La UE da tres meses a Grecia para corregir los problemas de las fronteras
Bruselas pide que los policías sean capaces de detectar yihadistas en las zonas limítrofes
El ultimátum de tres meses dado a Grecia para que controle sus fronteras empieza a correr hoy. Los Veintiocho han aprobado -con el voto en contra griego y las abstenciones chipriota y búlgara- las recomendaciones lanzadas a las autoridades helenas para que solventen las "graves deficiencias" que la Comisión Europea ha detectado en varios de sus pasos fronterizos con Turquía. Atenas deberá ahora presentar un plan de acción y aplicar esas instrucciones. Si no lo hace, los países se reservan el derecho de extender hasta dos años la suspensión temporal de Schengen que rige ahora, de manera limitada y con fecha de caducidad.
Las recomendaciones se centran en la necesidad de mejorar la vigilancia de la costa marítima (con medios que permitan detectar "todos los barcos" que transiten por la zona), la exigencia de que se registre de manera eficaz a todos los demandantes de asilo que arriben a Grecia (cotejando sus documentos con las bases de datos policiales) y la sugerencia de que el personal dedicado a estas tareas esté específicamente formado en el tipo de riesgos que afronta el área Schengen.
Como pista, los Estados europeos piden a Grecia que "familiarice a los policías de frontera que están en primera línea con los indicadores de riesgo de los combatientes extranjeros", es decir, los terroristas provenientes de Europa y de otros territorios decididos a hacer la yihad (muchas veces en Europa, como muestran los atentados de París). Así figura en el documento de recomendaciones que han aprobado este viernes los países.
El texto, que no era público, ha sido divulgado por la organización de defensa de las libertades civiles Statewatch. Estas son las principales novedades:
Cifras y riesgos. El documento constata que desde el mar Egeo, el principal punto de acceso a Europa de refugiados sirios y migrantes que salen de Turquía, Grecia recibió el año pasado a 868.000 personas. El Consejo Europeo admite que esta situación pone a las autoridades helenas "bajo una fuerte presión", pero insta a hacer más esfuerzos para mejorar la vigilancia fronteriza. "El funcionamiento global de la zona Schengen afronta riesgos graves y hay que tomar medidas urgentemente", recoge el texto.
Permisos para refugiados. Una de las claves de por qué los demandantes de asilo dejan Grecia poco después de llegar es que las autoridades del país les dan un documento de circulación temporal que les permite moverse sin ser expulsados. Bruselas exige a Atenas que ese documento especifique que su portador no tiene derecho a desplazarse a otros países para evitar el flujo de refugiados hacia el norte. En la práctica, la idea es difícil de aplicar: resulta complicado obligar a un migrante a pedir asilo donde no quiere y las autoridades griegas nunca podrían gestionar los procesos de las más de 800.000 personas que entraron en sus fronteras el año pasado si todas permanecieran allí.
Control de documentos. El personal de fronteras deberá realizar "controles sistemáticos" de los documentos de identificación que presenten los migrantes y verificar si son falsos. Para ello deberán cotejarlos con las bases de datos de Schengen, de Interpol y de las autoridades griegas para detectar posibles fraudes. También deberán mejorar la calidad del proceso de toma de huellas dactilares.
Expulsión de migrantes económicos. Grecia debe abrir inmediatamente procesos de expulsión a todos aquellos migrantes que no tengan derecho a pedir asilo (prácticamente todos salvo los sirios, los iraquíes y los eritreos). El documento insta a que los devuelvan a Turquía, aunque para eso debe funcionar un protocolo firmado entre ambos países que ahora apenas se aplica.
Vigilancia costera. La UE aspira a que los guardacostas puedan visualizar toda la franja entre Grecia y Turquía, con un sistema que "detecte todos los barcos, incluidos los pequeños, que crucen de Turquía a Grecia". Las autoridades deberán disponer de suficientes patrulleras marítimas que estén preparadas para actuar rápidamente.
Alerta contra el terrorismo. Bruselas ve necesario aplicar los criterios de riesgo a quienes acceden a Europa desde esa región tan convulsa y pide nombrar y entrenar al personal necesario para hacerlo. El objetivo es detectar posibles yihadistas mezclados entre los demandantes de asilo.
Defensa griega. Junto al documento preparado por la Comisión Europea y refrendado por los Estados, Grecia ha emitido un comunicado que niega que exista "evidencia de que Grecia incumple gravemente sus obligaciones" en relación con las fronteras. También añade un argumento que en privado emplean muchos diplomáticos europeos y que pesa en las razones por las que Chipre y Bulgaria se han abstenido en esta advertencia a Grecia: que otros Estados en la misma situación afrontarían deficiencias similares. "El flujo masivo de distintos tipos de migración es de tal naturaleza que pondría bajo una fuerte presión la frontera exterior de cualquier Estado miembro", alega Atenas.
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