La oposición siria se declara “optimista” ante una posible solución
La plataforma rebelde condiciona las negociaciones a recibir garantías sobre la situación humanitaria
La delegación de la oposición al presidente Bachar el Asad se mostró este domingo optimista en Ginebra, tras la reunión mantenida con el mediador de Naciones para Siria, Staffan de Mistura. "Somos optimistas. Hemos venido a Ginebra para lograr una Siria libre y sin dictadura". Su portavoz ha asegurado en rueda de prensa que "venimos a una negociación política Hemos recibido garantías de la comunidad internacional".
Después de resistirse durante días a participar en las negociaciones de paz sobre Siria convocadas por la ONU, la oposición llegó el sábado a Ginebra y tenían previsto pedir a De Mistura el cese de los bombardeos contra civiles y el levantamiento del asedio por hambruna a varias poblaciones antes de abordar el diálogo con el régimen.
La resolución 2254 del Consejo de Seguridad adoptada el pasado 18 de diciembre, que estableció el marco de las negociaciones de Ginebra, había reclamado a las partes en conflicto que permitan el acceso de ayuda a la población cercada en más de una docena de poblaciones, así como la interrupción de los bombardeos. La ONG Observatorio Sirio para los Derechos Humanos ha contabilizado cerca de 1.400 civiles muertos desde el inicio de las incursiones rusas en Siria en apoyo de las fuerzas de El Asad, el pasado septiembre.
El propio enviado de la ONU recordaba en la noche del viernes, tras entrevistarse con los representantes de Damasco, que la mejora la situación humanitaria reclamada por los rebeldes “no es una cuestión que necesite ser negociada”, ya que ha sido aprobada por unanimidad por el Consejo de Seguridad.
Naciones Unidas pretende que las delegaciones del régimen y de la oposición sienten las bases en Ginebra para una salida política a una guerra civil que se ha cobrado desde 2011 más de 260.000 vidas y ha forzado la expulsión de sus hogares de la mitad de los 22 millones de sirios.
Éxodo de refugiados
El éxodo de refugiados ha golpeado a los países vecinos, y desde el verano pasado también a los de la Unión Europea. En el caldo de cultivo del conflicto, el Ejército Islámico (ISIS) se ha hecho fuerte en el califato que ha implantado a caballo entre Siria e Irak. Tanto el ISIS como el Frente al Nusra (filial de Al Qaeda) han sido expresamente excluidos de las negociaciones de Ginebra por la ONU, que confía en sentar las bases para un alto el fuego en las próximas semanas y cerrar las negociaciones sobre la formación de un Gobierno de unidad nacional en el plazo de seis meses, con el objetivo de poder convocar elecciones libres en 2017.
El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, y el secretario de Estado de EE UU, John Kerry, conversaron ayer por teléfono para analizar el diálogo sobre Siria lanzado en Ginebra. Ambos responsables diplomáticos acordaron reunirse el próximo 11 de febrero en Múnich —en la víspera del arranque de la conferencia internacional de seguridad que se celebra cada año en la ciudad alemana— para “evaluar los progresos” de las negociaciones entre las partes en conflicto. Los demás países del denominado Grupo de Apoyo a Siria, entre los que figuran Irán, Turquía y Arabia Saudí, también asistirán al encuentro.
Salas separadas
Mohamed Alloush, líder de la milicia Jeish el Islam y jefe negociador del HNC asegura que no va a dialogar con El Asad. “No hemos luchado cinco años contra quien ha destruido medio país para negociar ahora con él”, advirtió en una conversación telefónica, informa Natalia Sancha desde Beirut. Pero los rebeldes del HNC han acudido finalmente a Ginebra —donde tampoco van a sentarse a la misma mesa que los delegados del régimen, sino en salas separadas, ya que se trata de conversaciones indirectas con la mediación la ONU— tras las presiones de Washington.Según fuentes de la oposición reunida hasta el viernes en Riad citadas por el rotativo saudí Al Hayat, el secretario de Estado Kerry habría supeditado el apoyo económico y militar de EE UU a las facciones rebeldes a la aceptación de un modelo de gobierno de unidad nacional en Siria y a que el Asad pudiera optar a participar en futuras elecciones.
Saleh Muslim, el dirigente del Partido de Unidad Democrática (PYD), que encuadra a los kurdos del noreste de Siria, abandonó ayer Ginebra después de no haber recibido una invitación del mediador de la ONU para participar en las negociaciones. Las milicias del PYD han sido las más activas en la lucha contra el Estado Islámico.
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