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Leche materna donada para el bebé que nació tras la muerte cerebral de su madre

El pequeño portugués se llama Lourenço y aunque está en cuidados intensivos no necesita ya respiración asistida, según los médicos

Un bebé prematuro.
Un bebé prematuro.

El bebé que nació 105 días después de la muerte cerebral de su madre se llama Lourenço y se alimenta de leche materna donada. El pequeño portugués "está clínicamente estable y sin necesidad de respiración asistida", según el parte oficial divulgado por el hospital San José de Lisboa, donde nació el martes.

El boletín médico llamado Los primeros días del pequeño Lorenzo informa de que el bebé continúa en la unidad de cuidados intensivos de la Unidad de Neonatología, pero ya sin necesidad de respiración asistida. Su alimentación es de leche materna procedente del banco del hospital, donada por otras madres.

Mientras su estado físico evoluciona favorablemente, se desconoce, según el cuadro médico, si el niño presentará daños cerebrales o no. Hasta dentro de unas siete semanas no se le realizarán las pruebas que aclare su estado.

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De seguir la evolución normal, en un par de semanas, Lourenço será dado de alta. El padre, Miguel Ángel, empleado en una empresa de automóviles, registró en la Seguridad Social el nombre de su hijo como Lourenço, por expreso deseo de su madre, y Salvador, por la aventura que corrió.

El padre ha comunicado su deseo de cuidar de su hijo, aunque también los padres de la madre, Sandra, van a solicitar judicialmente la patria potestad de la criatura.

El niño nació a las 32 semanas de gestación con un peso de 2.350 gramos, por encima de lo habitual en estos casos. Desde el 20 de febrero, día en que se decretó la muerte cerebral de la madre, su cuerpo fue alimentado hormonal y nutricionalmente, “con sustancias existentes en el organismo humano en condiciones normales”, según declaró la obstetra que participó en el proceso.

Aunque es frecuente los casos de bebés nacidos después de la muerte de sus madres, casi siempre se reducen a un par de semanas. Las 15 semanas de supervivencia de Lourenço son un récord en Portugal y también a nivel internacional. 

La madre fue incinerada el martes, poco después del nacimiento de su hijo, y cuatro meses después de su muerte cerebral.

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