Xi Jinping visita Arabia Saudí e Irán en plena escalada entre los dos países
Pekín, que tiene buenas relaciones con ambos, se ha mantenido hasta ahora al margen
El presidente chino, Xi Jinping, se ha reunido este martes con el rey Salmán de Arabia Saudí durante la primera escala de una visita que va a llevarle también a Irán. El viaje, justo tras la ruptura de lazos diplomáticos entre Riad y Teherán y del levantamiento de las sanciones a Irán, le ofrece la posibilidad de intentar rebajar la tensión entre esos vecinos. Pekín, que mantiene buenas relaciones con ambos y depende de ellos para su abastecimiento de petróleo, se ha mantenido hasta ahora al margen del rifirrafe regional.
El monarca saudí ha recibido a Xi con un banquete en el palacio de Al Yamamah, su residencia oficial, al que han asistido entre otros destacados miembros de la familia real, su hijo y segundo en la línea de sucesión, el príncipe Mohamed Bin Salmán, y el gobernador de Riad, el príncipe Faisal Bin Bandar. Es la primera visita de un presidente chino a Arabia Saudí desde la de Hu Jintao en 2009, y el primer viaje de Xi a Oriente Próximo, aunque ya estuvo en el reino en 2008 cuando era vicepresidente, tal como ha recordado él mismo en un artículo publicado en el diario saudí Al Riyadh la víspera de su llegada.
“Durante años, Arabia Saudí ha sido el principal abastecedor de petróleo a China y su principal socio comercial en Asia Occidental y África”, recuerda Xi en ese texto. “En 2013, China se convirtió por primera vez en el principal socio comercial de Arabia Saudí. Hoy, uno de cada seis barriles de crudo que China importa procede de Arabia Saudí y uno de cada siete riales que Arabia Saudí gana con sus exportaciones procede de China”, desglosa.
Para la prensa saudí, se trata sobre todo de reforzar esos lazos económicos entre los dos países, tal como relataba Arab News. Aunque sin duda constituye el objetivo principal de la visita, los analistas ven algunos signos de que Pekín está interesado en una mayor influencia diplomática.
China es una de las seis potencias internacionales que ha negociado el acuerdo nuclear con Teherán. Además, recientemente ha tratado de implicarse más en los esfuerzos para pacificar Siria, recibiendo tanto a su ministro de Exteriores, Walid al Moalem, como a representantes de la oposición. También ha expresado su deseo de profundizar las relaciones de defensa y lucha contra el terrorismo con los países árabes, tal vez por temor a la radicalización de su minoría musulmana, los uighures, algunos de los cuales se han unido a grupos extremistas en Irak y Siria.
La tensión entre Arabia Saudí e Irán, país al que se desplazará tras visitar Egipto entre medias, da a Xi una oportunidad para ofrecer sus buenos oficios entre ambos. La semana pasada, un enviado chino viajó a los dos países, a los que pidió calma y contención en su actual disputa. Fuentes diplomáticas citadas por Reuters aseguran que la actual visita estaba originalmente prevista el año pasado. Sin embargo, fue cancelada tras el inicio de la intervención saudí en Yemen para evitar dar la impresión de que la respaldaba.
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