Ese amigo popular que teme Kabila
Rico y poderoso, Katumbi, condenado en ausencia y hoy en exilio, quiere disputar al presidente congoleño y antaño aliado las elecciones
Cuando, en plena euforia por acoger las primeras elecciones democráticas de la historia en Congo, en el año 2006, Moise Katumbi apenas daba sus primeros pasos en política, los katangueses ya le querían de presidente, no solo de su provincia, la más próspera de Congo, sino de todo el país. Pero eso era hace 10 años y el mestizo de Katanga, un próspero hombre de negocios, uno de los más ricos del país, aspiraba sólo a ser gobernador, así que regaló a Joseph Kabila toda su influencia en Katanga. Con la camiseta “vota a Kabila” bajo la americana, en Lubumbashi, le recibió, le predicó y le promocionó entre la euforia de aquella cita con las urnas. Eran aliados. Un romance político que ha sido largo e intenso, pero que se quebró bruscamente con un divorcio traumático, tras el anuncio de Katumbi, en octubre de 2015, de que se presentaba como candidato a presidente. Un año y medio después, el viejo amigo de Kabila está condenado por la justicia en ausencia y vive en el exilio, aunque mantiene que se presentará a unas elecciones aún sin fecha -se debieran haber celebrado a finales del pasado año y todavía se esperan para 2017-.
Tan amante de los sombreros de cowboy como de los baños de masas, Moise Katumbi Chapwe es rico, poderoso y popular. Y sabe movilizar a las multitudes. Con discursos, promesas en persona –que no siempre sabe cumplir- y a golpe de billetes se paseó como una estrella por su próspera y minera provincia, de la que fue gobernador entre 2007 a 2015. En la cresta de su popularidad, allá por 2011, hizo un amago de apartarse de la política. Y lo anunció. La respuesta: más de un millón de personas firmaron y salieron a la calle para pedirle que no se retirara.
El secreto de su popularidad reposa entre sus donaciones – a menudo en metálico directamente a ciudadanos, manifestantes o trabajadores–, su contacto cara a cara con el pueblo y el fútbol. Katumbi es el propietario y padrino del Tout Puissant Mazembe (Todo Poderoso Mazembe) uno de los mejores clubes africanos y el actual vencedor de la Liga de Campeones Africana.
Debout Congolais, résistons! pic.twitter.com/PmqocufsHp
— Moise Katumbi (@moise_katumbi) April 9, 2017
Del pescado y la minería a la política
Katumbi nació en 1964 en un pueblo cerca del lago Mweru, hijo de un griego judío sefardí – de nombre Nissim Soriano- y de una congoleña bemba. Allí empezó a ganar sus primeros francos, vendiendo pescado, y sus habilidades comerciales rápido se expandieron al transporte y a la minería. Aprovisionaba pescado al gigante minero Gécamines, antes de conseguir él mismo gestionar el 80% de sus actividades mineras de cobre y cobalto, a través de su empresa MCK (Mining Company Katanga), a finales de los noventa. Él asegura que “nunca ha mezclado negocios y política” aunque sus detractores le acusan de usar su influencia para enriquecerse y, justamente, de confundir dinero público y privado.
Casado con una belga de origen burundés, es considerado el segundo hombre más poderoso de Congo después del presidente, según The Economist, y está en la lista de los 50 africanos más influyentes, según The Africa Report, que lo situaba ya en 2012 entre los pesos pesados de la política, economía y diplomacia en el continente. Tras su separación política de Joseph Kabila, su examigo, a Katumbi se abrieron dos procesos judiciales.
El 20 de mayo de 2016 salió del país por “razones médicas”, según dijo él mismo. El día anterior, las autoridades habían emitido una orden de arresto contra él por “reclutar a mercenarios”. En junio de ese año, con Katumbi fuera del país, la justicia le condenó en ausencia a tres años de cárcel por un delito inmobiliario. “Decisiones políticas”, según el aspirante, que niega todas las acusaciones.
“Si el árbitro pita un tercer falso penalti, el público saltará al terreno de juego”, con esa metáfora futbolística, refiriéndose a un tercer mandato de Kabila que no permite la Constitución, Katumbi selló su divorcio e inció su camino a la presidencia en 2015. Ahora vive entre Bruselas y París. En un mensaje publicado en Twitter el pasado 9 de abril, el político katangués, frente a la cámara, llamó a los congoleños a manifestarse "pacíficamente" y resistirse contra el "cinismo" de Kabila. Un día después, las calles de Kinshasa, la capital, permanecieron en calma ante la advertencia de las fuerzas de seguridad de que no se permitiría ninguna protesta.
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