¿Quién es el juez que recibe los ataques de Donald Trump?
Gonzalo Curiel juzga el caso contra la falsa Universidad Trump. El candidato le ha acusado de imparcialidad por ser "mexicano"
El mismo día que el Partido Demócrata celebraba la nominación de la primera mujer estadounidense a la presidencia de Estados Unidos, el Partido Republicano estaba sumido en un debate sobre si su candidato es racista o no. Donald Trump publicó esa mañana lo que parecía su primera disculpa en estas elecciones, pero lo fue solo a medias. El empresario y aspirante republicano puso en duda la semana pasada la imparcialidad de un juez por ser “mexicano”. La controversia está lejos de ser una más en el historial de Trump, ha obligado a pronunciarse a los principales líderes del partido y, casualidad o no, es anoche Trump dio uno de sus contados discursos con teleprompter, la pantalla que ayuda —y obliga— a ceñirse a un guión.
En el centro de la última polémica está, sin quererlo, el juez federal Gonzalo Curiel, nacido en Indiana, Chicago, hace 62 años y de padres mexicanos. El padre de Curiel emigró a Estados Unidos en los años 20 —una década antes que la madre de Trump— y trabajó como jornalero en Arizona. Ahora su hijo preside en el Segundo Distrito judicial de California un juicio por la demanda colectiva presentada contra el candidato republicano en 2013 por supuesto fraude en una de sus empresas, la Universidad Trump.
La demanda fue planteada mucho antes de que comenzara la carrera política del magnate neoyorquino pero éste, además de cuestionar la imparcialidad del juez por el origen de sus ancestros, asegura que ha actuado por “odio” hacia él. El argumento de Trump es que el juez es mexicano y él ha prometido construir un muro en la frontera para impedir la entrada de inmigrantes ilegales. Conclusión: el juez tiene un conflicto de intereses en el caso y debe recusarse. Pero, ¿quién es el juez Curiel?
Trump ha atacado estos días a un juez que en los años 90 estuvo amenazado de muerte y tuvo que esconderse en una base naval de California. Curiel era entonces el jefe de la unidad antinarcóticos en San Diego y mientras investigaba a un importante cartel de Tijuana, las autoridades obtuvieron información de que planeaban asesinarle. Según explicó esta semana su jefe de entonces, el fiscal Gregory Vega, a la radio NPR, “Curiel debió abandonar su casa durante un año para vivir protegido en San Diego, San Francisco y Washington, fuera de la zona de peligro”.
Para Vega, resultaría “irónico” que sea un juez de herencia mexicana y amenazado por su lucha contra el narcotráfico el que resulte atacado por imparcial por parte de Trump. Anteriormente, Curiel fue abogado de una firma privada durante una década y después ejerció otros 17 años como fiscal. En 2006 fue nombrado juez de la corte superior de California precisamente por un gobernador republicano, Arnold Schwarzenegger, y cinco años después, el presidente Obama le propuso como nuevo juez federal.
Curiel habló precisamente durante su sesión de confirmación ante el Senado sobre la imparcialidad de los jueces. “Como magistrado, yo no estoy aquí para legislar ni para interpretar la ley. Estoy aquí para aplicarla”, declaró.
Ni la trayectoria ni la experiencia de Curiel han servido para que Trump se retracte de sus comentarios. El portavoz de la Cámara de Representantes y líder republicano Paul Ryan aseguró que sus palabras “encajan en el manual de un racista”, pero sigue defendiendo al candidato. Trump publicó un comunicado de más de 700 palabras este martes en el que mantiene que su preocupación está “justificada” pero sus declaraciones fueron “malinterpretadas”.
“No siento que la herencia de una persona haga imposible que sea imparcial", afirmó el candidato republicano, “pero de acuerdo con las sentencias que he recibido en el caso de la Universidad Trump, siento que está justificado que cuestione si estoy recibiendo un trato justo”.
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