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“En Florida Jeb Bush fue muy, muy conservador”, dice su biógrafo

S.V. Dáte, autor de un libro sobre el republicano, habla de su estilo, la relación con su padre y hermano, y sus vínculos latinos

Marc Bassets
Jeb Bush y su hermano George W., en una imagen de 2001.
Jeb Bush y su hermano George W., en una imagen de 2001.Kevin Lamarque (REUTERS)

Pocos periodistas conocen tan bien a Jeb Bush como S.V. Dáte. Y pocos le han irritado tanto con sus preguntas e investigaciones.

Dáte era corresponsal de The Palm Beach Post en Thallahasse, la capital de Florida, cuando Bush era gobernador. Después escribió Jeb. America’s next Bush (Jeb. El próximo Bush de América), el libro más detallado sobre la etapa de John Ellis Bush —su nombre completo— al frente del tercer estado más poblado de Estados Unidos.

El republicano Bush, hijo y hermano de presidentes, le llamó “el periodista menos imparcial de la capital de Florida”. “No le gustaban los artículos que yo escribía”, dice Dáte en una entrevista telefónica, en vísperas de que Bush formalice su candidatura a las elecciones presidenciales de 2016.

Pregunta: Su libro ofrece un repaso exhaustivo a los años de Bush como gobernador de Florida, entre 1999 y 2007. Cuando sus rivales en la campaña lo lean para buscar información sobre él, ¿en qué deben fijarse?

Respuesta: Si usted quiere ver lo que probablemente hará cuando sea presidente, hay que mirar lo que hizo en Florida. Se enorgullece de lo que hizo en Florida y no hay motivo para pensar que haya cambia demasiado. Quizá nada. Muchos en el Partido Republicano dicen que es un moderado, que no es suficientemente conservador. Pero si mira a lo que hizo en Florida, no sé cómo se le puede describir de otra manera que muy, muy conservador.

P: Él admite que cuando era gobernador se le consideraba conservador.

R: Nadie que estuviese allí en aquel tiempo diría que no lo fue. Demócratas y republicanos. Solo se dice fuera [de Florida]. Y le diré por qué: por sus posiciones sobre el common core [el núcleo común, un sistema de estándares educativos comunes de ámbito federal al que el ala derecha del Partido Republicano, reacia a medidas centralizadoras de Washington, se opone] y sobre la inmigración".

Sobre la política educativa, Dáte explica que la posición de Bush es más compleja que el simple apoyo a los estándares federales. Durante su etapa como gobernador de Florida, Bush promovió los llamados vales escolares (vouchers, en inglés), una herramienta de la política educativa apreciada por la derecha estadounidense. Los vouchers son becas públicas para que el alumno asista a una escuela privada. En un artículo en la web de la radio NPR, Dáte ha explicado que Bush defiende los estándares como manera de mejorar el rendimiento de las escuelas públicas y para justificar los vales para los alumnos de las escuelas que no rindan. Es decir, está más alineado con la ortodoxia conservadora de lo que sostienen los más conservadores.

La inmigración es un caso distinto. Bush se ha declarado partidario de regularizar a los inmigrantes indocumentados (en algunas ocasiones, también ha defendido su acceso a la ciudadanía estadounidense). Esto le distancia de la línea predominante en el Partido Republicano.

“No cambiará de opinión”, dice Dáte. “Está casado con una mujer nacida en México, creo que habla muy bien español y ha vivido en el extranjero, en América Latina”.

P: Usted dice que Jeb Bush era muy conservador. Pero conservador, ¿no es un término relativo? ¿Conservador comparado con quién? Hay otros republicanos más conservadores que él.

R: ¿Conservador en qué área? ¿Hay otros con un historial de reducción de impuestos como él? No lo creo. ¿Un historial de repartir vales escolares? En inmigración nunca ha emitido un voto, pero ha sido muy claro en sus posiciones. Pero sus oponentes han decidido que sólo cuentan unos temas y el resto no importa. Veremos. Sólo es junio y los votos no empiezan hasta principios de febrero.

P: ¿Es Jeb Bush un ideólogo? ¿O tiene un lado pragmático?

R: Es extremadamente ideológico en las áreas en las que cree que tiene la respuesta. Una es la educación. Otra, los impuestos. Otra, cómo estructurar la política económica. En la política militar, internacional, sabe en qué cree. En otras áreas no tiene una opinión ideológica firme. Cuando hubo huracanes en Florida, algunos se preguntaban qué había que hacer desde un punto de vista conservador, pero él lo arregló de forma pragmática y competente.

P: ¿Cuál es la mayor diferencia entre él y su hermano, el expresidente George W. Bush?

