Una guerrilla de 2.000 hombres muy activa
El ELN se ha recuperado en los últimos cinco años de una crisis y ha aumentado sus acciones
El Ejército de Liberación Nacional (ELN) se reactivó en los últimos cinco años. Desde entonces no pasa un mes en el que no se sienta su presencia en algún rincón de Colombia. Una toma, un secuestro, la voladura de una torre de energía. El pasado 2 de diciembre atentaron contra la estación de Policía de San Calixto, al nordeste del país. Mataron a un policía y dos más quedaron heridos. Del 14 al 17 de febrero pasado, realizaron un paro armado en el que fue evidente la escalada en sus acciones contra la infraestructura económina del país y la Fuerza Pública.
Durante esos días, según el Centro de Recursos para Análisis de Conflictos, "se registraron 23 acciones ofensivas. Once veces más que el promedio semanal de acciones de este grupo los últimos cinco años (2) y tres veces más que el promedio mensual de los últimos cinco años (8)". En dichas acciones, tres policías resultaron muertos, y dos policías y un civil heridos. Para Luis Eduardo Celis, analista y experto conflicto, los recientes movimientos de esta guerrilla son una muestra de la visibilidad que necesitaban para empezar un proceso de paz.
Hace una semana, la liberación de Ramón Cabrales, un ingeniero que permanecía secuestrado desde septiembre del año pasado, se vio como una muestra de esta guerrilla por dar un paso más hacia el diálogo con el Gobierno, que ha insistido en que no se podrá avanzar en las conversaciones, mientras el ELN siga teniendo personas secuestradas.
Este grupo armado, integrado por entre 1.300 y 2.000 hombres, aunque cuenta con una red de inteligencia y apoyo mucho mayor, se recuperó de la crisis en la que entró en el año 2002 cuando en el norte del país encontró su punto de debilidad ante la acción de las Autodefensas Unidad de Colombia (AUC). “Mientras las FARC crecían en el sur del país, el ELN estaba del otro lado peleando contra las AUC. Al menos hasta el 2010 se recogió, no fue tan visible”. A partir de entonces, dice el analista, se ordenó y se recuperó. “Resucitó para hacer la paz”, reitera.
A pesar de que en los últimos 10 años esta guerrilla ha perdido más del 50 % de sus hombres, sus acciones se han mantenido. En el año 2014, según la Fundación Paz y Reconciliación, ejecutaron 386 actos violentos, lo que significó un aumento en el 10 % en comparación con el año anterior.
Uno de los fundadores de esta guerrilla, que nació en 1964 dentro de la tradición guevarista, fue el religioso Camilo Torres, representante de la Teología de la Liberación. Tras su muerte en combate con el Ejército en 1996, su nombre se convirtió en un hito de la revolución del ELN y pronto esta guerrilla logró multiplicar sus hombres y hacer una fuerte presencia en el Magdalena Medio, el Sur de Bolívar y el Nordeste antioqueño. Pero Torres no fue el único religioso en darle respaldo a la ideología de este grupo subversivo. También el sacerdote español Manuel Pérez fue líder de esta guerrilla y su presencia en las filas le dio visibilidad internacional. Tras su muerte, la comandancia fue asumida por Nicolás Rodríguez, alias Gabino, quien hasta hoy es su máximo líder.
Menos hombres
Una las acciones que más ha marcado a esta insurgencia fue la masacre de Machuca (Antioquia), en donde tras la voladora del oleoducto, 84 personas murieron. Un año después, en 1999, cometieron un secuestro masivo que alertó sobre su capacidad. Más de 150 personas fueron retenidas en una iglesia de Cali, hasta que la presión del Ejército logró que las liberaran.
“El ELN además de mantener sus acciones lo hace con su ideario político”, dice el analista, quien cuenta que durante el último año la única zona en la que logró crecer en número de hombres fue Chocó, en el pacífico colombiano. “Hoy allí son más fuertes que hace diez años, una de las razones es el olvido estatal en esta región”. Pero también siguen teniendo presencia en los departamentos de Arauca, Boyacá y Casanare.
El ELN ha intentado, sin éxito, acercarse a la paz a través del diálogo con algunos gobiernos. Tuvieron conversaciones con el presidente César Gaviria en los años 90 y más adelante con el dos veces mandatario de los colombianos Álvaro Uribe. Ahora, con el presidente Juan Manuel Santos se vuelven a sentar. Esta vez esperan que sea para lograr un acuerdo definitivo.
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