Un productor español y otro argentino, señalados por reunirse con El Chapo
José Ibáñez-Martín Pira y Fernando Sulichín participaron supuestamente, según fuentes oficiales y medios mexicanos, en la reunión clandestina con el mayor narco del planeta
Los dos productores que supuestamente acompañaron al actor estadounidense Sean Penn en su visita clandestina a El Chapo en octubre pasado, han sido identificados por las fuerzas de seguridad mexicanas. Se trata, siempre según fuentes federales, del español José Ibáñez-Martín Pira y del argentino Fernando Sulichin. A diferencia de la actriz Kate del Castillo, protagonista del culebrón La Reina del Sur, ambos mantuvieron el anonimato tras el encuentro celebrado en secreto en las montañas de Durango. Su nombre, de hecho, ni siquiera aparece mencionado en el artículo de Penn sobre la reunión. Las leyes de Estados Unidos prohíben cualquier negocio con criminales incluidos en la lista negra, como es el caso de El Chapo. Este periódico trató sin éxito de recabar la versión de Ibáñez y Sulichin.
El propósito de la visita, a tenor de los mensajes interceptados entre Guzmán Loera y Kate del Castillo, donde irónicamente se les denomina “mechudos” (melenudos), era avanzar en el proyecto que obsesiona a El Chapo desde hace tiempo: rodar una película sobre su vida. La idea cobró fuerza el año pasado, cuando, el narco a través de sus abogados pidió a Del Castillo que le ayudase a asesorar el proyecto. La actriz, radicada en Los Ángeles, se sumó a la idea y, siempre según fuentes oficiales, empezó a contactar con actores y productores. El Chapo, encarcelado en aquel momento en la prisión de máxima seguridad de El Altiplano, iba recibiendo información detallada de los avances. Los servicios de inteligencia, que seguían el rastro de los abogados, también.
Ambos productores, amigos de Sean Penn, tienen experiencia en trabajos biográficas. Sulinchin es considerado un peso pesado y ha tenido responsabilidad en grandes obras. Durante años ha sido mano derecha de Oliver Stone y participó en proyectos como Comandante (sobre Fidel Castro) o Alejandro (Alejandro Magno).
José Ibáñez, de la productora española Pentagrama Films, es muy cercano a Sulinchin. También nacido en Argentina, participó en documentales como Comandante o Maradona. Entre sus últimos proyectos figura Snowden, de Stone, sobre el ex agente de la CIA y la NSA. Desde el lunes pasado este periódico ha tratado de recabar su versión infructuosamente. Periódicos como El Universal le señalaron junto con Sulichin como participante en la reunión.
La reunión secreta con El Chapo ha levantado ampollas en México. El criminal, a cuyo cártel se le atribuyen miles de muertes y torturas, se fugó el 11 de julio pasado de la cárcel de El Altiplano por un túnel de 1.500 metros. La fuga supuso una humillación sin precedentes para el Estado mexicano y desencadenó una fulminante respuesta. Miles agentes, policías y soldados fueron movilizados. Estados Unidos brindó su apoyo. El desafío alcanzó proporciones históricas.
Las comunicaciones entre El Chapo y la actriz Del Castillo sirvieron de hilo conductor para dar con su paradero. Tras huir de la prisión, Guzmán Loera, lejos de abandonar su obsesión por una película autobiográfica, la aceleró. Aunque los servicios de inteligencia consideran que su verdadero propósito era ver a Kate del Castillo, por quien sentía una pasión desbordante, en septiembre aceptó la propuesta de reunirse con la actriz, Penn y los dos productores. Tras 14 horas de vuelo desde Los Ángeles y un accidentado recorrido en coche y avioneta, llegaron a su refugio en el corazón de Sierra Madre. Allí trataron los pormenores del proyecto.
Hasta el momento, ni Kate del Castillo ni Sean Penn han sido citados a declarar por la justicia mexicana. En el caso del actor, quien alega que acudió exclusivamente para entrevistar al capo, la Procuraduría de la República considera que será muy difícil abrir procesamiento alguno. Distinta es la situación, siempre que se demuestre que hubo relación comercial, en Estados Unidos. Las leyes federales prohíben cualquier tipo de negocio con criminales incluidos en las listas negras de la agencia antidroga estadounidense, como ocurre con El Chapo. En esta línea, tanto Penn como del Castillo, con doble nacionalidad desde el 28 de septiembre pasado, pudieron haber incurrido en un supuesto delito. Otro tanto sucede con los dos productores (si se confirma legalmente su visita), aunque el hecho de que sean nacionales de otro país dificultaría cualquier acusación. Las penas podrían alcanzar los 10 años de cárcel. Fuentes de la investigación también señalan la posibilidad de que se les investigue por encubrir a fugitivos de la justicia.
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