China contiene su gasto militar en plena desaceleración económica
El presupuesto subirá entre un 7 y un 8% este año tras un lustro de aumentos de doble dígito
China aumentará de forma considerable su gasto militar en 2016, pero a un ritmo menor comparado con años anteriores. El presupuesto de Defensa del país crecerá entre el 7% y el 8%, según adelantó este viernes una portavoz oficial, la tasa más baja en los últimos seis años, inferior sin duda a lo que están acostumbrados los mandos del Ejército Popular de Liberación. En el año 2015, por ejemplo, el incremento fue del 10,1%; un año antes, del 12,4%.
La cifra exacta de esta partida se conocerá este sábado junto al resto de gastos presupuestarios en la sesión inaugural de la reunión anual de Asamblea Nacional Popular (ANP), el órgano legislativo chino. Sin embargo, suponiendo que el importe gastado en 2015 se ajustó a lo previsto, el gigante asiático destinará este año a su Defensa nacional entre 951.000 y 960.000 millones de yuanes (entre unos 133.000 y 134.400 millones de euros). China consolida así su segunda posición en la clasificación mundial en cuanto a gasto militar, lejos aún de los 523.000 millones de euros que ha presupuestado Estados Unidos para tal fin.
Aumento del gasto militar en lo que va de década
- 2010: +7,2%
- 2011: +12,7%
- 2012: +11,6%
- 2013: +10,7%
- 2014: +12,4%
- 2015: +10,1%
- 2016: entre 7-8%
"China tiene en consideración tres aspectos a la hora de formular su presupuesto de Defensa: sus necesidades defensivas, el desarrollo económico y la situación fiscal", aseguró la portavoz de la ANP, Fu Ying, en rueda de prensa. China creció en 2015 un 6,9%, su tasa más baja en el último cuarto de siglo, y las previsiones apuntan a que seguirá desacelerándose durante este 2016.
En este contexto, los aumentos presupuestarios a doble dígito son difíciles de sostener. La dotación al Ejército seguirá creciendo a un mayor ritmo que la economía (las autoridades fijarán el objetivo en torno al 6,5% del PIB), pero el freno en el aumento del gasto militar es significativo teniendo en cuenta que en 2014 los fondos se incrementaron un 12,2%. De hecho, y a pesar de que el gigante asiático lleva cuatro años aminorando su ritmo de crecimiento, las tasas de subida de los fondos para las Fuerzas Armadas chinas se habían mantenido prácticamente sin cambios.
El dato indica que el desarrollo militar seguirá siendo una prioridad para la administración de Xi Jinping, pero a su vez confirma que el presidente chino ha acumulado el poder suficiente para controlar el hasta hace poco intocable Ejército. Xi ha emprendido una profunda reforma de las Fuerzas Armadas cuyo objetivo es mejorar su eficiencia -entre las medidas está el despido de 300.000 de los más de 2,3 millones de efectivos- y su campaña anticorrupción se ha llevado por delante a decenas de altos cargos castrenses. "Creo que la tasa de crecimiento no es muy alta teniendo en cuenta todo el trabajo que hay por hacer en cuanto a la reforma del Ejército y las necesidades de seguridad a las que se enfrenta el país", asegura el experto en Defensa chino Gao Feng.
El crecimiento del gasto militar del gigante asiático es visto con recelo por algunos de sus países vecinos porque China es cada vez más insistente en reclamar la soberanía de varios archipiélagos en disputa. Filipinas, Vietnam, Japón, Taiwán y Estados Unidos acusan a la República Popular de militarizar el Mar del Sur de China tras la construcción de instalaciones militares en estos archipiélagos y hasta el despliegue de misiles. Los planes de Pekín, sin embargo, pasan por seguir reforzando la Marina y la Fuerza Aérea en detrimento de la terrestre. De hecho, a finales del año pasado se anunció oficialmente la construcción de un segundo portaaviones, que será el primero diseñado y fabricado íntegramente en China.
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