jefe del comité de seguridad de la ciudad en su primera visita a Sheij Said tras la expulsión de los insurgentes, forma Reuters. Los intentos de Estados Unidos para alcanzar con Rusia, el principal aliado de Bachar el Asad, un acuerdo de rendición de la oposición en Alepo que facilite la evacuación de la población se han estrellado contra la determinación del presidente sirio de infligir a los insurgentes la mayor derrota en más de cinco años de guerra.
El régimen quiere hacer patente que no puede ser depuesto por la fuerza de las armas. El Gobierno de Damasco quiere controlar a toca costa las principales ciudades del país, pero la población civil ha pagado el precio de la destrucción de amplias zonas urbanas. El Observatorio Sirio de los Derechos Humanos ha contabilizado 415 civiles y 364 combatientes muertos en el este de Alepo desde el 15 de noviembre, frente a 130 vecinos muertos en sectores del oeste bajo control gubernamental.
Más de 130.000 personas han huido desde la parte oriental a la occidental, las últimas 10.000 este lunes, ante el avance de los bombardeos y los enfrentamientos sobre el terreno. Un portavoz de Unicef ha alertado de los traumas que la batalla por Alepo está causando a decenas de miles de niños atrapados junto con sus familias en la dividida ciudad.
Mientras el Ejército concentraba su potencia de fuego en Alepo, los milicianos del Estado Islámico (ISIS en sus siglas inglesas) se han vuelto a apoderar de Palmira, Palmira, ocho meses después de haber sido expulsados de la histórica ciudad siria, famosa por sus ruinas grecorromanas. A pesar de los intensos bombardeos aéreos a los que fueron sometidos los combatientes yihadistas, sus combatientes han logrado retomar "totalmente" el control de "la ciudad de Palmira, su aeropuerto, su zona arqueológica y su ciudadela" histórica, según el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos. La misma fuente informó de un supuesto ataque con gas lanzado por el ISIS en las proximidades de Palmira.
Los soldados sirios se retiraron este lunes de la ciudad ante el avance de los combatientes del ISIS, según el Observatorio, que indicó que en los combates murieron al menos 120 miembros de las fuerzas leales al Gobierno de Damasco. El ISIS emitió un comunicado a través de Internet en el que confirmaba la conquista de Palmira y volvía a proclamar la sharía o ley islámica en la ciudad. El Observatorio informó de que se habían producido ocho ejecuciones de militares sirios y otras cuatro de civiles próximos al régimen desde la entrada de los yihadistas en la localidad. Las fuerzas gubernamentales sirias evacuaron la población de Tadmur, anexa a la antigua ciudad histórica de Palmira, según ha informado el gobernador de la provincia de Homs, Talal Barazi, a través de un comunicado. El Gobierno de Damasco ha confirmado que sus tropas se han replegado tras evacuar al 80% de sus habitantes.
Palmira, uno de los seis lugares de Siria declarados patrimonio de la humanidad por la Unesco, cayó en manos de Estado Islámico en mayo de 2015. En marzo de 2016, sin embargo, el Ejército sirio, con apoyo de la aviación rusa, reconquistó la ciudad. Más allá de la importancia de su patrimonio cultural –parte del cual fue destruido por Estado Islámico durante los meses que estuvo bajo control antes de su expulsión–, Palmira es una plaza estratégica en el desértico centro de Siria por su proximidad a una gran base aérea del Ejército sirio desde la que operan las fuerzas rusas aliadas del régimen de Damasco.
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