Israel juzga por homicidio al soldado que remató a un palestino malherido
El militar puede ser condenado hasta a 20 años de cárcel en un proceso sin precedentes en un década
Por primera vez en más de una década, un soldado israelí se sienta en el banquillo por el homicidio de un palestino y se enfrenta a una condena de hasta 20 años de cárcel. El sanitario de combate Elor Azaria, de 20 años, está acusado de haber rematado de un tiro en la cabeza a un atacante malherido el pasado 24 de marzo en Hebrón (Cisjordania). El fiscal militar fue tajante este lunes al presentar los cargos ante el consejo de guerra reunido en un cuartel de Jaffa (sur de Tel Aviv): “Este caso aborda el injustificado disparo, desde un punto de vista operacional, contra un terrorista que ya había sido neutralizado, en clara violación de las reglas de enfrentamiento”.
El proceso contra Azaria, que ha alcanzado el grado de sargento durante su servicio militar obligatorio, ha abierto una profunda brecha en el seno de la sociedad israelí por el uso de la fuerza frente a la ola de ataques palestinos que se registra desde el pasado octubre. El 57% de los israelíes considera que el militar no debería haber sido detenido, según una encuesta elaborada poco después del incidente de Hebrón. Miles de personas se manifestaron recientemente en Tel Aviv para exigir la puesta en libertad del soldado, al que consideraron como un héroe.
Los abogados del joven militar de reemplazo denunciaron que se trataba de un “juicio político” en el que los fiscales no estaban actuando de forma independiente, y alegaron que en casos similares se habían abierto diligencias disciplinarias en lugar de una causa criminal. La fiscalía requirió que se identificaran los precedentes, pero la defensa no invocó ninguno. En 2004 fue juzgado y condenado a ocho de cárcel un soldado israelí por el homicidio de un activista británico que participaba en una manifestación en Gaza. En los últimos 15 años se han abierto 262 investigaciones dentro del Ejército por la muerte de palestinos, en las que resultaron finalmente sancionados 22 militares, según la ONG israelí Yesh Din, que ofrece asistencia legal a palestinos.
La autopsia practicada al cadáver de Abdelfatá al Sharif, de 21 años, a la que asistió un forense palestino, no dejó lugar a dudas. El disparo del fusil reglamentario de Azaria fue el que le causó la muerte, y no las heridas que había recibido antes al ser repelido su ataque. Los hechos fueron grabados en vídeo por un colaborador palestino en Hebrón de la ONG pacifista israelí B'Tselem.
En el último medio año han muerto 28 israelíes —en ataques con cuchillos o armas de fuego, o atropellados por vehículos deliberadamente— y dos centenares de palestinos —dos tercios de los cuales fueron abatidos a tiros por las fuerzas de seguridad al ser considerados atacantes— en la más grave ola de violencia registrada desde la Segunda Intifada (2000-2005). Los responsables palestinos han acusado a Israel de tolerar un uso excesivo de la fuerza frente a los ataques. Frente a algunos casos polémicos, como la muerte por los disparos de un guarda de seguridad de una adolescente que había atacado a varias personas en el centro de Jerusalén, el propio jefe del Estado Mayor, general Gadi Eisenkot, advirtió de que no quería ver a sus soldados “vaciar un cargador contra una niña con unas tijeras”. El Ejército intenta presentarse como un referente moral para la sociedad ante el conflicto..
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