R: Jeb Bush siempre ha prestado atención a los detalles. Siempre ha intentado aprender lo que ha podido. Su hermano a veces parecía que no le preocuparan los detalles. Dejaba que otros se ocuparan de ellos. Jeb no es así. Él siempre se ha sumergido en los detalles y en cualquier tema ha intentado saber de qué se trataba.

P: La imagen de George W. Bush hoy no es óptima. La de su padre, el también presidente George H.W. Bush, ha mejorado con los años. ¿Qué relación tiene Jeb con el legado del padre y del hermano? ¿Dónde se sitúa?

R: Temperamentalmente está mucho más metido en los temas de la política que su padre o su hermano. Su padre podría haberse interesado por el detalle, pero su hermano, nada de nada. [Cuando era gobernador] Jeb se llevaba los informes a casa, literalmente. En las campañas electorales su padre se lo pasaba bien, le gustaba hacer amigos. A su hermano le gustaba. No creo que le guste nada a Bush. Lo hace porque debe. Es un introvertido. En términos políticos es mucho más conservador que su padre e igual que su hermano, pero probablemente sea más capaz de explicar sus razonamientos que su hermano.

P: ¿Es el más listo de los chicos Bush?

R: No sé si es ajustado decir que es el más listo. Hay muchas maneras de ser listo. Sabe más de los temas, le interesa más aprender cosas, pero a veces la gente lista quiere tomar atajos sin hacer el trabajo. Él nunca ha hecho esto. Él cree de verdad en la meritocracia. Cree de verdad que está donde está por su trabajo duro, y que otras personas pueden tener éxito si trabajan duro. Cree en esto, para bien o para mal.

P: Pero en su libro usted escribe que si se llamara Jeb Smith habría llegado a mánager de una cadena de supermercados, no más.

R: Sí, si hubiera nacido como un americano medio probablemente habría acabado siendo esto, porque la mayoría de americanos no tienen la oportunidad de conocer a ricos que financien grandes negocios La mayoría de personas no conocería a alguien como Armando Codina [socio de Jeb Bush, a principios de los años ochenta, en la inmobiliaria Codina Bush Group], que le ofreciese el 40% del negocio. De otro lado, si solo le preocupase el dinero, ahora tendría miles de millones y nunca se habría presentado para gobernador. Es rico pero no extraordinariamente rico. Si hubiera querido, lo sería. No es lo que le mueve.

P: ¿Hay rivalidad, celos entre los hemanos Jeb y George Walker?

R: No sé cuál es la relación hoy. Sé que cuando ambos se presentaron a gobernador de sus estados en 1993, a Jeb le irritó mucho que George se presentase. Jeb creía que había trabajado durante años para ser gobernador de Florida y tenía un plan. De repente, basándose en nada, George también decidió presentarse a gobernador de Texas, y George atrajo mucha atención. Jeb creía que era ridículo, que aquello iba a parecer una historia ligera como la que podrías leer en la revista People. No creía que su hermano tuviera posibilidades de ganar. Y aunque las tuviese, ¿para qué quería ser gobernador? Así que fue irónico que él perdiese y su hermano ganase. Aquello preparó el escenario para que [George W.] fuese el primero en presentarse a presidente.

P: ¿Es hispano Jeb?

R: Sin duda él empatiza con la comunidad inmigrante. Empatiza con alguna de la discriminación que sus hijos han vivido. Y aprecia que personas de otros países puedan tener todo derecho a perseguir sus sueños como cualquier persona nacida en este país. En este sentido, sí, lo es.

P: ¿Que discriminación afrontaron los hijos?

R: Cuando jugaba béisbol en Miami a principios de los 80, la gente en el campo gritaba epítetos a su hijo George P. Seguro que esto hirió y enfadó profundamente a Jeb. Columba [su esposa] afrontó la discriminación cuando en los años 70 vivieron en Houston. Este es uno de los motivos por los que se marcharon de Texas. Él fue feliz de poder ir a Venezuela cuando tuvo la oportunidad [allí vivieron Jeb y su esposa Columba a finales de los setenta; Jeb trabajaba en las oficinas de un banco texano]. Y, cuando volvieron, se instalaron en Miami, no en Houston.

P: El abuelo, el presidente George H.W. Bush, llamó una vez a los hijos de Jeb los “morenitos”.

R: Se le criticó injustamente. No creo que lo dijese negativamente, en absoluto. Creo que en una ocasión, desde lejos, señaló a alguien cuáles era los hijos de Jeb. Cualquier persona que conozca a George Herbert Walker Bush sabe que jamás lo diría para menospreciarlos.

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Sobre la firma

Marc Bassets
Es corresponsal de EL PAÍS en París y antes lo fue en Washington. Se incorporó a este diario en 2014 después de haber trabajado para 'La Vanguardia' en Bruselas, Berlín, Nueva York y Washington. Es autor del libro 'Otoño americano' (editorial Elba, 2017).

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