Suiza resuelve en 48 horas peticiones de asilo de países que ve seguros
Ginebra agiliza la tramitación de solicitudes para algunos solicitantes
Pocas veces ocurre que Europa tome como ejemplo a la pequeña Suiza, pero también aquí la crisis de los refugiados está alterando el orden de las cosas. A principios de septiembre, tras su visita al país alpino, la canciller alemana Angela Merkel se declaró "inspirada" por el sistema de asilo suizo, y afirmó que Europa podría aprender de él.
Merkel ha estudiado las estadísticas de asilo: en Europa, junto a los desplazados por las guerras de Siria y Afganistán, los que presentan más solicitudes son los kosovares. La situación es muy diferente en Suiza. Allí, los que proceden de Kosovo representan tan solo el 1% de la totalidad de los solicitantes con un proceso abierto, a pesar de la enorme diáspora kosovar en Suiza. La explicación se encuentra en un procedimiento nuevo.
Para los solicitantes de asilo de los países del oeste de los Balcanes considerados seguros, Suiza ha implantado un sistema de tramitación en 48 horas. Desde entonces, las peticiones han disminuido sensiblemente. Los solicitantes son alojados en centros federales, en el plazo de dos días son entrevistados por un especialista, y, acto seguido, en la mayoría de los casos, se los expulsa.
Para asegurarse de que son aceptados de nuevo en sus países de origen, Suiza ha establecido los pertinentes acuerdos con Kosovo, Bosnia Herzegovina y Serbia. A cambio, colabora con ellos en diversos proyectos, por ejemplo, en la construcción de viviendas, o en el sistema de enseñanza. Al mismo tiempo, las autoridades suizas han adoptado una estrategia de aceleración para otros solicitantes de asilo de países africanos a los que, en principio, estiman seguros. A los procedentes de Marruecos, Túnez, Gambia, Nigeria o Senegal se los evalúa más rápidamente que a los que vienen de Siria, Eritrea o Afganistán.
Si bien la canciller alemana busca inspiración en Suiza, en su mente están también los planes de reforma de la Unión Europea: los centros de registro en las fronteras exteriores y las polémicas cuotas de reparto. Suiza ya ha puesto en práctica ambos. Para acelerar aún más el ritmo en lo sucesivo, el Gobierno suizo ha impulsado cambios importantes de la ley de asilo.
Hace un par de semanas, la reforma pasó por las dos cámaras del Parlamento federal, y está a punto de concluirse. Su máxima es que los procedimientos de asilo sean lo más rápidos posible, pero, aun así, justos. Para poder conseguirlo, el sistema de asilo, organizado a escala federal, pasará a estar más centralizado.
Los solicitantes que lleguen a Suiza serán alojados en centros federales. Solo los refugiados con buenas posibilidades de obtener autorización para permanecer en el país serán entregados a los cantones en función de una cuota de reparto fija. En los centros federales, los procedimientos no deben prolongarse más de 140 días; los de los refugiados que están en los cantones pueden durar un año como máximo. Por su parte, los plazos de reclamación se reducen. Con el fin de que el procedimiento sea justo, Suiza pone abogados a disposición de todos los solicitantes de asilo para que los representen gratuitamente.
El partido populista de derechas del Pueblo Suizo (SVP), la mayor formación política del país, se opone enérgicamente a esta medida de garantía legal, que constituye el punto más conflictivo de la reforma. No obstante, los observadores dan por sentado que esta vez el SVP no se saldrá con la suya. Actualmente, las autoridades están teniendo problemas para encontrar sitios donde instalar los centros federales. Hasta ahora solo unos cuantos cantones están dispuestos a acoger solidariamente una de esas instalaciones en su territorio.
El hasta ahora sorprendente éxito de la reforma del sistema de asilo ha reforzado a la presidenta federal y ministra de Justicia, Simonetta Sommaruga. "Ya hace tiempo que Suiza reguló el reparto de refugiados entre los cantones", declaró la semana pasada, dirigiendo también con ello una inusual admonición a Europa. En opinión del Gobierno suizo, la Unión Europea ha fracasado: "En los últimos años ha dejado pasar la oportunidad de desarrollar una política de asilo conjunta y justa".
¿Es Suiza un ejemplo de política de asilo para Europa? Solo en parte, consideran al menos las organizaciones internacionales. La ONG pro derechos humanos Amnistía Internacional y el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) censuran a Suiza por sus prácticas de acogida a los desplazados por conflictos bélicos, como los que proceden de Siria: "Suiza sigue una política restrictiva en relación con los solicitantes de asilo sirios", denunciaba recientemente en una entrevista Anja Klug, directora de la oficina de ACNUR para Suiza y Lichtenstein.
El país alpino no reconoce como refugiados a los desplazados por guerras que no puedan acreditar ser objeto de persecución individual. En cambio, la mayoría de los solicitantes de asilo sirios son "acogidos provisionalmente". Los acogidos provisionales tienen menos derechos que los refugiados reconocidos, por ejemplo, para la reagrupación familiar. Es una condición menos atractiva que las garantías de protección comparables en Europa.
Esta práctica es una de las razones por las cuales actualmente Suiza no es una meta prioritaria para los refugiados de Siria, Afganistán o Irak, y también contribuye a que descienda la parte de las solicitudes de asilo en Europa correspondiente a Suiza. En 1998, el 11,8% del total de peticiones para Europa se presentaron en Suiza. En 2014 fue un 3,8, y en 2015 se prevé que la parte "suiza" represente un 3,1%.
Traducción de News Clip
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