Ferran Adrià: “Hoy no sería posible El Bulli”

El Bulli se traslada a Latinoamérica. Lima, Buenos Aires y posiblemente Bogotá y México DF, serán las paradas de una gira que de concretarse por completo prolongará durante un año y medio la estancia en tierras americanas del que fuera mejor restaurante del mundo. A punto de cumplirse cuatro años desde el cierre de El Bulli, el restaurante que consagró a Ferran Adrià en la cima de la cocina mundial, Latinoamérica recibe la exposición Ferran Adrià. Auditando el proceso creativo, que muestra tanto la trayectoria del mítico restaurante como el desarrollo del proceso creativo en la alta cocina.

“Hoy no hubiera sido posible El Bulli”. Me lo decía Ferran Adrià hace unos meses mientras conversábamos en el cubículo que ocupa en las instalaciones de elBullilab, el proyecto en torno al cual gira toda su actividad, y me anunciaba su inminente gira Lationamericana. Su argumento resultaba bastante elocuente: “El Bulli hubiera tenido una dimensión diferente en la era de Internet. La evolución, la vanguardia, está basada en la sorpresa; en la novedad, pero ya no necesito ir a un restaurante para saber si lo que está haciendo es nuevo; ojo, no puedo saber si es bueno o no, pero me permite saber si tiene algo que contar”. “Internet ha cambiado tanto el ritmo de las cosas”, insistía, “que lo nuevo se convierte en viejo de un día para otro y eso hace que las reglas del juego sean muy diferentes”.

Nunca sabremos qué hubiera sido de El Bulli en este nuevo marco. El cierre definitivo, el 31 de julio de 2011, cerró algunas puertas y abrió otras. Las de elBullifoundation, dedicado a investigar y continuar experimentando sobre la creatividad culinaria, y elBullilab, el centro que trabaja en la investigación y conceptualización de la historia del hecho culinario, son dos de ellas. Otras son más cercanas, como los cinco restaurantes que dirige Albert Adrià —durante años responsable del esfuerzo creativo en la cocina de investigación de El Bulli— en Barcelona, o el montaje Heart, concebido por los dos hermanos en colaboración con Guy La Liberté (Cirque du Soleil), que se escenificará en Ibiza durante todo el verano y la periodista Rosa Rivas definía hace unos días en este mismo diario como “una colisión de comida, música y arte”.

El otro escenario es la exposición Ferran Adrià. Auditando el proceso creativo, inaugurada en Madrid en octubre pasado, ocupando un espacio de 1.000 metros cuadrados en la Fundación Telefónica. Desmontada a finales de marzo, reduce su tamaño e inicia una gira que la traslada directamente a Lima, para inaugurar el próximo 14 de julio (Fundación Telefónica. Avenida Arequipa 1155, Santa Beatriz). Se desmontará a fines de noviembre para trasladarse a Bogotá. Aunque todavía está por confirmar, se maneja el 15 de diciembre como fecha de apertura y podría permanecer abierta hasta mediados de febrero.

La llegada a Buenos Aires está plenamente confirmada para marzo de 2016 y está previsto que no cierre las puertas hasta finales de julio. En este momento se baraja la posibilidad de trasladarla finalmente a México DF. La exposición llega en una versión reducida de la que pudo verse en Madrid, pero conserva la esencia del proyecto, dirigido a mostrar el desarrollo creativo a través de la experiencia de El Bulli. Se concreta en murales, centenares de dibujos, muchos de ellos realizados por el propio Adrià, pasando por objetos y herramientas emblemáticas del que fue el mejor restaurante del mundo, hasta una recreación del comedor y de la misma cocina del restaurante que revolucionó la forma de entender la cocina. Toda la historia de El Bulli se concentra en esta muestra. Desde el diseño de las vajillas o la cubertería hasta el proceso que permitía el desarrollo de alrededor de 200 platos cada año o algunas de las técnicas y los productos que cambiaron el trabajo en la cocina: sifones, espumas, aires, sferificaciones…

Mientras tanto, la largamente anunciada reapertura de El Bulli, convertido en un centro de investigación, parece que podrá concretarse en la segunda mitad de 2016. Hace unos días, el propio Ferran Adrià colgaba en su cuenta de Twitter una foto suya revisando la marcha de las obras.