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Ted Cruz reclama el trono de Reagan en el sur de California

El candidato lanza la carrera republicana en la cuna del reaganismo. El Estado puede decidir la nominación en junio

Pablo Ximénez de Sandoval
Ted Cruz saluda a sus partidarios en Irvine, California, el lunes.
Ted Cruz saluda a sus partidarios en Irvine, California, el lunes.REUTERS
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El vértigo de tener algo que decir en política

“¡California importa en unas primarias! No pensé que diría esto en mi vida”. La frase, pronunciada por una alto cargo republicano entre vítores antes del primer mitin de Ted Cruz en el sur de California, resume el ambiente que se respiraba este lunes en un hotel de Irvine, al sur de Los Ángeles. Cruz arrancó su campaña en las primarias del Estado que más delegados elige en la convención republicana y cuyo voto, por primera vez en décadas, es crucial.

Irvine es una ciudad del condado de Orange, al sur de Los Ángeles, uno de los centros del conservadurismo en Estados Unidos y el lugar donde despegó la carrera política de Ronald Reagan, primero hacia la Gobernatura de California (1966-1974) y luego hacia la Presidencia (1981-1989). Aquí se fraguó la alianza con la derecha religiosa que revivió al partido después de agonizar en la segunda mitad de los setenta. Fred Whitaker, presidente de los republicanos de Orange, empezó por decir que este es “el condado más republicano de América”.

El contexto en el que llegan estas primarias es único. California es el estado más poblado de EE UU, con 38 millones de habitantes, y el que más delegados elige en ambos partidos. Históricamente, los partidos han puesto las primarias californianas las últimas, de manera que las cosas legaran decididas y no hiciera falta hacer una costosa campaña. Así ha sido también este año, que se celebran el 7 de junio. Pero la división en el Partido Republicano ha hecho de pronto crucial este Estado.

Ante este público y en este contexto se presentó Ted Cruz y lo primero que hizo fue rendir honores al lugar. “Este es el lugar donde nació la revolución de Reagan”, dijo. “Ahora hay una nueva revolución. Igual que en 1980, California va a ser la que decida, la que muestre el camino”. Cruz hizo su discurso habitual de “trabajo, libertad y seguridad” para un público que siente, muchos por primera vez en sus vidas, que son el epicentro de la batalla republicana.

“Es fácil decir que ‘hay que hacer América grande de nuevo”, dijo en referencia al eslogan de su rival, Donald Trump. “¿Pero entiendes los principios que hicieron grande a América?”. En otro momento recordó que “Trump ha apoyado a candidatos liberales durante 40 años; yo no tengo experiencia en eso”. Cruz está basando su mensaje en esta recta final en resaltar esa diferencia. Él es un conservador de verdad, Trump no. Así le ven además los conservadores de pata negra como los de Orange.

Quedan solo tres primarias importantes: Nueva York, el 19 de abril; Pennsylvania, el 26; y California, el 7 de junio. Son las tres donde se reparten suficientes delegados para dar la nominación matemática a Donald Trump o impedir que llegue coronado a la convención republicana, de forma que haya una convención abierta en la que se le pueda parar. Cruz lo tiene difícil en Nueva York, la ciudad del millonario Trump. California es su última bala.

Al Partido Republicano de California le llega esta responsabilidad cuando va camino de convertirse en una fuerza marginal. Todos los puestos constitucionales del Estado y caso todos los puestos estatales electos son demócratas. Las dos cámaras del Legislativo tienen mayoría demócrata, el gobernador es demócrata y los candidatos más conocidos a sucederlo, también. Los enormes cambios sociales de los últimos 20 años lo han dejado de fuera de juego en temas como la inmigración (los latinos son desde el año pasado el primer grupo de población del Estado) o derechos civiles de los homosexuales. El partido lleva años tratando de virar hacia posiciones más moderadas.

La última vez que tuvieron un gran éxito fue la elección de Arnold Schwarzenegger como gobernador, dos veces (2003-2011). Sin embargo, el actor se alejó de la agenda republicana muy pronto, forzado a gobernar con un legislativo demócrata. Los republicanos de Orange no se sienten especialmente orgullosos de él. Michael Schroeder, factótum de los republicanos del condado y codirector de la campaña de Cruz en California, lo dijo así: “Nosotros ya hemos hecho la prueba de elegir a un famoso. Yo lo digo en otros Estados: ya hemos estado ahí y es feo, no lo hagáis”.

La campaña de Ted Cruz, con un año de preparación, lleva amplia ventaja sobre sus otros dos rivales en California. Las encuestas muestran una ventaja de Donald Trump (7 puntos de ventaja de media), pero el particular sistema de voto del Estado hace difícil traducir eso en una victoria en delegados. Cruz ha empezado por el principio, por ganarse a los muy conservadores republicanos de Orange que coronaron a Reagan.

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Sobre la firma

Pablo Ximénez de Sandoval
Es editorialista de la sección de Opinión. Trabaja en EL PAÍS desde el año 2000 y ha desarrollado su carrera en Nacional e Internacional. En 2014, inauguró la corresponsalía en Los Ángeles, California, que ocupó hasta diciembre de 2020. Es de Madrid y es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense.

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