La alta velocidad provocó el accidente de tren de Filadelfia
El convoy tomó una curva al doble de lo permitido, según la agencia federal de seguridad en el transporte. Hay una española entre los heridos
La agencia federal responsable de la seguridad en el Transporte en EEUU (NTSB, siglas en inglés) ha confirmado este miércoles la alta velocidad como la causa del descarrilamiento de Filadelfia. El convoy entró en una curva a más de 100 millas por hora (160 kilómetros por hora) en un tramo en el que la máxima velocidad permitida es de la mitad, 50 (algo más de 80 kilómetros por hora), lo que provocó la muerte de siete personas.
Poco antes, los equipos de rescate que trabajan entre los restos del tren siniestrado en la noche del martes en Filadelfia han localizado la caja negra del convoy, que ha sido enviada al centro de operaciones de Amtrak en Delaware para ser revisada y determinar con exactitud lo ocurrido.
En rueda de prensa, el alcalde de la ciudad, Michael Nutter, volvió a declararse sobrecogido e impactado por el caos y las escenas vividas. “Es un desastre total, nunca vi algo semejante en toda mi vida”, dijo el regidor. Sin embargo, Nutter no quiso especular con las causas del accidente y pidió esperar a los resultados de la investigación, que llevarán tiempo. También tardará en abrirse la vía, con lo que el tráfico entre Washington y Filadelfia quedará interrumpido al menos durante lo que queda de semana.
El jefe médico del hospital de Temple University, Herbert Cushing, que asitió a más de 50 heridos, declaró que habían llegado personas de todas las nacionalidades, desde Albania a India pasando por España
A bordo del tren 188 que cubría la ruta Washington-Nueva York viajaban 243 personas, 238 pasajeros y cinco miembros de la tripulación. Citado por el diario The New York Times, el jefe médico del hospital de Temple University, Herbert Cushing, que asistió a más de 50 heridos, declaró que habían llegado "personas de todas las nacionalidades, desde Albania a India pasando por España”. Fuentes del ministerio de Asuntos Exteriores de España confirmaron a este periódico que hay una herida de esta nacionalidad entre los afectados por el accidente.
En total se han tratado a más de 200 personas en diferentes centros sanitarios y ocho de ellas están en estado crítico. La policía ya ha interrogado al maquinista, que fue tratado de heridas en un hospital pero se encuentra bien. Un miembro de los servicios de emergencia citado por NBC News ha advertido de que el balance podría aumentar, ya que aún no han retirado todo el convoy y podría haber víctimas entre los vagones. Más de 200 agentes de policía y 120 bomberos se trasladaron en la noche del martes al lugar del siniestro, al igual que hicieron varias docenas de agentes del FBI, el Departamento de Seguridad Nacional y otras agencias.
Los republicanos del Capitolio votaban este miércoles recortar en 260 millones de dólares el presupuesto de Amtrak
El llamado Corredor del Noreste bien podría llamarse el Corredor del poder, pues cada día los trenes que cubren la ruta Boston-Washington transportan a cientos de personas que trabajan en la Casa Blanca, en el Capitolio, o en los despachos de lobistas de la calle K de la capital de la nación. Lo anterior sin contar los numerosos periodistas que también tienen ese recorrido en sus agendas. Los primeros testimonios aportados en la noche del martes tras el descarrilamiento pertenecían a un excongresista y a una productora de televisión. La agencia Associated Press informaba este miércoles que Jim Gaines, 48 años, ingeniero de vídeo de la compañía, era uno de los siete fallecidos en el siniestro de Filadelfia.
Esta mañana, el vicepresidente Joe Biden declaraba en un comunicado que durante toda su carrera en el Congreso había realizado el viaje desde Wilmington a Washington y vuelta. “Llegué a conocer a los maquinistas, a los ingenieros y a otros pasajeros habituales que cada noche regresaban a sus hogares en tren para poder dar a sus hijos un beso de buenas noches”, escribe el vicepresidente.
El accidente de Filadelfia es el segundo siniestro ferroviario más grave sucedido en Estados Unidos en lo que va de año, después del ocurrido en Valhalla, al norte de Nueva York, el pasado 3 de febrero y en el que siete personas fallecieron y 12 resultaron heridas. A pesar de que la línea Washington-Nueva York es una de las más rentables de la compañía, sus infraestructuras están caducas y la compañía ha solicitado subsidios al Congreso.
Precisamente hoy, los republicanos del Comité de Asignaciones Presupuestarias de la Cámara de Representantes del Congreso bloqueaba una propuesta demócrata para incrementar la financiación que recibe Amtrak en más de 1.000 millones de dólares y la recortaba en más de 300.
El descarrilamiento del Amtrak 188 ha sucedido casi en el mismo lugar en que se produjo uno de los siniestros más graves de la historia ferroviaria de Estados Unidos. En 1943, en la festividad del Día de Trabajo que se celebra en septiembre, un convoy de 16 vagones que transportaba militares de permiso descarriló cerca de la misma curva, dejando 79 muertos y más de 115 heridos.
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