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Atentado en Orlando
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Odio y armas: conjunción letal en EEUU

Orlando pone el foco en el laxo control de las pistolas y el miedo al terrorismo autóctono

Marc Bassets
Familiares y amigos se abrazan tras conocer la matanza en Orlando.
Familiares y amigos se abrazan tras conocer la matanza en Orlando.REUTERS/STEVE NESIUS
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La matanza homófoba de Orlando, en la madrugada de este domingo, se ha calificado en seguida como el peor ataque terrorista en suelo estadounidense desde el 11 de septiembre de 2001 y el peor ataque con armas en la historia de Estados Unidos. En las próximas horas el debate se moverá entre estos dos argumentos. Uno, la tozuda realidad de que EE UU es el país del mundo con más armas de fuego per cápita y también el país desarrollado con más violencia armada. Y dos, la posibilidad de que aquí residan ciudadanos estadounidenses simpatizantes del terrorismo yihadista, dispuestos a perpetrar atentados más o menos inspirados por el Estado Islámico o ISIS.

No conocemos exactamente, a la hora de escribir estas líneas, la procedencia del arma del crimen ni sobre la afiliación exacta del criminal. Es la hora de la cautela. El miedo es la confluencia, perfecta y letal, de los dos fenómenos citados. Pocos países ofrecen tantas armas, más de 300 millones, y de tan fácil acceso —consagrado en la Constitución, según la interpretación vigente— como Estados Unidos.

Estados Unidos, además, está en guerra contra el ISIS y es uno de los enemigos históricos del yihadismo. En los últimos meses, las derrotas en sus feudos de Siria e Irak han llevado al ISIS a intentar expandir la guerra a los países occidentales. Después de los atentados de 2001, en que murieron unos 3.000 estadounidenses, la entrada a EE UU de extranjeros se ha hecho mucho más difícil. Un ataque como el de las Torres Gemelas y el Pentágono, con una multitud de terroristas infiltrados y con una logística que requirió años de elaborada preparación, difícilmente se repetirá. Los escenarios apocalípticos de ataques con armas biológicas o pequeños artefactos nucleares tampoco se han cumplido. Se ha dicho que el próximo ataque lo perpetrará alguien que ya viva legalmente en EE UU y con una tecnología más rudimentaria como un rifle o una pistola.

La matanza de Orlando llega en un momento de máxima tensión en la política estadounidense. El derecho a portar armas ha sido motivo de debate en la campaña para las elecciones presidenciales del 8 de noviembre: es habitual. La novedad es la presencia en campaña de un candidato a la Casa Blanca que ha agitado, con éxito, la hipótesis de un atentado yihadista. El republicano Donald Trump, rival de la demócrata Hillary Clinton, ha sugerido inscribir a los musulmanes en un registro y vetar la entrada a EE UU de fieles de esta religión. Orlando pondrá aprueba el fuste de quienes aspiran a dirigir el país más poderoso del planeta en los próximos cuatro años.

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Sobre la firma

Marc Bassets
Es corresponsal de EL PAÍS en París y antes lo fue en Washington. Se incorporó a este diario en 2014 después de haber trabajado para 'La Vanguardia' en Bruselas, Berlín, Nueva York y Washington. Es autor del libro 'Otoño americano' (editorial Elba, 2017).

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