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Tribuna
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El blindaje de la ONU para Colombia

Hoy ya no se trata del conflicto sino de una ruta para dejarlo atrás

Diana Calderón

Cada vez que se logra avanzar en los puntos de la agenda para el fin del conflicto en la negociación del gobierno colombiano y las FARC aparecen los aplausos de unos, el escepticismo de otros y las críticas de los mismos. Natural y sano. Pero el acuerdo de esta semana no puede generar reacción distinta que la del apoyo unánime de los colombianos. La solicitud conjunta de Gobierno y FARC al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para la verificación de la dejación de armas y el cese del fuego bilateral y definitivo legitima el proceso, lo blinda. Lo vuelve irreversible.

De ser aceptada la solicitud vía resolución del Consejo de Seguridad, la ONU se vuelve garante y los acuerdos reciben el aval de la comunidad internacional

No se trata de un trámite. De ser aceptada la solicitud vía resolución del Consejo de Seguridad, la ONU se vuelve garante y los acuerdos reciben el aval de la comunidad internacional, que ya ha participado en diversos escenarios, pero trasciende al más importante: la verificación en terreno de una guerrilla que además deja las armas frente al mundo.

La decisión de tener a las Naciones Unidas como verificador del proceso de paz a través de una misión política y con un cuerpo no armado de observadores de la CELAC, y no de la OEA o de Unasur, en buena hora, representa además un blindaje al proceso.

No son muchas las opciones de verificación que existen. En el Consejo de Seguridad es además donde mayores opciones tenemos, pues la Asamblea General puede resultar muy diversa y allí los intereses de tantos países resultan imposibles de controlar. El espacio del Consejo es menos disperso y quienes lo conforman apoyan las negociaciones colombianas como ya lo han expresado el Reino Unido, Estados Unidos y Francia. Otros como China y Rusia no son lejanos.

Entre los otros 10 miembros no permanentes del Consejo también hay caras amigas como ocurre con España, Venezuela, uno de los países facilitadores desde que comenzaron las conversaciones, y Uruguay, que designó a un exministro de Defensa para que representara a UNASUR en los diálogos de paz. Son ocho votos con los que Colombia ya cuenta por lo que se cree que será un tema de apenas unos días para que el Consejo de Seguridad emita la resolución aceptando la misión política y designando un jefe.

Ya la Unión Europea hizo una resolución de apoyo a la jurisdicción para la paz y las víctimas. Previamente lo había hecho una figura como Ángela Merkel, que aunque no tiene ni voz ni voto en el Consejo de Seguridad tiene tanto poder que sus susurros son escuchados en el escenario internacional. A esas voces también se ha sumado en varias ocasiones el papa Francisco, quien este fin de semana define las fechas de su viaje a Colombia. Esta visita es tan eventual como la que asegura la prensa internacional hará Barack Obama al país, para celebrar el fin de 50 años de guerra.

Mucho falta por definir para saber la magnitud de la misión de verificación. ¿En dónde se hará? ¿En cuántas zonas del país serán concentrados? ¿Cuál será el modelo de seguridad en las zonas vulnerables donde conviven la coca, la minería ilegal y las bandas criminales. ¿Hasta dónde irá el mandato de Naciones Unidas y cuál la participación de cada país? De las características de estos observadores y de los límites de la misión dependerá el éxito.

Los países de la CELAC que harán parte de esta misión los escogerá Naciones Unidas, previa consulta a los negociadores del gobierno y las FARC. Lo que hoy inquieta es si va a mantener su postura de que en este tipo de misiones no participen los países limítrofes, lo que blindaría el proceso de eventuales disparos desde Venezuela y evitaría que Nicolás Maduro le saque provecho a su tan cacareada cuento de que desde Bogotá hay un complot para tumbarlo.

No solo por la poca credibilidad que tenga Venezuela, la razón es que muchas zonas limítrofes son foco de la guerra.

Nuestro conflicto de más de 50 años ha impactado en muchos actores internacionales, unos para bien y otros para mal, como los que aprovecharon la guerra para sus negocios. Armas, narcotráfico, secuestro, trata de personas, todos delitos que trascendieron las fronteras. Hoy ya no se trata del conflicto sino de una ruta para dejarlo atrás a lo que está Colombia invitando a las naciones del mundo.

Diana Calderón es directora de Informativos y de Hora 20 de Caracol Radio Colombia. Twitter @dianacalderonf

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