Las mujeres de Hillary Clinton
POLITICO destaca la presencia mayoritaria de mujeres cubriendo la campaña demócrata
Hace cuarenta años eran Los chicos del autobús y hoy son Las mujeres de la camioneta. El primero es el título de un libro de 1972 que retrató al grupo de reporteros que seguían la campaña electoral de ese año en Estados Unidos. El segundo es el titular de un reportaje que acaba de publicar POLITICO sobre la novedad en la cobertura de la carrera de Hillary Clinton por llegar a la Casa Blanca: la mayoría de los periodistas son mujeres.
La imagen del reportaje, tomada hace varias semanas en Nueva York, contrasta drásticamente con otra de la era de ‘los chicos del autobús’. Entonces, mientras una mayoría de hombres salía a cubrir la pugna entre Richard Nixon y George McGovern, otra imagen hacía historia. Era la de Lynn Povich, la primera editora senior -jefa de sección- de Newsweek, la única mujer en una reunión de la revista y protagonista de la primera denuncia por discriminación sexual contra la revista unos años antes.
La distancia entre ambos momentos es tan amplia que algunas de las periodistas citadas por el reportaje califican la situación actual de “normalizada” y aseguran que la victoria real no es su presencia junto a Clinton, sino el aumento de oportunidades para ellas en el mundo del periodismo. Según el recuento de POLITICO, al menos 18 medios nacionales han asignado la cobertura de la campaña de Clinton a una mujer. “Nadie recuerda un grupo de prensa tan femenino”, dice la autora.
El cambio no ha sido repentino. De ser una minoría en las elecciones de 2008, periodistas como Andrea Mitchell, presentadora de MSNBC, ha pasado a estar acompañada cada vez de más mujeres. En 2014, la misma cadena nombró a Chris Jansing la primera mujer corresponsal en la Casa Blanca. El cambio ha llegado hasta Washington y el pasado mes de diciembre, Obama solo invitó a hacerle preguntas a las ocho mujeres presentes en la sala de prensa ese día. El gesto mereció después una explicación de su secretario de prensa, que alegó que el presidente quería “destacar” su trabajo.
El aumento de mujeres en las salas de prensa y puestos de responsabilidad de los medios -acorde con su incremento en las escuelas de periodismo- es percibido como una evolución normal, pero el dato no está exento de implicaciones. ¿Recibe Hillary Clinton preguntas menos agresivas por tratarse de mujeres? ¿O son más críticas con ella? ¿Hacen las mujeres preguntas distintas que sus compañeros masculinos? ¿Han sido elegidas para cubrir a Clinton precisamente por ser mujeres?
La autora del reportaje, Hadas Gold, aborda todos estos temas. No, Clinton no escucha preguntas más fáciles de las mujeres que de los hombres. De hecho, una de las periodistas recuerda una entrevista con ella en la que la candidata demócrata le invitó a que se “liberara” y “hacer la pregunta que de verdad quería hacer”. Ninguna asegura haberle dirigido preguntas más o menos duras precisamente por su género. Y tampoco se cita a ningún editor que admita haber elegido a esa periodista para el puesto por ser mujer.
Quizás este sea el hecho que más sorprenda. La llegada de más mujeres a este tipo de responsabilidades es inevitable, pero contrasta con la realidad en los medios estadounidenses. Las mujeres son poco más de un tercio (37%) de los empleados de los periódicos norteamericanos, según datos del Women’s Media Center, y la proporción apenas ha aumentado en los últimos 15 años.
Según la revista Columbia Journalism Review, apenas el 20% de las columnas de opinión de los grandes medios son firmadas por mujeres. A la falta de firmas femeninas en todas las secciones se le atribuye, también, la ausencia de mujeres entre las fuentes. Durante las elecciones de 2012, la organización 4th Estate reveló que durante seis meses, el 81% de las fuentes consultadas en el tema del aborto eran hombres. Y entre 1983 y 2009, según la universidad Stony Brook, por cada seis nombres que aparecían en los medios estadounidenses, solo uno era de mujer.
Si alguien ha podido seguir el cambio desde el otro lado de los micrófonos es precisamente Clinton, una de las candidatas más preparada para denunciar las cifras de la discriminación a la primera oportunidad. Pero las periodistas que le siguen solo reconocen un trato distinto y es el compromiso que han asumido algunas para no referirse nunca al vestuario de la candidata. Como no lo harían con el de un hombre.
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