Un atentado capaz de unir a demócratas y republicanos
Muestras de solidaridad después de que una oficina del partido republicano fuese atacada con una bomba incendiaria
Daniel Ashley tiene mucho que hacer. Han abierto la nueva sede provisional del partido en Hillsborough, a 100 metros de la antigua sede que hace una semana fue arrasada por el fuego que provocó el atentado. Y el presidente del partido republicano en el condado de Orange está continuamente organizando cosas. Ahora hay un camión de mudanzas delante de la puerta que trae mesas de escritorio donadas. Ashley, de pelo cano, se dirige hacia fuera para dirigir a los trabajadores. "Son mucho más bonitas que las antiguas que se quemaron", comenta una persona que está ayudando.
El atentado de su sede acontecido en la aburrida Hillsborough ha causado una gran agitación en el país y ha sido considerado como prueba del ambiente político crispado que se vive en la nación. Lo que ocurrió conmovió a los republicanos nuevos y veteranos del país. "Ya el domingo por la mañana, después del atentado, aparecieron las primeras personas que querían ayudar", cuenta Ashley. Les hicieron esperar para primero contabilizar los daños. Y desde entonces prácticamente no han tenido que pedir ayuda. Una empresa de construcción se ofreció de inmediato para transportar todos los objetos quemados del interior. Los restaurantes locales dieron comida a los voluntarios. "Incluso vinieron los demócratas a traer comida como gesto de buena voluntad", asegura Ashley. A través de la página web GoFundMe, un grupo de demócratas y de independientes en muy poco tiempo ha recaudado más de 10.000 dólares para ayudar; porque consideran que el atentado es un ataque a la democracia.
"Hemos tenido un gran apoyo por parte de la comunidad", afirma Ashley. "Si el atentado ha sido una muestra de la polarización que sufre EE UU, entonces la increíble disposición de ayudar, inclusive de de los adversarios políticos (Orange County vota mayoritariamente a la izquierda), es una muestra positiva en una de las disputas más fuertes que ha vivido este país". "Me ha conmovido todo lo que la comunidad ha hecho por nosotros", comenta Ashley, al que no se le creía capaz de expresar estos sentimientos. Está seguro de que los autores del atentado, que aún se desconocen, no son de aquí. "Esta no es nuestra comunidad, eso es una tontería", asegura.
Organizaciones republicanas de todo el país han mandado rápidamente material de campaña para que la sede pueda retomar su trabajo. El pasado miércoles ya estaba abierta de nuevo. En la pared se pueden ver letreros de jardín en los que un perro levanta la pata sobre un dibujo de Hillary. La vuelta a la normalidad también es la vuelta a los pocos gestos amables que ha mostrado esta campaña. Pero por un momento, en Hillsborough, se ha podido ver como los estadounidenses pueden convivir con todas las convicciones políticas y defender el valor de su democracia.
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