El Estado Islámico asume un atentado en Arabia Saudí que causa 21 muertos
Un terrorista suicida ha detonado un cinturón explosivo en una mezquita chií
Al menos 21 personas han muerto y casi un centenar han resultado heridas este viernes en una mezquita chií del este de Arabia Saudí cuando un terrorista suicida se ha hecho estallar en medio del rezo del mediodía. El Estado Islámico (EI) se ha atribuido el atentado en un comunicado online que recoge el grupo de seguimiento de actividades yihadistas SITE. El atentado, el primero de esta naturaleza contra esa minoría, fue condenado de inmediato por la más alta autoridad religiosa suní en el reino, en un intento de evitar que dañe aún más las tensas relaciones entre ambas comunidades.
“No sé quién lo ha hecho, pero justo celebrábamos el nacimiento del imam Husein; se trata claramente de una provocación”, asegura un activista chií por teléfono desde Qatif. El imam Husein es una de las figuras más reverenciadas por los fieles chiíes.
De acuerdo con su relato, unas 150 personas se encontraban en la mezquita del Imam Ali, en la aldea de Al Qadaih, a las afueras de Qatif, cuando se produjo la explosión.
“Me he acercado enseguida al Hospital General para donar sangre, y varios testigos me han contado que el autor había sido un hombre joven con ropas afganas o paquistaníes, pero no sé de qué nacionalidad era”, señala la fuente. “Por lo que he visto allí, la cifra de muertos aún puede aumentar porque había muchos heridos”, añade.
Un portavoz de Interior confirmó que había habido una explosión en una mezquita de la Provincia Oriental, donde vive la mayoría de los chiíes saudíes, y anunció una investigación, según la agencia oficial de noticias saudí, SPA.
La organización que lidera Abu Bakr al Baghdadi ha identificado al autor del atentado como Abu Amar al Najdi en el comunicado, en el que ha anunciado el establecimiento de una nueva provincia en su 'califato': Najd.
El atentado se produce en un momento especialmente delicado para Arabia Saudí. La reciente intervención militar en Yemen contra los Huthi, que siguen una rama del islam asociada con el chiísmo, han tensado las ya habitualmente tirantes relaciones del Gobierno con la minoría chií. Esta comunidad se queja de discriminación y falta de servicios a pesar de vivir en la principal región petrolera del país.
El Estado Islámico se ha atribuido una acción similar este mismo viernes en Saná, la capital yemení. El EI y grupos de extremistas suníes próximos a Al Qaeda consideran a los chiíes herejes que no merecen vivir y a pesar de que el Gobierno de Riad lleva años combatiéndolos, esa comunidad considera que el Estado no les protege lo suficiente y que con su estricta interpretación wahabí del islam alienta la ideología en la que beben los terroristas.
Tal vez por ello, el gran muftí de Arabia Saudí, el jeque Abdelaziz Bin Abdalá al Sheij, ha emitido con inusual rapidez un duro comunicado de condena. “Es un acto criminal destinado a abrir una brecha en la unidad de la nación y crear problemas en nuestro país”, afirma quien es la más alta autoridad suní del reino.
El mes pasado, el país estuvo en alerta máxima ante el riesgo de atentados contra las instalaciones petroleras o los centros comerciales y las autoridades anunciaron la detención de 93 presuntos terroristas. Pero ya en noviembre de 2014, cinco meses antes de la intervención en Yemen, varios hombres armados mataron a ocho personas en una huseiniya (oratorio chií) en la misma Provincia Oriental, durante una festividad religiosa.
Por otra parte, otra explosión ha golpeado a una mezquita chíi de los Huthi en la capital de Yemen, Saná. La explosión ha causado 13 heridos, según las fuerzas de seguridad.
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