La comunidad internacional busca a la desesperada reanimar la tregua siria
La impotencia de la diplomacia internacional en Siria quedó patente en Nueva York
Los bombardeos de los últimos días y el cruce de acusaciones entre las potencias mundiales están a punto de enterrar el último plan de paz para una guerra que ha dejado centenares de miles de muertos. El secretario de Estado de EE UU, John Kerry, y su homólogo ruso, Serguéi Lavrov, se resistían sin embargo a dar ayer por liquidado el acuerdo del 9 de septiembre. Las potencias del grupo de contacto para Siria reafirmaron su compromiso con la búsqueda de un alto el fuego.
“El alto el fuego no está muerto”, aseguró Kerry al término de una reunión en Nueva York con Lavrov y otros ministros implicados en la resolución de la crisis. Boris Johnson, responsable de Exteriores británico, señaló tras la reunión que los participantes manifestaron la intención de mantener en vida el plan. “El proceso Kerry-Lavrov es lo único que tenemos”, dijo Johnson. Pero el ambiente de la reunión —“dramático y pesado”, según el ministro francés de Exteriores, Jean-Marc Ayrault— hace presagiar que resucitar el acuerdo será difícil.
El Gobierno sirio dio el lunes por terminado el alto el fuego de una semana al que se había comprometido. Staffan de Mistura, enviado especial de la ONU, recordó sin embargo que hasta que Washington y Moscú no renieguen de su plan de suspensión de las hostilidades este sigue vigente.
El plan de las potencias obligaba a las fuerzas del gobierno sirio y a los rebeldes no afiliados con el Estado Islámico (ISIS, en sus siglas inglesas) y Al Qaeda a cesar los ataques. Era el paso previo a la cooperación militar entre EE UU y Rusia contra el ISIS.
Pero la sucesión de incidentes y ataques en los últimos días ha arruinado el plan. Primero fue el bombardeo el sábado de posiciones de las fuerzas armadas del Gobierno sirio por parte de aviones estadounidenses. Este ataque, que apuntaba al ISIS y fue un error, según el Pentágono, provocó la indignación de Moscú, que convocó una reunión urgente del Consejo de Seguridad Nacional.
El lunes, otro bombardeo, esta vez a un convoy de ayuda humanitaria que dejó dos decenas de muertos, complicó todavía más los esfuerzos para salvar el frágil plan de Washington y Moscú. Riad Hijab, el coordinador de los grupos de la oposición al régimen lamentó la “total debilidad” de la comunidad internacional ante los abusos del régimen. Añadió que su organización desconfía de Rusia al considerar su estrategia puramente militar.
El difícil cuadro negociador para superar una guerra iniciada hace un lustro y que ha causado millones de refugiados y desplazados internos se acerca a una fase aún más compleja debido a las inminentes elecciones que supondrán un cambio de gobierno en Estados Unidos, Francia y Alemania, mientras el partido de Vladímir Putin acaba de reforzarse logrando una rotunda mayoría absoluta en las legislativas celebradas este domingo.
Mientras los esfuerzos diplomáticos relacionados con Siria marcaban la primera jornada de la Asamblea General, sobre el terreno proseguían los combates y los bombardeos. Este martes, “la aviación del régimen y la rusa han atacado los barrios ‘liberados’. Los helicópteros militares han lanzado por lo menos treinta barriles de explosivos, que han ocasionado daños materiales y heridos”, dijo a la agencia Efe el director de la opositora Red Sham en Alepo, Abu Muyahed al Halabi.
Pese a las evidencias, De Mistura indicó ayer que el grupo de contacto para Siria —que incluye a una veintena de países— tiene previsto reunirse de nuevo el viernes en Nueva York para intentar revivir la tregua.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, en su intervención ante la Asamblea General acusó al Gobierno sirio de matar a civiles durante los enfrentamientos en el marco de la guerra civil y añadió que el régimen “continúa atacando vecindarios y torturando de forma sistemática a miles de detenidos”.
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