El PKK mata a cinco personas tras otra noche de bombardeos turcos
El partido islamista gobernante comienza a mirar a los ultranacionalistas como socios
El Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) ha acabado este jueves con la vida de tres gendarmes en una emboscada y con la de otras dos personas en un atentado que también se atribuye al grupo armado kurdo, después de una nueva noche de ataques de la aviación turca. De esta manera, cuando se cumplen diez días del atentado yihadista en Suruç, que costó la vida a 32 personas y precipitó la campaña “antiterrorista” del Gobierno turco contra el Estado Islámico y el PKK, los muertos se cuentan por decenas.
A las nueve de la mañana de este jueves, militantes kurdos atacaron un convoy militar en la provincia de Sirnak, fronteriza con Siria e Irak, matando a tres gendarmes. En el combate que siguió, las tropas turcas acabaron con la vida de un miembro del PKK. Numerosos refuerzos, con apoyo de helicópteros, fueron despachados a la zona y las operaciones militares continuaron a lo largo del día.
También se ha atribuido al PKK el tiroteo realizado anoche desde un vehículo en marcha a un grupo de personas sentadas frente a una tetería del distrito de Çinar, en Diyarbakir, la capital oficiosa de los kurdos de Turquía. En el ataque fallecieron un policía y un civil.
Estas nuevas muertes siguen a otra noche de intensos bombardeos a las posiciones del PKK tanto en el norte de Irak como en áreas montañosas del interior de Turquía, que continuaron a lo largo del día. De acuerdo al diario Hürriyet Daily News, que cita fuentes de las fuerzas de seguridad, el Ejército cree haber acabado con 190 milicianos del PKK en su ofensiva sobre las bases del grupo en Irak, cifra que medios progubernamentales como los rotativos Star, Sabah o Yeni Safak, elevan a al menos 260. Sin embargo, el PKK sólo reconoce haber perdido a cinco de sus hombres en los bombardeos sobre el norte de Irak.
Según un recuento hecho por este periodista y basado exclusivamente en las bajas aceptadas por ambos bandos o corroboradas por varias fuentes, miembros del grupo armado kurdo y de organizaciones izquierdistas han segado 18 vidas durante estos últimos diez días, cuatro de ellas de civiles (dos de supuestos simpatizantes yihadistas). El Estado Islámico ha asesinado a 33 personas, sólo una de ellas de las fuerzas de seguridad turcas y el resto, civiles. Las fuerzas de seguridad turcas han matado a media docena de yihadistas del Estado Islámico y a 15 militantes o simpatizantes de movimientos kurdos e izquierdistas, cinco de ellos, civiles abatidos en manifestaciones o redadas policiales. La última de estas muertes se produjo anoche en la localidad de Cizre, después de que la policía abriera fuego sobre cuatro jóvenes que huían y alcanzara a uno de ellos, de 17 años, que quedó malherido y tendido en el suelo. Según testigos presenciales citados por la prensa local, los policías lo mantuvieron durante hora y media esposado antes de trasladarlo al hospital, donde falleció.
Según el analista político Orhan Bursali, del diario Cumhuriyet, mientras el objetivo del PKK en su nueva campaña de atentados es imponerse a su brazo político, el Partido de la Democracia de los Pueblos (HDP), como interlocutor del ya moribundo proceso de paz entre los kurdos y el Gobierno, el fin que perseguiría el presidente turco, el islamista Recep Tayyip Erdogan, sería repetir las elecciones para aumentar “un 3%” los votos de su Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), buscando así asegurarse la mayoría absoluta. Sin embargo, a tenor de una encuesta hecha por la empresa demoscópica ORC, normalmente favorable a los islamistas, si bien el HDP perdería votos a causa del retorno a la violencia del PKK, no quedaría por debajo de la barrera del 10% de los votos, lo que nuevamente impediría al AKP formar gobierno en solitario.
Desde que las elecciones del pasado 7 de junio arrebatasen la mayoría absoluta a los islamistas, el AKP negocia con la oposición socialdemócrata conformar una gran coalición, pero las sucesivas rondas de contactos no han dado aún resultado. Por ello, el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, anunció que ha dado la orden de “mantener contactos y trabajar” con el Partido de Acción Nacionalista (MHP) para buscar un pacto de gobierno. Una de las condiciones irrenunciables de esta formación ultranacionalista turca es interrumpir el proceso de negociación con los kurdos, algo que ya se da por hecho tras estos diez días de violencia.
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