261 famosos investigados en Reino Unido por abusos sexuales a menores
Un grupo policial especial identifica a 1.400 sospechosos; entre ellos, políticos y actores
Casi millar y medio de personajes de relevancia pública en el Reino Unido han sido identificados como sospechosos por los detectives que investigan un aluvión de casos de abusos de menores cometidos en el pasado con toda impunidad. La cifra de 1.433 figuras de la industria del entretenimiento y el deporte, miembros de la clase política o responsables de instituciones teóricamente al cuidado de los pequeños “no es más que una instantánea del momento presente, porque el número de implicados sigue aumentando día a día”, han reconocido los responsables de Scotland Yard sobre esa perversa radiografía que puede ser sólo la punta del iceberg.
En uno de los capítulos más negros de la historia reciente del país, un nutrido ramillete de rostros conocidos se ampararon en su fama o posición de poder para abusar de menores vulnerables. Los datos difundidos este miércoles por el portavoz de la Operación Hydrant, el grupo policial creado el pasado verano para explorar las posibles conexiones entre todos los casos investigados, señalan como sospechosos entre otros a 135 profesionales de la televisión, el cine y la radio, 43 de la industria musical, 76 políticos y siete deportistas, aunque sin especificar sus nombres.
“Sin duda, el caso de Jimmy Saville ha tenido su efecto”, reconocía el director de la Operación Hydrant, Simon Bailey, sobre la espoleta que supuso hace cuatro años la salida a la luz de la verdadera personalidad del legendario presentador de la BBC, un depredador sexual en serie que había sido enterrado en 2011 con todos los honores de una estrella. Desde entonces, una cascada de presuntas víctimas de Saville y de otros personajes notorios ha venido aflorando con sus testimonios, y ya se ha traducido en sendas penas de cárcel para el televisivo Rolf Harris y el gurú de las relaciones públicas Max Clifford.
Pero el escándalo Saville ha operado sobre todo un cambio de mentalidades en la sociedad británica. La permisividad de antaño ante los excesos de unos abusadores que se escudaban en el blindaje de su popularidad, o la actitud de mirar hacia otro lado, se ha transformado hoy en una dura condena que exige responsabilidades. La Operación Hydrant responde a la necesidad de coordinar un sinfín de investigaciones abiertas o apuntaladas en años recientes por toda la geografía británica, desde la Operación Pallial, que investiga los abusos en orfanatos y escuelas de Gales e Inglaterra, hasta la Operación Yewtree, centrada en una red de celebridades del mundo del espectáculo.
Uno de los principales focos de la policía está en los al menos 666 centros públicos o religiosos, como colegios u orfanatos, donde se sucedieron los abusos de niños y niñas a lo largo de las últimas décadas. En una escuela de Rochdale (norte de Inglaterra) se sospecha que el diputado sir Cyril Smith, fallecido en 2010, fue uno de los perpetradores. El caso de ese miembro de la clase política no es aislado. El pasado marzo, el gobierno se vio obligado a anunciar una investigación en el seno de la propia fuerza policial ante las crecientes denuncias sobre su pasividad o encubrimiento de una red pedófila que operó en los pasillos de Westminster en los años setenta y ochenta del pasado siglo. El asunto fue entonces planteado por uno de los parlamentarios, pero Scotland Yard acabó dándole el carpetazo.
El nuevo contexto ha forzado a reconsiderar ese y otros casos que conforman el abultado expediente de la Operación Hydrant. Bailey calculó ayer que a finales de año su equipo habrá recibido unos 116.000 informes sobre casos históricos de abusos, lo que supone un aumento del 71% respecto al año 2012. De la extensa nómina de sospechosos, 216 personas ya han muerto.
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