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Texas quiere aumentar el comercio con Cuba a pesar del embargo

El gobernador del Estado visita La Habana y se distancia del resto de republicanos

El gobernador de Texas espera en el coche en la Bahía de Mariel.
El gobernador de Texas espera en el coche en la Bahía de Mariel. Desmond Boylan (AP)

La visita del gobernador de Texas a Cuba le desmarca de la postura del resto de miembros del Partido Republicano y su oposición al gobierno federal en asuntos como el deshielo de las relaciones bilaterales con La Habana. Greg Abbott visitó la isla durante tres días a principios de este mes, acompañado de 26 líderes estatales con un mismo objetivo: potenciar los productos agrícolas de Texas estado en un mercado que importa el 80% de los alimentos que consume.

“No existe un estado que sea mejor para la economía y el emprendimiento”, dijo Abbott en uno de los encuentros oficiales en la isla, donde estuvo acompañado de su equipo económico y de desarrollo, funcionarios portuarios y empresarios. “Estamos en una etapa inicial de apertura en una puerta que llevará a una aceleración y a una gran actividad de negocios”.

Abbott se ha sumado a otros gobernadores como Asa Hutchinson, de Arkansas, y Andrew Cuomo, de Nueva York, que ya han liderado sendas delegaciones para estrechar lazos con La Habana. En el caso de Texas, le separan más de 2.000 kilómetros de la isla, pero el estado cuenta con un puerto preparado para la importación de alimentos.

La gira del gobernador incluyó reuniones con funcionarios comerciales y de turismo cubanos, además de un encuentro con el ministro de comercio exterior Rodrigo Malmierca Díaz y José Toledo, presidente de la Comisión de Asuntos Constitucionales y Jurídicos del Parlamento. Su iniciativa es una clara excepción a la tendencia política predominante en el estado, tradicionalmente opuesto al Gobierno federal en temas controvertidos.

Abbott procedió de manera similar con la implementación de Obamacare, como se conoce a la reforma sanitaria del presidente Obama, la crisis de inmigración desatada por los menores no acompañados procedentes de Centroamérica y más recientemente con la entrada de refugiados sirios. Pero cuando se trata de Cuba, Obama parece tener un aliado.

Desde que se restablecieron las relaciones diplomáticas con La Habana, el futuro del embargo comercial se ha convertido en la mayor interrogante entre ambos países. A pesar de que el Congreso en Washington no parece listo para resolverlo, en Texas la decisión tiene un interés comercial. Según un informe reciente del Centro para Estudios Norteamericanos de la Universidad Texas A&M, si se levantara el embargo, el Estado ingresaría al menos $42 millones de dólares más en el comercio bilateral.

“El mercado en Cuba es sensible al precio. En un escenario donde no hubiera embargo, ciertos productos en Texas que ahora han visto un declive en la demanda, podrían ser competitivos”, aseguró Luis Ribera director del Centro para Estudios Norteamericanos de la Universidad Texas A&M.

Desde el año 2000 se puede exportar alimentos agrícolas y médicos a Cuba pero con la condición de que el gobierno pague en efectivo. Desde entonces las exportaciones llegaron a un récord de $711 millones en 2008, aunque el año pasado se redujeron a $300 millones.

“Para septiembre de 2015 las exportaciones a Cuba declinaron aún más, en parte por el deseo de acabar completamente con el embargo, la prohibición sobre la carne de ave estadounidense por la gripe aviar y las condiciones económicas débiles en la isla, junto a socios comerciales que ofrecen términos favorables de crédito”, especifica el estudio.

Ribera insistió en que para los funcionarios cubanos “es todo o nada. Ellos no entienden por qué aún no se ha acabado con el embargo si el Presidente actual está en contra. Su manera de ejercer más presión es justamente disminuyendo la demanda de productos desde Estados Unidos”, explicó.

“Debido a las restricciones del bloqueo y la situación económica del país, Cuba simplemente no puede costear pagar en efectivo el arroz estadounidense”, le dijo la directora general de la Zona de Desarrollo del Mariel, Ana Igarza, al gobernador Abbott durante sus visita. “El precio no es tan difícil como tener que pagar en efectivo”.

Abbott eludió en varias ocasiones pronunciarse sobre el embargo económico e insistió en encontrar estrategias para aumentar el comercio en el marco actual. Sin embargo, el Congreso en Washington parece lejos de concretar un posible levantamiento del embargo en un futuro cercano.

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