Los rebeldes sirios abandonan Homs tras un acuerdo con el Gobierno
Decenas de insurgentes salen del último barrio que controlaban en la ciudad, según el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos
Los rebeldes sirios han comenzado a abandonar El Waer, el único de los 36 distritos de Homs, la tercera mayor ciudad siria, aún bajo control de los insurrectos. "La primera fase del acuerdo está siendo implementada", declaró esta mañana Talal al Barazi, gobernador de la norteña ciudad de Homs, un enclave vital para el régimen en la ruta de Damasco a su feudo en la costa, y primera localidad símbolo de la rebelión armada de la oposición y la represión de Bachar el Asad, en los primeros meses de 2012. La tregua alcanzada entre los rebeldes cercados en el barrio de Al Waer, en el noroeste de la ciudad, se llevara a cabo en tres fases. El acuerdo afectaría a 350 armados y sus familias, tras dos años y medio bajo el cerco del Ejército sirio.
"Por ahora hemos visto salir seis autobuses con hombres portando armas y sus familias, incluidos niños", dice Joseph Barudi, presente durante la salida de los combatientes. Según las cifras del gobernador, han salido una decena de buses, con 447 civiles, un centenar de rebeldes sin armas y 178 armados, que serán evacuados a Jiser Mesiaf, campiña norte de la provincia de Hama. Allí, otros grupos insurgentes combaten contra las tropas sirias apoyadas por la aviación rusa. Igualmente, tanto la ONU como la Media Luna Roja siria entregarán ayuda humanitaria a los entre 60 y 70.000 civiles que aún habitan Al Waer. Antes del conflicto, el barrio contaba con 300,000 vecinos.
En un segunda fase, "los armados que entreguen las armas serán reintegrados en la sociedad", declaraba también el gobernador. Aquellos sobre los que pesen condenas tendrán que cumplirlas. En la última etapa de la tregua, que durará 45 días, el barrio Al Waer será "limpiado de armas y quedará bajo total control del Gobierno", explicó ante la prensa allí congregada Al Barazi.
Se trata de la segunda tregua alcanzada con los rebeldes en la ciudad de Homs. La primera tuvo lugar en mayo de 2014, en la que las tropas regulares sirias abrieron un corredor para dejar salir a 1.400 civiles y 600 rebeldes. Estos fueron trasladados en autobuses, arma en mano, a la periferia norte de la provincia, sumándose a otras facciones rebeldes allí apostadas. "Se trata de recuperar el control de las ciudades, donde los combates infligen grandes pérdidas en vidas humanas y materiales, para trasladarlos a la periferia donde es más fácil combatirlos", explica a este diario bajo el anonimato un oficial del Ejército sirio.
Los vecinos de Homs recibían con alivio la noticia tras que la tregua se pospusiera tres días consecutivos. "En cuanto se normalice la situación, la gente volverá a sus casas, las autopistas de salida se reabrirán y podremos volver a cultivar nuestras tierras", dice Mazen Taher, agricultor de 37 años en la salida del ultimo control militar que lleva a Al Waer. Los campos de cultivo que rodean Al Waer han sido inundados por el Ejército sirio para evitar que los rebeldes avancen en su lucha subterránea con la excavación de túneles. En la mañana de ayer, el fuego de francotiradores de ambos bandos cesaba.
Ante el grado de destrucción de la ciudad vieja de Homs, incluido sus zocos, y que a pesar de la tregua que habrá de dejar la ciudad bajo control completo del régimen, la reconstrucción promete ser larga. "Llevamos cinco meses reconstruyendo el zoco y nos queda por lo menos año y medio más", dice el jefe de obra Abou Rabih en referencia a una hilera de 10 kilómetros de tiendas. A pesar de que los vecinos regresan poco a poco a la ciudad vieja tras dos años desde que se implementara la última tregua, muy pocos disponen de los medios para reconstruir sus viviendas. "Seguimos viviendo en el pueblo porque no tenemos dinero para rehacer nuestra casa", dicen las hermanas Suad y Dalal Irgan, cuya casa permanece calcinada y sin paredes.
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