Avelluto: “PRO es el primer partido del siglo XXI que llega al poder"
El futuro ministro de Cultura argentino dice que es un caso inédito en el mundo
Pablo Avelluto desarrolló gran parte de su carrera en la industria editorial de Argentina, fue alto ejecutivo de las filiales de Planeta y Random House Mondadori y será ministro de Cultura del próximo presidente de su país, Mauricio Macri. Pero además ha formado parte del equipo de comunicación de la campaña que llevó al líder de Propuesta Republicana (PRO) a la jefatura de Estado.
Pregunta. ¿Hay un cambio cultural en Argentina por el que por primera vez gana un partido considerado de centroderecha?
Respuesta. No suscribo esa identificación ideológica, aun cuando pudiera ser percibido como tal. Tal vez en sus inicios tomó algo de esa tradición. Pero hoy es un partido del siglo XXI que va más allá de las categorías del siglo XX. Hecha esa salvedad, claramente se produjo primero un cambio cultural y luego Macri, el PRO y sus aliados de Cambiemos interpretaron ese cambio. El PRO es el primer partido fundado en el siglo XXI que llega al poder en algún país del mundo. Hay partidos nuevos como Ciudadanos (en España), pero no llegó todavía al poder. En Argentina cambiaron los valores, la concepción de lo que es la política y el partido que lo interpretó fue el que ganó.
P. ¿Le salió el tiro por la culata al kirchnerismo?
R. El kirchnerismo marcó el final del siglo XX en Argentina. Su retórica, su manera de dirigirse a la sociedad, su liderazgo por momentos sobrehumano, la tradición en la que se inscribe, que hereda mucho del peronismo de las décadas del 50 y el 70, están enmarcados en el modo dicotómico y no cooperativo en que la política estuvo organizada en el siglo XX.
P. También es llamativo que en un país en el que los empresarios están poco valorados gane un empresario rodeado de empresarios…
R. También eso responde a un cambio cultural. Lo que se valora no es el origen de muchos de sus funcionarios que hemos trabajado en el sector privado sino la lógica de gestión: cierta racionalidad, cierto modo de toma de decisiones metaideológico, no aideológico, sino que va más allá de la ideología.
P. Usted participó de la construcción de un relato más moderado de Macri, ¿cómo fue eso?
R. En Argentina se produjo en los últimos años el fin de la dicotomía kirchnerismo-antikirchnerismo. Macri trasciende esa dicotomía. El momento clave fue 2013. Cambiemos no es el opuesto al kirchnerismo sino una formulación política superadora. El hecho clave de ese proceso son las recorridas de Macri por cientos de casas de familia a través de invitaciones que recibe por su cuenta de Facebook. No está dimensionado todavía el impacto de eso en su manera de pensar. Él empieza a ver que el centro del problema argentino no es la macroeconomía sino la pobreza.
P. ¿Usted también cambió? Porque por Twitter había dicho que su golpe de Estado favorito era el de 1955 contra el peronismo…
R. Una tontería.
P. También dijo que había que despedir maestros y que esperaba que desapareciera el peronismo…
R. Siempre me llamó la atención cómo la mayoría de los sectores académicos había estado a favor de los golpistas en 1955. Desde ya que no hay golpes buenos. Twitter no es el mejor lugar para interpretar el pensamiento de una persona y no debe tomarse seriamente. Con los maestros mi situación era que mandaba a uno de mis hijos a la escuela pública, no tenía dónde colocarlo después de tres semanas de huelga y estaba enojado. Y lo que dije del peronismo era una broma.
P. Como ministro de Cultura, los maestros lo recibirán con las uñas afiladas…
R. Tanto los maestros como los peronistas tienen todo mi respeto. Creo que la huelga ha sido una herramienta que no ha ayudado a mejorar la calida de la enseñanza ni las condiciones de trabajo de los docentes, pero es un recurso legítimo. Twitter es una red extraordinaria, pero no es buena para hacer bromas porque tus viejas ironías y sarcasmos, tomadas fuera de contexto, pueden ser ofensivas, y esa no era mi intención en absoluto. Pero ese estado de ánimo que conocí forma parte del que tuvimos muchos argentinos durante los años de la confrontación.
P. ¿Cree que no habrá confrontación a las medidas que adopte Macri?
R. Forma parte del juego democrático que haya muchas posiciones frente a cada decisión.
P. ¿Cómo se acercará a un mundo de la cultura que en buena parte ha apoyado al kirchnerismo?
R. Uno de los errores de la política cultural y comunicacional del Gobierno fue anteponer la identificación política al hecho cultural o periodístico. Yo no le pregunto a los artistas a quién votan, me interesan sus manifestaciones. En el área de Cultura se han hecho cosas buenas.
P. ¿Qué cosas cambiará?
R. Vamos a cambiar la Secretaría de Coordinación Estratégica del Pensamiento Nacional porque no encuentro una función con ese nombre, pero muchos de sus programas van a seguir en otras secretarías. Cambiaré el hecho de privilegiar en algunos casos la proximidad política de actores a los que el Estado debía promover. Cambiaré cierta visión única sobre nuestro pasado y presente. Incorporaré los recursos del siglo XXI en términos de promoción, innovación, creatividad.
P. ¿Cambiará el nombre del Centro Cultural Kirchner?
R. La cuestión del nombre es secundaria. Hay un problema legal porque en Buenos Aires está prohibido usar nombres de personas fallecidas hace menos de diez años. Pero lo que me interesa es que ese lugar magnífico funcione para todos los argentinos.
P. En Buenos Aires, Macri cerró muchos centros culturales independientes por motivos de habilitación, pero esos centros reclaman que se los proteja…
R. Los centros culturales tienen que tener los requisitos de seguridad necesarios y nosotros tenemos que ayudarlos a que puedan cumplirlos.
P. Usted habla de ayudarlos, ¿pero con el déficit fiscal alto se mantendrá el presupuesto de su ministerio?
R. El compromiso de Macri fue mejorar la infraestructura cultural, promover nuestra cultura a lo largo del país y en el mundo. Hay que optimizar el uso de los recursos, no para ahorrar, sino para que el dinero de todos los argentinos llegue, a través de políticas culturales, a todos los argentinos, en especial los que hoy están más lejos de esas políticas.
P. El futuro ministro del Interior, Rogelio Frigerio, dice que en el Estado hay mucha corrupción y derroche.
R. Si hay lugares donde hay corrupción, la detectaré y tendrá que trabajar la justicia. Pero en Cultura hubo malas asignaciones de gastos.
P. ¿En qué?
R. Tenemos que encontrar cada ítem. El ministerio es enormemente grande, con miles de empleados, decenas de museos, miles de actividades al año.
P. ¿Sobran empleados?
R. No creo que sobre gente en ningún lado. Pero si hay gente que cobra y no trabaja, es una falta de respeto ante la sociedad que le está pagando el salario.
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