La “bomba electoral” que trastorna Nueva York
En el corazón de Chelsea, en la movida LGBT, están todos unidos contra el miedo. Y contra Donald Trump
"Donald Trump haría bien en no utilizar las bombas de Nueva York para hacer campaña electoral en su favor. No ganará haciendo que la gente tenga miedo. Puede subirse a la ola emocional, pero en noviembre los votantes pensarán solamente en cosas concretas. Y él, hasta ahora, no ha dicho ninguna". La policía todavía no sabe a quién atribuir el atentado (por suerte, solo heridos) en el corazón de Nueva York; Sam, sin embargo, ya ha encontrado a su único culpable. Lleva una llamativa camiseta amarilla y, con su aspecto informal de domingo por la mañana, se detiene a mirar desde lejos el lugar por donde incluso ayer mismo pasó, como todos los sábados: "Mi sinagoga está un poco más allá".
Él siente más curiosidad que miedo. Al igual, de hecho, que todos los neoyorquinos que se reúnen delante de las palabras No trespassing (no pasar) que impide el tránsito a la calle 23, entre la Sexta y la Séptima Avenida, donde el sábado por la noche explotó la bomba que hirió a 29 personas justo en el corazón de la Gran Manzana. Sí, realmente son muchos los que han peregrinado hasta la última herida de Manhattan: para curiosear, comentar, hacer preguntas a la policía —y los agentes, aquí, siempre muy amablemente responden a todo el mundo—, tomar un par de fotos e, incluso, hacerse el inevitable selfie. "Nosotros, los neoyorquinos, somos muy fuertes. Superamos la pesadilla del 11 de septiembre y este tipo de cosas, ciertamente, no nos cambian, no nos asustan".
Y, en efecto, los cafés de la zona siguen llenos. Por lo demás, estamos en Chelsea, el corazón de la vida nocturna que muy a menudo se viste con los colores del arcoiris, el barrio-capital de la comunidad LGBT, no especialmente dulce con Trump.
Al lugar de la explosión se acercan incluso señores en chándal ("¿podemos tomarnos un descanso del jogging diario?"), chicos que han sacado a pasear al perro, parejas con bebés en cochecitos... "Si tuviese miedo no estaría aquí", sonríe segura Tonia, que pasea con sus dos hijas adolescentes. Y sin embargo, ya la noche del sábado, Donald Trump hacía que aumentase el temor a nuevos ataques terroristas hablando de una bomba incluso mucho antes que la policía: "Es horrible lo que está sucediendo en nuestro país". Ya: pero, ¿qué está sucediendo, realmente?
Dice Hillary Clinton que sería "más prudente esperar al resultado de la investigación antes de sacar conclusiones". Pero al magnate, la prudencia, como ya se sabe, siempre le ha venido un poco pequeña. "Trump ha dicho cosas obvias: justamente las que se esperarían de él. Pero, ¿quién lo escucha?". Viendo los resultados de las últimas encuestas, la verdad, por ahora casi la mitad de América. Y noviembre es mañana.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.