Francia rechaza las cuotas de refugiados que propone Merkel
"No podemos aceptar más”, insistió Manuel Valls
La Conferencia de Seguridad de Múnich deja un par de malas noticias para la canciller alemana, Angela Merkel, y su intento de consensuar una política europea de refugiados. Por una parte, las intervenciones cruzadas de líderes occidentales y rusos evidenciaron ayer, una vez más, las complicaciones para lograr la paz en Siria, principal emisor de las personas que solicitan asilo en Europa, mayoritariamente en Alemania. Pero además, el primer ministro francés, Manuel Valls, mostró su rechazo a un sistema de cuotas permanentes para distribuir a refugiados a lo largo de Europa, tal y como había propuesto Berlín.
Cinco días antes de la cumbre europea que la próxima semana debatirá esta propuesta, Valls reiteró su compromiso de aceptar 30.000 de los 160.000 refugiados que los países europeos han acordado repartirse, pero anunció que no aceptará grupos adicionales. “No podemos aceptar más”, dijo. El primer ministro reconoció su admiración ante la disposición de Alemania para admitir a refugiados, pero aprovechó la ocasión para lanzarle un dardo envenenado a Merkel. “Francia nunca ha dicho ‘Venid con nosotros”.
El desplante del francés supone un golpe para Merkel, que ha comprometido su autoridad al objetivo de reducir este año el número de llegadas, después de que Alemania acogiera en 2015 a más de un millón de solicitantes de asilo. Los socialcristianos de la CSU ya han aprovechado la negativa de Valls para declarar fracasada la política migratoria de la canciller. El partido bávaro, convertido en el mayor opositor de la canciller pese a ser de su misma familia política, considera que este fracaso evidencia la necesidad de que Alemania cambie de política y fija un límite de refugiados. Merkel rechaza esta idea.
Además de abordar la crisis migratoria, la cumbre europea del próximo jueves y viernes estudiará la petición británica de renegociar sus condiciones en la Unión Europea, bajo la amenaza de abandonarla. El secretario de Estado de EE UU, John Kerry, se refirió en Múnich a esta posibilidad —también conocida como Brexit— para defender que Londres siga siendo parte de una UE “fuerte”.
“Apoyamos un Reino Unido fuerte que permanezca dentro de una Unión Europea fuerte”, dijo Kerry, que incluyó el Brexit entre las crisis que amenazan el futuro de los Veintiocho. El presidente de EE UU, Barack Obama, ya se había pronunciado en el mismo sentido antes. “Tener al Reino Unido en la UE nos da mucha más confianza en la fortaleza de la relación transatlántica. Queremos estar seguros de que Reino Unido siga teniendo esa influencia”, dijo en julio del año pasado.
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