Rusia reconoce que el siniestro del avión en Egipto fue un atentado
"Explotó un artefacto explosivo", afirma el Servicio Federal de Información
La catástrofe del Airbus 321 ruso, que costó la vida a 224 personas sobre la península del Sinaí, fue provocada por un acto terrorista, según reconoció Rusia más de dos semanas después del suceso ocurrido el 31 de octubre. Sobre el telón de fondo de la sangrienta jornada de París, el reconocimiento permitió al presidente Vladímir Putin avanzar en su argumentación a favor de la solidaridad internacional en la causa común contra el terrorismo.
Putin ordenó este martes a los mandos militares que establecieran contacto con la marina de guerra de Francia para realizar acciones conjuntas. “Hay que establecer contacto directo con los franceses y trabajar con ellos como aliados”, dijo el líder al jefe de la aviación estratégica Anatoli Zhíjarev, durante una visita al centro de mando de las Fuerzas Armadas en Moscú.
Alexandr Bórtnikov, el director del Servicio Federal de Seguridad (FSB), fue el encargado de certificar la versión oficial sobre la catástrofe del Sinaí. “Puede decirse de forma inequívoca que fue un acto terrorista”, sentenció el funcionario en una reunión con Vladímir Putin y otros altos cargos, de la que informó la página del Kremlin después de las 11 de la mañana.
Las “inspecciones de enseres personales, equipaje y piezas” del avión siniestrado “mostraban rastros de una sustancia explosiva de producción extranjera”, explicó Bórtnikov en la reunión, que según el Kremlin se celebró el lunes por la noche. “Un artefacto explosivo” de confección casera con una potencia equivalente a un kilo de trotil se activó en el interior de la nave, lo que produjo su “desintegración en el aire”, concluyó.
Rusia actuará de acuerdo con el artículo 51 del Estatuto de la ONU que contempla el derecho de los Estados a la autodefensa, dijo Putin, quien aseguró confiar en la ayuda internacional para encontrar a los responsables del atentado. Putin exhortó a “buscar y castigar a los culpables” sin “plazo de prescripción”.
Reforzar la intervención
La intervención militar que Moscú inició en Siria el 30 de septiembre “debe reforzarse de modo que los delincuentes comprendan que el castigo es inevitable”, dijo el jefe del Estado, que pidió propuestas al Ministerio de Defensa y al Estado Mayor. El resultado concreto, según las informaciones difundidas, fue una intensificación inmediata de los bombardeos con empleo de extras, como aparatos de la aviación estratégica con sede en el norte del Cáucaso y también, según el servicio RBK, con la utilización por primera vez de misiles de crucero “Kalibr” desde un submarino en el Mediterráneo oriental. “Kalibr” apuntó hacia Raqa, la capital de facto del Estado Islámico en Siria, según RBK que cita fuentes próximas al Ministerio de Defensa.
La Duma Estatal (cámara baja del Parlamento) aprobó el martes un llamamiento a la colaboración internacional contra el terrorismo. El documento, registrado el lunes y corregido el martes para incorporar a Rusia a la lista de países afectados, acusa a EE UU de “desestabilizar la situación” en Oriente Próximo y de haber propiciado “una ampliación de la zona de sangriento caos y múltiples tragedias humanas”. “En la actualidad Francia y los estados europeos pagan de hecho por la política miope y egoísta de Washington”, señala el texto que acusa a occidente de “irresponsabilidad y viciosa política”, “bajo la excusa de exportar la democracia” y de haber querido usar “a grupos radicales como arietes para derrocar a los regímenes incómodos”. A los destinatarios de esta andanada de críticas, los parlamentarios rusos les piden que participen en una coalición antiterrorista inspirada en el ejemplo de la coalición entre EE UU y sus aliados occidentales contra Hitler.
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