La violencia inunda Guanajuato: 12 asesinatos en un fin de semana

Guanajuato vive la peor oleada de violencia de su historia. Con una vasta cultura colonial, una economía pujante y un fuerte sesgo conservador y católico, el céntrico estado mexicano se está aupando sorprendentemente al podio de los más peligrosos del país. El año pasado cerró con 879 asesinatos, récord en los índices anuales. Y en lo que va de 2016, las cifras siguen aumentando.

Tan solo durante este fin de semana, en distintas zonas del estado, a distintas horas del día y con diferentes tipologías, se registraron 12 asesinatos según ha ido recogiendo la prensa local.

Seis el viernes: un vendedor de una tienda de ropa fue tiroteado a medio día en la puerta del local en León; tres hombres circulaban en una furgoneta por la carretera de Salvatierra cuando desde otro coche que iba detrás les agujerearon a balazos; por la mañana, la policía encontró dos cadáveres esposados con cinta aislante y bolsas de plástico en la cabeza frente a una planta purificadora en Irapuato.

Seis el sábado: tres presuntos ladrones cayeron en Apaseo bajo las descargas del rifle de la dueña de la casa, que les sorprendió in fraganti en su salón; un joven de 18 años fue tiroteado por dos sujetos que abrieron fuego desde una motocicleta en el municipio de Silao; a golpes murió otro hombre también en Irapuato tras defenderse de un presunto asalto; un líder sindical fue asesinado a balazos en su casa por dos asaltantes que solamente se llevaron dos celulares del domicilio.

Mayo registró las cifras más altas de todo el año con 103 asesinatos

Mayo registró las cifras más altas de todo el año -103 asesinatos- y de continuar el crecimiento exponencial, 2016 acabará superando la cifra récord del año pasado. La muerte de Juan Antonio Briseño, dirigente del sindicato industrial de trabajadores de radio y televisión, ha provocado duras críticas por parte de la oposición en el Estado. “De manera reiterada hemos advertido en la necesidad de cambio de políticas y vemos la pertinencia de la renuncia de los responsables de la Seguridad Pública, el Procurador de Justicia del Estado y el Secretario de Seguridad”, dijo este domingo en un comunicado el grupo estatal del PRD.

Su condición de vecino de Jalisco al norte y Michoacán al sur ha facilitado la entrada de grupos del crimen organizado en un territorio tradicionalmente tranquilo, con luminosas zonas turísticas y el pulmón industrial del automóvil y la manufactura que lo coloca como el segundo estado con mayor PIB del país.

En 1 de mayo del año pasado, el cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG) lanzó una ofensiva inédita al Estado. Estranguló Guadalajara, la segunda ciudad más grande del país, taponando decenas de carreteras y, como en una película bélica, derribó un helicóptero militar con un lanzacohetes.

La onda expansiva llegó a Guanajuato, donde también cortaron calles y quemaron vehículos. El Gobernador panista Miguel Márquez Márquez pidió entonces ayuda a los militares: “El Ejército tiene que resguardar más las zonas limítrofes”. CNJG, nacido como una escisión del cartel de Sinaloa, ha crecido en los últimos años a la sombra de las detenciones del propio Chapo Guzmán o el descabezamiento de los Zetas, hasta convertirse en uno de los carteles en activo más violentos del país.

La fiscalía federal ya ha señalado a CNJG como la mayor amenaza de Guanajuato. Durante los dos últimos años, han sido detenidos en el Estado 257 personas relacionadas con el cartel, según datos de la fiscalía estatal.

Guanajuato es uno de los cinco estados donde más ha aumento la violencia según la fundación estadounidense Institute for Economics & Peace. “Desde 2011 los mayores deterioros se han registrado en Baja California Sur, Zacatecas, Oaxaca, Querétaro y Guanajuato, lo que señala ajustes entre los grupos de la delincuencia organizada”, recoge un reciente informe de la organización.